Lágrimas de cocodrilo

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Escribo para reivindicar a la Vicepresidenta. Seguramente sí, siempre la sacan de contexto.

Reclama la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, en medio del llanto en entrevista con los periodistas de la W Radio, que es víctima de ataques injustificados en lo que ella considera una interpretación fuera de contexto de una frase suya en la que dijo: “Es que esto aquí no es estar atenidos a ver qué hace el Gobierno por cada uno de nosotros”. No es la primera vez que, según ella, la sacan de contexto. No hace mucho, justo antes de que la vida cambiara por el coronavirus, la Vicepresidenta se atrevió asegurar que los jóvenes no deberían considerar carreras como la psicología para su desarrollo profesional. Agradeció también a una aerolínea, en algún momento de estos casi dos años, por aumentar sus vuelos a Popayán y Pasto para “enfrentar todas las incomodidades ocasionadas al país por cuenta de quienes montaron toda esta operación de bloqueo en la vía Panamericana” y llegó a publicar en sus redes sociales la imagen de un congresista con la leyenda “Roy la Rata Barreras”.

Escribo para reivindicar a la Vicepresidenta. Seguramente sí, siempre la sacan de contexto. Y la sacaron de contexto, al menos en el primer caso y, aun si no la hubiesen sacado de contexto, la frase resultaría indolente porque desconoce que éste es, en realidad, un país de emprendedores, en el que la mayoría de la gente se rebusca su vida todos los días en la informalidad. Aquí no hay atenidos.

La reivindico, digo. La sacaron de contexto. Y eso no está bien. Pero tampoco está bien que una persona con su recorrido público – dos veces ministra, parlamentaria y ahora vicepresidenta, entre otras – permita que eso ocurra. Una funcionaria con ganas presidenciales varias veces y más de sesenta años de vida debería saber que no puede prestar sus frases a la interpretación contextual.

¿Qué más se podía esperar de los medios de comunicación, periodistas y opositores del Gobierno que jamás pierden la oportunidad para hacerle daño al siempre bien intencionado Gobierno? La Vicepresidenta, una mujer muy consciente del problema de la inequidad, permitió que la sacaran de contexto y hoy reclama por ese comportamiento, cuando durante los ocho años en los que ejerció la oposición, lo hizo sin el más remoto asomo de lealtad por el contexto en el que voceros gubernamentales de entonces se prestaban para la misma situación. A estas alturas del partido, de su partido, digo, ella ya debería estar preparada.

Después de todo lo que la señora ha tenido que atravesar con esos políticos opositores (cuando ella está en el poder, claro) y con esos periodistas mala leche (cuando se atreven a criticarla), no puedo dejar de notar que ella no es más que un reflejo del gobierno para el que trabaja. Un gobierno muy mal preparado que no ha conseguido cumplir con las expectativas que generó durante la campaña presidencial, que no se conecta con la ciudadanía, que no parece comprender cuáles son los problemas que más preocupan a la gente, más allá de la incertidumbre por el coronavirus y que no marca una agenda propositiva  – las chuzadas, el cerco diplomático y los osos a los que ha llevado, la embarazosa relación con Trump, la política de empleo, ¿la economía naranja? -.

Ya veremos cómo la oportunidad de, por fin, gobernar alrededor de lo que nos une como país, más que desde lo que nos divide – uno de los elocuentes eslóganes del Presidente -, es desperdiciada por el gobierno Duque para continuar profundizando la polarización. Una polarización que empieza por sus funcionarios que, en sus entrevistas terminan por asegurar que éste es un país de atenidos, lo que demuestra lo poco que conocen al Estado colombiano.

* Felipe González, comunicador social y periodista.

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