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En Ecuador, se encuentran cerca de 440 mil venezolanos en condición de migrantes. La situación de buena parte de ellos se ha complicado consecuencia de las medidas adoptadas por distintos órganos del Estado.
Por una parte, el gobierno del Presidente Moreno decidió salirse de UNASUR, lo que trajo como consecuencia la eliminación de las ventajas migratorias que a nuestros connacionales les eran aplicables, dado que la gestión Maduro a ella continúa vinculado. Por otra parte, el poder legislativo ecuatoriano modificó la Ley de Movilidad Humana a través de la cual se regula el tema migratorio, restringiendo aún más nuestro acceso regular a esas tierras.
Aparte de ello, en Ecuador existe otro problema que es natural a todo el fenómeno migratorio, cual es el tema de la xenofobia.
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Como quiera que desde la tierra de Arizaga y Lascano valiosas venezolanas que allá se encuentran me han pedido orientación respecto de cómo afrontar los problemas que les afectan y visto que lo que les ocurre también nos ha pasado en Colombia, sirva esta columna para ello.
Les he afirmado en primera instancia que el problema migratorio – que podemos convertir en oportunidad – lo creamos nosotros y que, por consecuencia, debemos ser los primeros en pasar de la habitual crítica de cafetín a la propuesta de soluciones, que es lo que hemos tratado de hacer en Colombia durante más de tres años.
Les hemos sugerido que respecto del tema de la xenofobia, nada como una política masiva de educación liderada por artistas y deportistas – pues respecto de ellos no hay reacción en contra – que ponga de presente la ventaja de la migración.
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Por lo que se refiere a la regularidad, les hemos reiterado nuestro criterio en el sentido que el más interesado en ella debe ser el Estado ecuatoriano pues con la misma garantiza su seguridad interna en tanto que puede saber quién es la persona que llega y sus fortalezas, adoptando en tal sentido las medidas que sean conducentes a los fines de ponerlas en beneficio del país.
Les hemos propuesto asimismo solicitar que, con cargo a fondos internacionales, se facilite la creación de empresas mixtas paritarias entre ecuatorianos y venezolanos que faciliten la incorporación de ambos al sector productivo, a la vez que se permita el otorgamiento de microcréditos a venezolanos a los fines de que tengan vida crediticia en el país.
Si observamos, son las mismas medidas de incorporación que hemos planteado a Colombia y que permitirían a Ecuador convertir el problema migratorio que le hemos creado en oportunidad de crecimiento.
Este domingo 11 de abril se celebra en ese país la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Con cualquiera de los candidatos que aspiran y resulte electo, nuestros paisanos deberán interactuar pues el problema político ecuatoriano es de ellos, no nuestro.
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Si allá lo consideran conducente, las propuestas que les hemos compartido deberían presentarlas al gobierno que resulte del evento comicial. Uno en la distancia les desea el mayor de los éxitos.
*Gonzalo Oliveros Navarro, Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia. @barraplural
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