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“Nos duelen los muertos que deja la violencia producto de narcotráfico y terrorismo. Entre 2010 y 2018, nuestro país vivió 189 homicidios colectivos, y entre 2019 y 2020, 34 hechos de esta naturaleza…”. Este trino del Presidente Duque pasará a la historia de la infamia en Colombia. Duele en el alma. Indigna. En 280 caracteres, ilustrado con unas gráficas manipuladas y sin fuente conocida, condensó la indolencia, la indiferencia, la ausencia total de empatía suya y de su gobierno con las comunidades que en los territorios sufren directamente las consecuencias de la violencia. Desde la aprobación de la Ley de Víctimas y la firma del Acuerdo de Paz, logramos visibilizar a las víctimas, indignarnos ante un crimen, ponerles rostro, comprender que tienen nombre y apellido y que no son un simple número para compararlo. Con Duque, los asesinatos y las masacres se convirtieron de nuevo en parte del paisaje, en meras cifras y estadísticas. En solo dos años, regresamos al pasado. Por eso, señor Presidente, para que en su tiempo libre pueda pensar en las víctimas de la masacres, recordamos en su memoria y como homenaje a sus familiares, los nombres y apellidos de quienes perdieron la vida en estos hechos solo en el mes de agosto:
2 de agosto, Resguardo Canoas, Santander de Quilichao
Lizardo Collazos Findo, 23 años
Brayan Stiven Guetio, 18 años
Manuel David Larrahondo, 24 años
12 de agosto, Llano Grande, Cali
Luis Fernando Montaño, 15 años
Alvaro José Caicedo, 15 años
Josman Jean Paul, 16 años
Leider Cárdenas, 15 años
Jaír Andres Cárdenas, 14 años
15 de agosto, Samaniego, Nariño
Brayan Alexis Cuaran, 25 años
Sebastián Quintero, 23 años
Laura Michel Melo Riascos, 19 años
Byron Patiño, 25 años
Oscar Andrés Obando, 18 años
Rubén Dario Ibarra, 20 años
Daniel Steven Vargas, 22 años
Elián Benavides, 19 años
18 de agosto, Resguardo de Pialipí, Pueblo Viejo Nariño
3 indígenas cuyos hombres no se conocen hasta ahora.
21 de agosto, Tambo, Cauca
Heiner Collazos
Arcadio Collazos
Yoimar Ordoñez
David Tulande
Nicolás (no conocemos su apellido)
21 de agosto, Arauca.
5 personas asesinadas, aún los nombres por identificar.
22 de agosto Tumaco, Nariño
6 personas asesinadas sin identificar sus nombres todavía.
Se trata de los colombianos, jóvenes la gran mayoría, que fueron masacrados. No incluimos en esta lista los líderes sociales y los excombatientes de las FARC asesinados. Todos ellos hombres, mujeres, adolescentes, campesinos que hace cuatro años comenzaron a soñar en que, por fin, vivirían en paz, y que ven, impotentes, esos sueños convertirse en una nueva pesadilla. Este gobierno decidió no implementar el Acuerdo de Paz en los territorios, pero tampoco garantiza con eficacia la seguridad y la vida de las comunidades. Increíble y paradójico que suceda en el gobierno de la Seguridad Democrática III. Algo pasa al interior de las Fuerzas Armadas y de Policía que, en los últimos años, se han visto afectadas por divisiones internas, escándalos de corrupción y violaciones de derechos humanos. Además, las curules para las víctimas, contempladas precisamente para esas zonas afectadas por la guerra en donde se recrudece el conflicto, son torpedeadas por el Gobierno.
Lástima, señor Presidente, que usted haya perdido la oportunidad de liderar al país hacia la consolidación de la paz. Y, finalmente, lo que usted llama “homicidios colectivos”, en términos del derecho internacional humanitario, son simplemente masacres, que no se detienen en el último año. Debería escuchar las voces angustiadas de los habitantes de Samaniego que ayer le gritaban en forma desesperaba que querían la paz.
*Juan Fernando Cristo, @cristobustos, ex Ministro del Interior y ex senador.