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Escribe Juan Carlos del Castillo, director del equipo que formuló el Plan Especial de Manejo y Protección – PEMP- Complejo Hospitalario de San Juan de Dios.
En este momento difícil, además del riesgo del contagio del Colvid-19, parece acechar otro riesgo de contagio por un virus de intolerancia y fanatismo. Este riesgo se hace evidente en ese circuito endemoniado de las redes sociales por la eclosión de una refriega sobre el Complejo Hospitalario de San Juan de Dios, plagada de desinformación, inexactitudes y no claras intenciones. Por eso, se hace pertinente y necesario entregar unas mínimas aclaraciones.
1. El Complejo Hospitalario de San Juan de Dios es objeto de un PLAN ESPECIAL DE MANEJO Y PROTECCIÓN – PEMP – para su recuperación como Bien de Interés Cultural de la Nación y patrimonio de Bogotá. El PEMP fue elaborado por la Universidad Nacional mediante un convenio interadministrativo suscrito con la Alcaldía Mayor de Bogotá y con el Ministerio de Cultura durante la administración de Gustavo Petro.
2. El PEMP de la Universidad Nacional diseñó estrategias, medidas y programas para la protección y recuperación de la totalidad del Complejo Hospitalario San Juan de Dios – CHSJD – , complejo del que hacen parte 25 edificios, y del gran Complejo Hospitalario de La Hortúa del que hacen parte otras importantísimas instituciones de salud como el Instituto Nacional de Cancerología, el Instituto Materno Infantil, el Hospital de La Samaritana, el Instituto Dermatológico Federico Lleras Acosta, el Hospital Santa Clara, el Hospital de la Misericordia, entre otros. Por tanto, este plan no se limitó únicamente al tratamiento de un sólo edificio del CHSJD, conocido como la Torre Central que, al parecer, se ha convertido en el tema central de esta refriega.
3. Entra las diversas propuestas del PEMP, se destacan:
- En cumplimiento de lo establecido por los altos tribunales del país, la recuperación del complejo hospitalario es una responsabilidad conjunta y compartida por la Nación, el departamento de Cundinamarca y el Distrito Capital, dado que estas tres entidades territoriales fueron responsables de la administración y la crisis del complejo hospitalario.
- La recuperación del Conjunto Hospitalario requiere la creación de un nuevo ENTE GESTOR que conduzca el plan, dado el vacío institucional en que se encuentra el CHSJD. Se requiere un ente con capacidad técnica, científica, ética y de gestión para conducir un proceso complejo que requiere la concurrencia de las tres entidades territoriales y la solución de un conjunto de problemas significativos.
- La recuperación del CHSJD, además del ente gestor, requiere de la creación de un FONDO COMÚN de recursos aportados por las entidades señaladas y un plan desarrollado por etapas, que debía iniciar por el saneamiento ambiental del conjunto, seguido por las medidas de emergencia para detener el deterioro de edificaciones en alto riesgo; en tercer término por la habilitación de una infraestructura básica y de otro grupo de edificaciones que debían y podían asumir la prestación de servicios de salud y finalmente por unas intervenciones en el área de influencia.
- El ente gestor debía también estudiar y programar la posible concurrencia de otras entidades de salud, públicas o privadas, que tuvieran interés en la recuperación del CHSJD y en la oferta de servicios de salud bajo el modelo de un HOSPITAL UNIVERSITARIO de carácter público de cuarto nivel de complejidad. Estas pueden ser universidades o instituciones de salud pública que demandan nuevas sedes o ampliaciones, como por ejemplo el Cancerológico, el Materno Infantil, el Hospital Santa Clara, Medicina Legal, o fundaciones u hospitales privados.
De estas propuestas básicas para dar inicio al PEMP, al día de hoy, se ha ejecutado muy poco.
4. Después de entregado el PEMP por la Universidad Nacional a la Alcaldía Mayor y de ser presentado ante el Consejo Nacional de Patrimonio, la administración distrital, en cabeza del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, y el gobierno nacional, en cabeza del Ministerio de Cultura, han concertado tres modificaciones al PEMP en los años 2017, 2018 y 2019, a través del mismo Consejo. Estas modificaciones estuvieron concentradas en el tratamiento de la Torre Central y el cambio del nivel de conservación que había propuesto el PEMP para este edificio – de Conservación del Tipo Arquitectónico a Conservación Contextual – y en nuevas normas para el área de influencia. Esta modificación abrió la posibilidad de otro tipo de intervención sobre la Torre Central, incluida su demolición. Las tres enmiendas se dieron luego de la presentación y concepto favorable del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural y se hicieron durante la administración del alcalde Peñalosa.
5. El valor patrimonialdel Complejo Hospitalario de la Hortúa, incluido San Juan de Dios, está amenazado por un entorno muy hostil. En lugar de haberse fortalecido como la gran ciudadela de la salud pública se convirtió en un “archipiélago” de hospitales que tratan de autoprotegerse y defenderse contra la inseguridad, el deterioro urbano, la carencia de espacio público y la presencia de actividades depredadoras insertas, por ejemplo, el barrio San Bernardo. La defensa que han tratado de darse los hospitales consiste en el autoencierro en sí mismos, construyendo cerramientos, muros y aislamientos, que agravan el problema.
6. Con base en este diagnóstico, el PEMP propuesto por la Universidad Nacional insistió en la necesidad de realizar un esfuerzo compartido por la Nación, el Departamento de Cundinamarca y el Distrito Capital para la recuperación urbanística del entorno del Complejo Hospitalario de la Hortúa, para superar la condición del “archipiélago hospitalario” hacia una gran centralidad de instituciones de salud pública, dado que las tres entidades territoriales son responsables y tienen a su cargo instituciones de salud presentes en esta zona de La Hortúa.
7. La renovación urbana del Barrio San Bernardo, como parte del área de influencia del CHSJD, además de mitigar uno de los grandes focos de deterioro urbano, abriría también la posibilidad de que muchas personas que laboran en este gran complejo tuviesen acceso a una vivienda digna, cercana y segura a sus sitios de trabajo.
8. La propuesta básica del PEMP en realidad no fue acogida ni aplicada por las tres entidades concernidas, la Nación, el Departamento de Cundinamarca y el Distrito Capital. La Universidad Nacional concentró su esfuerzo en llamar la atención de estas tres entidades para asumir el PEMP como un esfuerzo compartido y solidario para defender y recuperar un patrimonio vital de la ciudad y del país. Porque no sólo se trata de un patrimonio urbano y arquitectónico de Bogotá, sino de un patrimonio más importante y de mayor envergadura, representado por el Complejo Hospitalario de la Hortúa (insistimos: San Juan de Dios, Instituto Nacional de Cancerología, Instituto Materno Infantil, Hospital de La Samaritana, Instituto Dermatológico Federico Lleras Acosta, Hospital Santa Clara y Hospital de la Misericordia) que, sin ninguna duda, representa el mayor conjunto hospitalario que ha tenido el país en el campo de la salud pública y pionero en la formación de la medicina en Colombia. Ese es su es su verdadero valor patrimonial.
9. Quienes conformamos el equipo de la Universidad Nacional responsable de formular el PEMP debemos expresar que no tuvimos éxito en esta empresa de hacer reconocer este patrimonio de la Nación en esa dimensión. Desafortunadamente, hoy asistimos a un debate concentrado en el tratamiento de uno de los 25 edificios del conjunto de San Juan de Dios.
Finalmente, hay que precisar que suscribo estas aclaraciones como el docente que fue encargado por la Universidad Nacional de Colombia para desempeñar las funciones de dirección del equipo que formuló el PEMP, labor compartida inicialmente con mi querida colega María Claudia Romero, quien infortunadamente falleció durante el cumplimento de este encargo.
*Juan Carlos del Castillo, arquitecto, PhD en urbanismo