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El nombramiento de Adriana Castro, la diplomática colombiana en Rusia, cuyo nombre aparece como administradora de negocios del supuesto socio de narcotraficantes José Guillermo “Ñeñe” Hernández en los audios dados a conocer por Noticias Uno, fue demandado con éxito.
2017-1_1Noticias Uno reveló el 15 de marzo una conversación entre María Claudia “Caya” Daza y el señalado lavador de activos . El “Ñeñe” le expresaba a la exfuncionaria de la Unidad de Trabajo Legislativo de Uribe su satisfacción con el trabajo de una tal Adriana. El contexto de la charla, con referencias a negocios en Rusia, le permite concluir a Noticias Uno que se trata de Adriana María Castro López, que fungió como encargada de negocios en la embajada colombiana.
Se destaca en particular la referencia a la venta de “carne” del “Ñeñe” en Rusia, que estaría facilitando la diplomática.
Adriana Castro fue nombrada el 31 de julio de 2017 (Decreto 1295); menos de un año después, el 22 de marzo de 2018, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca, con ponencia del magistrado Luis Manuel Lasso, lo declaró nulo. En efecto, el Gobierno tiene facultades para nombrar en provisionalidad si y solo si no puede recurrir a funcionarios de la carrera diplomática y consular escalafonados para ocupar un puesto dado.
Para las fechas de la nulidad de su designación, Adriana Castro había alquilado su residencia en Valledupar al exministro Guillermo Botero, según le dice la “Caya” Daza al “Ñeñe”.
¿La ayuda al “Ñeñe” habrá sido la de una funcionaria en el exterior a un exportador que busca abrir mercados? Cuesta creerlo. ¿A cuántos empresarios honestos habrá asistido en su paso por Rusia?, me pregunto.
La señora Castro parece de esas mujeres de la alta sociedad que se acerca a la luz que más alumbra, en el 2017 a Santos y unos meses después a Duque. Y así gobiernos, clase alta y mafia siguen jugando con el servicio exterior colombiano. ¿Hasta cuándo?
* Laura Gil, politóloga e internacionalista, directora de La Línea del Medio, @lauraggils
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