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La Ministra María Fernanda Suárez sabe muy bien de qué estamos hablando, el PRECIO de la energía en bolsa es una cosa y la TARIFA de energía que paga el usuario es otra.
Como lo explico en mi escrito La cascada alcista de las tarifas, el PRECIO de la energía es solo un componente (R) de seis que determinan la TARIFA (CU= G+ T + C + D + PR + R) y representa entre el 30% y el 40% de la misma. De manera que el impacto al usuario final del PRECIO en bolsa de la energía depende del grado de exposición en bolsa del operador (empresa que presta el servicio) y de las oscilaciones del PRECIO en bolsa, que incide en dicho porcentaje.
Decir, entonces, como lo sostiene la Ministra de Minas, para desvirtuar mi afirmación, cierta y fundamentada en cifras oficiales, de que “el PRECIO de la energía en Colombia subió de $116 el KWH en junio del año pasado a $390 en octubre”, que “ello es como dar cifras sobre el valor del dólar en junio y el valor del dólar en octubre”, nos parece demasiado simplista.
Al afirmar que “el DANE publicó ahora a principios de año que la canasta total de energía eléctrica subió 3.5% frente a una inflación de 3.8%”, desestima el impacto sobre la tarifa que vienen teniendo los costos de restricción (R) y el incremento en la TARIFA en la región Caribe, a la que le presta el servicio ELECTRICARIBE, por encima del promedio nacional, debido a su mayor exposición en bolsa (superior al 25% vs el 12% del promedio nacional).
Huelga decir que la sobretasa de $4 por KWH consumido empezó a cobrarse con la factura del mes de octubre (con el retroactivo desde junio incluido) y que, como la contribución adicional del 1% que deben pagar las empresas vigiladas por la Superintendencia de Servicios Públicos a ésta, su mayor incidencia en la tarifa solo se reflejará a partir de este año.
*Amylkar Acosta, ex Ministro de Minas y Energía, ex Director de la Federación Nacional de Departamentos, Miembro de Número de la Asociación Colombiana de Ciencias Económicas, @amylkaracosta
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