Black Sábado

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El 2023 estuvo cargado de metal en Colombia, Bogotá realizó varios eventos donde los fanáticos del género demostraron porque Rolandia es Gótica.

En medio de su cumpleaños número 85, un sábado cualquiera La Media Torta se vistió con chamarra y punteras ofreciendo un tortazo para quienes se dejan seducir por los cálidos y profundos acordes de una guitarra, mientras se imaginan brindando con Odín acompañado de las valkirias en la gran mesa del Valhala.

Desde que se conoció el cartel que conjugaría la noche con quienes danzan para celebrarla. Muchos nos propusimos congregarnos alrededor del sonido pesado que incita a mover la cabeza con odio mientras el alma se regocija de placer.

El evento arrancaba a las dos de la tarde, pero “pasaron cosas” por lo que mi presencia se hizo palpable en el centro a eso de las cuatro. Para ese entonces lugares como Periodistas y sus alrededores respiraban camaradería, sudor, cuero, mucha cerveza y mucho, mucho Metal.


Pasando por la plaza de la Policarpa me encontré metaleros vistiendo su mejor pinta. Lucían poco preocupados por si entraban o no al toque. Los vi bebiendo polita junto a otros elixires mágicos, mientras se congregaban alrededor de esta la cultura de sonidos pesados que cuestiona al sistema a través de acordes limpios llenos de odio. Que invita entre otras cosas a vestir de negro o a tener al sol como enemigo público.

El hecho de subir un poco por la montaña para alcanzar la tarima de la Media Torta, esta vez me hizo pensar en la travesía del cuento mitológico en donde debes pelear por tu supervivencia y la de los tuyos. Demuestras tu coraje domando a la bestia con el arma sagrada que los más sabios forjaron. Ahí estaba yo en la cima de la montaña dejándome hechizar por los acordes de las guitarras y el mantra que provocan los susurros del metal.

Ingrand empezó a hacer lo suyo.  Su estilo thrash metal y sus acordes en la guitarra me devolvieron a La 60, un domingo cualquiera a las cinco de la mañana luego de haber estado de fiesta en alguno de los bares de Chapinero, o en todos. Me devolvió a las sillas de al lado del CAI de chapi con algunos amigos y el resto pensando que otra cosa beber para ya entrarse. Me recordó a la Bogotá rebelde que a través del metal le ha gritado al mundo el descontento por la realidad en la que vivimos.

La banda más pervertida del grindcore colombiano también tomó un trozo de pastel. El Gato con Zorras, La bruja y todo el escuadrón de Cuentos de los Hermanos Grind, se hizo presente narrando sus cuentos más icónicos a través de ese show que solo se les permite a ellos. 

Cuentos de los hermanos, es una banda que se debate entre el amor y el odio del público. Para algunos metaleros más de derecha, su puesta en escena es fanfarrona e innecesaria. Mientras otros más hippies opinan que es apenas justa para la temática de la banda. Si bien A y B son ciertas, también es verdad que es inevitable dejarse llevar por la rapidez de su batería mientras tocan canciones tan icónicas como La Caperuputa y el Lobo. 

El sol fue menguando y bajo el crepúsculo de la noche que abrazababa mi hermosa y lúgubre ciudad gótica, nos dejamos arrastrar al Río de la Muerte por Vitam Et Mortem. Ese río que recorren en la barca que conduce Caronte mientras les cantan a los desaparecidos que vagan por el Río Magdalena.

Esos sin nombre que vagan por los ríos nauseabundos de Colombia, víctimas de la práctica de horror que por décadas ha estado presente en el campo colombiano donde el estado llega en forma de militares que a su vez ven a los campesinos como “bandoleros”, bajo la doctrina de ese “enemigo interno” que los altos mandos acuñaron en sus filas como ley.

Vietnam, no era una banda a la que le hubiera prestado mayor atención en el pasado. Hoy puedo opinar como espectadora que me impresionó su puesta en escena y el sonido bestial del death metal que transmiten la furia de sus acordes. La batería te mantiene alerta para que Julián y su legión te arrastren al campo de batalla oscuro frío, con olor a sangre fresca, en donde te cuentan historias tristes. Tan tristes como ciertas.

La descarga de energía y la puesta en escena de estos tipos sin duda se suman al gran aporte por parte del metal colombiano a la memoria de este platanal. Desde siempre el metal y el punk local le han gritado a la violencia del país. Otra muestra de ello es la banda que cerró este evento tan cerdo, si me permiten la expresión. Habló de la querida Masacre.

La banda de Alex Okendo, nos obligó a entrar al mundo oscuro que desde hace más de 30 años nos han recreado a través de las guitarras rápidas, las baterías que se descargan como ráfagas en tu cerebro y un bajo que te arrastra a ese gutural tan gonorrea, que narra la violencia en la que siempre hemos estado.

Canciones como Ola de violencia, Death metal forever o Brutales masacres, se han convertido a lo largo de la historia de la banda en himnos que deben estar en sus presentaciones. Siempre es un placer caer en su batería y la densidad de su esencia. Masacre atrapó a todos obligándonos a sentir cada acorde para danzar este hermoso baile de valentía alrededor de la muerte.

Hace poco la banda estuvo de gira por Europa y fue agradable verlos, leer los comentarios después de sus presentaciones. Verlos en lugares tan emblemáticos para el género, a ellos que ayudaron a colocar las rocas donde hoy se levanta el templo del metal. Hubiera sido gratificante ver al gran Bull Metal, ahí para que pudiera dimensionar lo que fue su papel en esta historia que se sigue cantando y pogueando.

Musicalmente hablando, no pudo haber estado mejor ese cierre, sin duda Masacre, es una de esas razones por las que me siento orgullosa de haber nacido en tierra Chibcha y orgullosa de escoger entre mis gustos, el placer de danzar al son de géneros como estos.

Hablando de forma más amplia, puedo atreverme a comparar el 2023, con una buena noche metalera; entre amigos, cerveza, metal, conversaciones trascendentales, innecesarias y otras totalmente necesarias como: rásquelo, péguelo, páselo o rótelo.

En el orden que se quiera y de la forma que se quiera leer, mi balance es favorable. ¡Los conciertos hasta ahora anunciados del 2024, auguran un año memorable para la escena donde podamos seguir gritando Death Metal Forever!

*Paola Vargas. Comunicadora social en formación, camino a encontrar las palabras perfectas que narren las historias que la vida día a día va ilustrando. IG @Amarilla.Poe

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