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“Capital Social: La acumulación de recursos reales o potenciales que están unidos a la posesión de una red duradera de relaciones más o menos institucionalizadas de reconocimiento mutuo” (Pierre Bourdieu, 1930-2002. Sociólogo Francés).
Capital social es “Los recursos socio–estructurales que constituyen un activo de capital para el individuo y facilitan ciertas acciones de individuos que están adentro de esa estructura”. (James Coleman. Sociólogo estadounidense 1926-1995)
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Un aspecto no contemplado en el proceso de Reforma a la Salud, o que no ha sido tenido en cuenta o menospreciado, es el de las redes sociales institucionales creadas, que constituyen un capital invisible que es el capital social que constituyen las vilipendiadas EPS’s, que ha sido un proceso de construcción en los últimos 30 años. No solo es “know how” o un saber hacer las cosas que es un proceso de gestión de la atención a la salud, que cuando se trata de millones de personas afiliadas, recobra más importancia una buena gestión de procesos, en donde desde el registro de las personas, la gestión de las historias clínicas, la atención primaria, la determinación de los pasos a seguir, la contratación de IPS, de especialistas, laboratorios, centros de diagnóstico, hacer el seguimiento del paciente, la negociación con todos estos servicios de atención con base a un tarifario de referencia. Manejo de pacientes crónicos, etc. Es todo un aprendizaje que se va aprendiendo y afirmando con el tiempo.
El concepto de capital social desde la sociología tiene un sentido distinto al que se maneja en las finanzas, que hace referencia al capital aportado por los socios de una empresa. Tiene cierto parecido en la medida en que implica el esfuerzo conjunto para un propósito. Fue elaborada por los años 80-90 del siglo pasado, por el sociólogo James Coleman para hacer alusión a la fuerza de unirse las personas para un propósito común. Y así crear una fuerza nueva distinta de la mera fuerza individual aislada y sumada. El poeta nadaista Gonzalo Arango (1931-1976) lo versificó en un hermoso juego de palabras: Una mano más otra mano no son dos manos, son manos unidas. Une tu mano a nuestras manos para que el mundo no esté en pocas manos, sino en todas las manos. Al poema lo llamó “Revolución”. Es la fuerza de la unión, del asociarse, de los que no tienen para reclamar y ejercer sus derechos.
El capital social es un pues un recurso fundamental que se invisibiliza con frecuencia cuando el afán de poder por controlar los recursos, en una visión ideologizada solo ve lo financiero en el asunto de la salud. Esa misma visión termina destruyendo lo que es una construcción institucional que no se hace de la noche a la mañana. Esto no quiere decir que deba excusarse o negarse que haya EPS’s que hayan desviado recursos, si es el caso. Lo que planteo es que buscando el pierde a estas entidades puede llegarse a desconocer ese patrimonio social de muchos años sobre cómo organizar la atención de salud.
El capital social como teoría de alcance medio (R. K. Merton) o concepto trabajado por los sociólogos James Coleman, Pierre Bourdieu, Robert Putnam y Douglas North, hace referencia a unos procesos societales que vienen de mucho atrás y que en nuestro país colombiano podemos mencionar como experiencias importantes de este tipo, tales como la Acción Comunal (hoy venida un poco a menos) y los Sindicatos (también con disminución de protagonismo y afiliación). Pero surgen nuevas redes sociales que si bien la mayoría de las veces responden a objetivos superficiales p.e. seguir a un personaje de la farándula o del deporte o simples vendedores de ilusiones) y por ser virtuales aún no se sabe si tienen esa consistencia que los teóricos del Capital Social le han asignado a tal concepto (confianza, permanencia, solidaridad y reciprocidad, ánimo cooperativo, propósitos comunes).
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La CEPAL (Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina, con sede en Santiago de Chile) ha trabajado el concepto de capital social y lo ha venido desarrollando como un componente del Desarrollo y de las políticas públicas. Se ha señalado por varios de sus autores que el reconocimiento e impulso del capital social puede producir: la reducción de los costos de las transacciones, producir bienes públicos y facilitar la constitución de organizaciones de gestión de base efectivas, de actores sociales y de sociedades civiles saludables (Durston, CEPAL, 2000).
Podría preguntarse si la recomposición de las EPS’s, propuesta en el fallido proyecto de reforma de la salud que presentó el Gobierno y que el Congreso desestimó con la idea de que era un proyecto destructivo del actual régimen asegurador de salud, si las entidades aseguradoras podrían convertirse en “gestoras de salud” y dejaran de ser aseguradoras-prestatarias del servicio de salud y con ello mantener ese “capital social” construido en estos treinta años. Pero es muy difícil desligar una tarea de gestoras (?) de aseguradoras y prestatarias del servicio de salud. En el fondo es un sistema de aseguramiento individual con carácter solidario (Unos financian a otros que tienen eventos de salud) que no sé por qué el Gobierno insiste en denominarlo “dinero público” cuando solo es el manipulador del recaudo y distribución del aporte de empresas y trabajadores (12.5% del salario de cada trabajador, 8.5% pone la empresa y 4% el trabajador). Lo complicado de este sistema es que se lo convierta en un sistema que da lo mismo pagar (pudiéndolo hacer) que no pagar. El Estado no tiene capacidad financiera suficiente para hacerse cargo directamente del costo de la salud de los colombianos (as), por lo que un sistema aceptado de financiación se termine o se difumine para sostener la atención en salud. De tal manera, que para garantizar el derecho a la salud para todos (as) resuelva que es necesario que se mantenga su carácter de sistema asegurador para subsistir.
Amanecerá y veremos sobre si correr el riesgo de destruir el capital social y financiero de la Salud es el resultado de una visión que se quiere imponer aun con visos de justicia social pero que terminaría con lo construido.
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*Víctor Reyes Morris, sociólogo, doctor en sociología jurídica, exconcejal de Bogotá, exrepresentante a la Cámara, profesor pensionado Universidad Nacional de Colombia.