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¿Qué puede hacer estos cargos ad honorem tan atractivos para algunos dirigentes a nivel de dederación?

Dra. Lina María Barrera,
Si el Sr. Presidente Dr. Iván Duque, el señor Ministro del Deporte Dr. Ernesto Lucena y usted tienen como objetivo la transformación del país por medio del deporte para convertir a Colombia en #ColombiaTierraDeAtletas, seguro lo van a lograr, pero no sin antes revisar la estructura funcional de los clubes, ligas y federaciones y hacer un ajuste a la resolución 1150 de 2019.
No es posible que una persona pueda llegar a Presidente de una federación deportiva y ser su representante legal con el sólo requisito de haber realizado un curso de 40 horas, que inclusive podría estar desactualizado porque la resolución le da una vigencia de 10 años. ¿Es posible ser elegido sin un plan estratégico? ¿Elegido sin haberse sometido a un proceso de selección? ¿Anclarse en ese cargo por ocho, doce años y hasta más en el deporte si se ha estado en diferentes organismos del Sistema Nacional del Deporte – SND – llámese clubes o ligas? ¿No presentar una declaración de ingresos o cómo se sostendrá económicamente mientras desempeña un cargo que no le proporciona salario u honorarios?
Un directivo a nivel de presidencia de una federación, inclusive de liga, debería ser impecable, parecerlo y demostrarlo y, a la salida de su cargo, verificarlo. La norma debe propiciar que lleguen los mejores y no se colen pillos. El deporte puede pagar a los directivos y es mentira que deba sobrevivir en muchas ocasiones con falsos apostolados.
Al analizar cómo y quiénes pueden llegar a la dirigencia deportiva al interior del SND no se puede quedar menos que preocupado. A estos cargos, para los cuales la exigencia formativa y de conocimiento es mínima, puede llegar cualquiera. La exigencia mayor para el cargo en un comité de administración de federación (presidente, vicepresidente, secretario, tesorero o vocal) es ser adinerado o contar con un apoyo económico externo que permita prescindir de un salario o de honorarios y dedicarse al deporte de una forma altruista porque en esos cargos de administración en el SND no se recibe remuneración económica por los servicios prestados. Estos cargos son ad honorem.
Para llegar a los cargos de administración de un organismos del SND no se pasa por un proceso de selección exigente, no se exige formación en administración o gerencia deportiva – existiendo profesionales en el país formados en estas disciplinas – porque la resolución 1150 de 2019 es laxa. ¿Si no se cuenta con un dirigente líder, con conocimiento y experiencia, dónde queda el valor añadido diferenciador en funcionamiento y competitividad de mercado para la organización?
Si no hay un proceso de selección exigente, ¿cómo se puede garantizar que lleguen a estos cargos personas que además de capacidad intelectual posean los valores que debe poseer todo líder o dirigente, según Forbes?: visionario, fiable, valiente, flexible, ejemplar – “leading by example” -, impulsor, comunicador, conciliador, integrador, descubridor, y con cualidades y virtudes como paciencia, inspiración, transparencia, confianza, credibilidad, Integridad y honestidad.
¿Qué traen los cargos?
¿Qué puede hacer estos cargos ad honorem tan atractivos para algunos dirigentes a nivel de federación? Alguien dirá: “algo tendrá el agua cuando la bendicen”, y yo diría:
- Poder
- Un presupuesto cercano a los 3.000 millones de pesos (2020) para el caso de la natación
- Un ambiente sobre todo internacional de glamour y ostentación, todo gratis
- Viáticos
- Cargos internacionales a título personal derivados del puesto en la federación, por ejemplo, en natación:
– Jaime Cárdenas Gutiérrez, presidente de Confederación Sudamericana de Natación – CONSANAT – 1998 – 2006
– Edgar Iván Ortiz Lizcano, veedor médico Federación Internacional de Natación – FINA – (a 2020)
– Jorge Enrique Soto Roldán, miembro de la comisión técnica de polo acuático de la FINA
– Rafael Daniel Páez Bastidas, presidente de la comisión técnica de polo acuático de la CONSANAT (a 2020) y miembro del comité ejecutivo de la Federación Colombiana de Natación – FECNA – (2017-2021). - Control de cargos en la federación asignados sin procesos de selección, en muchos casos para amigos, ex compañeros de trabajo, deporte o juventud
- Elección de miembros internacionales para que nos representen como país, por ejemplo, para natación: FINA, Unión Americana de Natación – UANA – o CONSANAT.
- Cooptación de cargos en otros organismos. En una federación se puede hacer carrera para ocupar cargos en otros organismos, por ejemplo, para el Comité Olímpico Colombiano que, en 2019, obtuvo el manejo administrativo del 50% del presupuesto para el deporte élite (30 millones de dólares).
- Contratación pública nacional e internacional sin competencia.
- Ejercicio legal del monopolio porque en Colombia no se permiten dos federaciones del mismo deporte, lo cual pone a la federación existente en una posición de privilegio para organizar eventos nacionales e internacionales sin competencia.
- Dirigencia de una entidad con bajo control interno y externo.
Los dirigentes de la natación, al igual que en las demás federaciones (65), pueden llegar allí con un curso de 40 horas en administración deportiva válido por 10 años y visto bueno de una liga que le permita su postulación, y sin proceso de selección; no encontré caso en el cual opten a esos cargos siendo elegidos con un plan estratégico para los cuatro años a los que se postulan.
Una vez elegidos, inician el camino para perpetuarse en el poder, tiempo en el cual el organismo pierde su identidad, pierde competitividad y no evoluciona con la sociedad que representa. Al contrario, adopta la personalidad del dirigente de turno por el tiempo de su mandato y muchos años más. Para el caso de la Federación Colombiana de Natación – FECNA -, en los últimos 35 años ha tenido tres presidentes, así:
- Arquitecto Jaime Cárdenas Gutiérrez (1985 – 2005, 20 años)
- Médico Edgar Iván Ortiz Lizcano (2005- 2017, 12 años)
- Biólogo Jorge Enrique Soto Roldán (2017 – 2021)
Cabe anotar que el señor Soto estuvo ocho años en la presidencia de la Liga de Valle de Cauca de Natación (2009 – 2017) y lo más seguro es que esté buscando la reelección en la Federación por cuatro años más para el periodo 2021-2025 ya que la ley le permite dos reelecciones consecutivas. ¿Qué ha traído esto a 2020 para sus afiliadas: 23 Ligas privadas y una pública.
Veinte ligas tienen poco o nada de desarrollo en el deporte competitivo en sus siete disciplinas y la institucionalidad de la FECNA no llega a la mayoría de sus territorios; prácticamente clavados, artística y polo no existen en estas ligas. Antioquia, Valle y Bogotá tienen algo en natación carreras de nivel nacional y poca competitividad a nivel internacional, con algo de desarrollo en clavados, artística y polo. Incluso se presenta el caso que estas ligas le prestan jugadores de polo a las demás para que haya un torneo.
Sólo la Liga de Antioquia tiene un desarrollo administrativo y financiero que la hace tres veces superior a la misma FECNA y las demás ligas están entre el equilibrio y el déficit financiero.
Hace poco, escuché una intervención del entrenador Eduardo Movilla, un referente nacional en natación carreras, que concluía que nuestra natación carreras tiene 40 años de atraso internacional; nuestra natación carreras en mundiales y olímpicos no pasa de espectadora, salvo algunos casos particulares, por ejemplo, Pablo Restrepo (finalista Juegos Olímpicos Moscú 1980 y Los Angeles 1984).
Dra. Lina María, ¿no cree que poniendo atención a la dirigencia deportiva y a la estructura funcional de clubes, ligas y federaciones podemos llegar a donde su programa de gobierno desde el Ministerio del Deporte quiere llegar?
*José Fernando Botero Gonzalez, padre de Sebastián y la nadadora Valentina, ingeniero químico y dueño de dos records Guinness en la organización de catas de bebidas alcohólicas