Cuatro condiciones

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Se plantea un mecanismo de selección en unas condiciones inusuales. No es lo mismo el 2012 que el 2023.

Comienza a tomar calor al interior de Venezuela lo relativo a la elección primaria en las filas de la oposición,  lo cual a alguna parte de los ciudadanos del país pone a meditar.

Se plantea un mecanismo de selección en unas condiciones inusuales. No es lo mismo el 2012 que el 2023.

En aquel año no había unos gobernantes ad portas de ser juzgados por delitos de lesa humanidad, como ocurre en Venezuela; tal cual se trató de hacer, a posteriori de su presencia en el Palacio de la Moneda, con el general Pinochet gracias a la maniobra Garzón.

Si eso es así y quienes actualmente gobiernan Venezuela tienen una actuación similar a la del régimen militar de ese país con sus ciudadanos, pareciere incoherente buscar enfrentarle con cualquier candidato.

Si se comparte la premisa de actuación similar entre ambos gobernantes, el sureño de uniforme y quien dirige actualmente los destinos de Venezuela y, adicionalmente, se sostiene que quien le enfrente debe ser electo en primarias, deberá concluirse que ese venezolano debe cumplir, cuatro condiciones para tener éxito: competir, ganar, que le entreguen y que le dejen gobernar.

Basta que no pueda cumplir una sola de ellas, por más electo en primarias que sea, para que lo que se hubiere podido construir, fracase.

Pudiere afirmarse que esas condiciones operan bajo cualquier circunstancia y allí discreparíamos.

Un gobierno autoritario, de aceptar una derrota electoral, no entregará a cualquiera. Sólo lo hará a aquel que alguna garantía de supervivencia cierta le dé. Quien crea lo contrario -y el Chile de Pinochet o la Nicaragua del Ortega sandinista son un ejemplo- está errado.

Bajo esos parámetros, no necesariamente el que gane la primaria podrá hacer lo propio con el adversario que quienes gobiernan presenten. Bien porque no se pueda finalmente postular o porque, aún ganándole, por algún invento judicial no pueda asumir y en último caso, porque se le haga a él -y a todos-  la vida imposible durante el periodo respectivo porque no se pudo acordar una suerte de modus vivendi.

Pasar de un régimen autoritario a una democracia plena, bajo las condiciones actuales del país, es supremamente difícil. Por lo que, quienes demeritan de fórmulas distintas a la primaria, deberían explicar a todos, propios y extraños, como harán para cumplir las cuatro condiciones que señaló cuando al frente tienen, según se afirma por el número de presos y exilados, a un émulo de Pinochet pero sin uniforme.

Sería interesante que los venezolanos revisaremos lo que hizo la dirigencia chilena para salir de la dictadura que tuvieron  desde el 11 de septiembre de 1973 o quizás lo que también a lo interno en algún momento hicimos nosotros.  Allá hubo sensatez y desprendimiento pues estaban claros respecto de quien era el problema y cómo enfrentarlo, cosa que  uno quisiera ver en nuestra tierra actualmente.

La primaria es, probablemente, en condiciones de un país medianamente normal, el método ideal de selección del liderazgo nacional. La pregunta es, ¿esa normalidad existe en Venezuela?. Que cada quien, con cabeza fresca y serenidad de espíritu, se responda.

*Gonzalo Oliveros Navarro, Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia. Director de Fundación2Países @barraplural

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