About The Author
En abril hace un año
unas décimas escribía
sobre una compleja jauría
que aún al país hace daño.
Son maestros del engaño
que hacen de su posición
fortín de la corrupción,
pero sus manos se lavan
si las cosas se agravan
y muestran indignación.
Se venden como impolutos
de gran altura moral
pues sirve de capital
a funcionarios “astutos”.
Se lucran con los tributos,
trafican con inversiones,
y acaban instituciones
para ellos beneficiarse
sin tener que esforzarse
y engordarse en sus sillones.
Y son estos miserables,
de cuello blanco llamados,
que cuando son sindicados
se las dan de honorables.
Siempre terminan culpables
por los recursos robarse
y sus bolsillos llenarse
sin ningún remordimiento,
sentados en un asiento
para las leyes fajarse.
Es algo muy indignante
ver como estos personajes
arman sendos engranajes
para un robo repugnante.
Un fenómeno aberrante
del que se salvan muy pocos
y muchos se hacen los locos
pero que al final de cuentas
son personas irredentas
que nos dañan con sus zocos.
Que dolor la corrupción
para un país hermoso
lleno de tanto mañoso
robando sin compasión.
Genera gran desazón
pero le llegara la hora
a la mafia burladora
que se ha aprovechado
de un estado socavado
por dirigencia traidora.
*Oscar González, Licenciado en Filología e Idiomas. @oscarinbelize