About The Author
La Democracia claro que cuesta, quizás en procedimientos, pero da legitimidad.
(Lea también: El guiño de los dioses del Olimpo)
La Democracia es un sistema político frágil. Ya habíamos dicho unas cosas al respecto en una columna anterior. ¿Por qué es frágil?, porque fácilmente se abandonan sus virtudes y si se aferra al poder el gobernante la convierte en lo contrario, pero es al mismo tiempo fuerte por cuanto reside en la voluntad del pueblo. El concepto de pueblo es un poco gaseoso y quizás demasiado manoseado. Cuántos no se arrogan hablar por él. Pero claro, quien gobierne, sea el medio por el cual haya llegado al poder, hablará siempre a nombre del pueblo. Ese es el sentido de su gobierno. La fragilidad de la Democracia se advierte por cuán rápido se abandona su esencia de libertad para mantenerse en el Poder. Cuántos gobiernos autoritarios, contrarios a lo que podríamos llamar principios democráticos (períodos fijos de gobierno, competitividad electoral, libres elecciones, libertad de opinión y de medios de comunicación, estado de derecho y separación de poderes, etc.) les importan poco y se proclaman obscenamente democráticos.
Miremos el caso de nuestro vecino Venezuela. Se hace un acuerdo con la oposición que fue producto de prolongadas negociaciones y finalmente de firmó tal acuerdo que se denominó de Barbados por haberse firmado en esta isla cercana a Venezuela. Pero el acuerdo duró poco en el cumplimiento de las garantías pactadas especialmente para la oposición. Todos los obstáculos fueron colocados a los candidatos presidenciales de oposición. Después de mucho tire y afloje se realizan las elecciones y viene el capítulo más duro. Las Actas de votación de cada urna recogidas por los testigos de la oposición le dan el triunfo amplio a su candidato y por otro lado el gobierno de Maduro proclama su triunfo apoyado por el Consejo Electoral sin que se puedan verificar actas de votación. Todo esto es conocido y sabido. Vienen los reclamos y las manifestaciones opositoras y las contramanifestaciones de adictos al Régimen. Y hasta ahora lo que hay es el claro aferramiento en el poder del Régimen Chavista-Madurista y una implacable y dura represión, El régimen no se resigna a perder el poder, quizás porque cuenta con una carta poderosa y marcada: LAS FUERZAS ARMADAS. Cuidadosamente purgadas y alineadas en el proyecto chavista, denominado Revolución Bolivariana. A esto ayudó el régimen cubano cuyas tácticas controladoras tanto de las fuerzas armadas como las de la población civil fueron fielmente copiadas.
La aporreada democracia venezolana fue la más sufrida y poco queda de ella, es claro que al Régimen Madurista poco le importa la Democracia y que por encima de ella está la “Revolución Bolivariana”. Así ha quedado demostrado. Entonces el asunto ya no es de democracia sino de Poder. La presión democrática de otros países del continente americano y del europeo hasta ahora han mantenido inalterable el cuestionamiento al resultado electoral y a la posición del régimen de Maduro, que ya queda claramente configurado como una dictadura que se arroga una pretendida voluntad popular que dice representar. Aquí la democracia se fue…al carajo.
Pero no todas las Democracias son perfectas. Casi ninguna lo es. Por ejemplo, la más antigua del mundo y de Occidente la de Estados Unidos, igualmente acusa amenazas. Ya vimos la turba aupada desde la misma Casa Blanca para impedir el reconocimiento de Joe Biden como presidente. Tiene un sistema arcaico de Colegio Electoral, en donde sí se gana en el voto popular se puede perder en ese colegio electoral, con el supuesto legado de los padres fundadores, de equilibrar los estados menos poblados. Así, Hillary Clinton ganó en el voto popular y perdió en el Colegio Electoral (delegados de los estados). También se han dado denuncias para las elecciones presidenciales de noviembre/2024, en donde los Estados en donde gobiernan los republicanos se quieren rediseñar distritos para obtener ventajas de partido en las elecciones de Congreso.
(Texto relacionado: El juego de la lleva)
Pero no solo la izquierda autoritaria (Cuba, Venezuela, Nicaragua) es cada vez más enemiga de la democracia, sino también la derecha autoritaria como ocurre en El Salvador, y Argentina parece derivar hacia allá. Recientemente un Informe de la comisión interamericana de Derechos Humanos (CIDH) señaló la práctica desaparición del Estado de Derecho en El Salvador
La Democracia para que se sostenga y afirme tiene que ser algo más que un evento electoral. Empezando por constituir y empoderar ciudadanos con conciencia de derechos y deberes, pero principalmente con valores como tolerancia, respeto, igualdad de oportunidades, ejercicio de libertades. Que mezcle ejercicios de democracia representativa y participativa. Debe basarse en una Democracia Económica que cree sujetos económicos y el logro de una Economía Circular. Y una Democracia social que de oportunidades a todos y elimine todo tipo de discriminación. Así mismo, una democracia cultural que respete la diversidad y estimule la creación y la expresión artística. Y también una democracia Ecológica que consagre derechos a la Naturaleza y dé especial protección y realice una transición sin traumas graves hacia energías limpias. La Democracia Integral, que se expresa en 4 Democracias.
La democracia como medio de toma de decisiones, es hasta ahora un buen sistema de hacerlo. El margen de que muchos se equivoquen y elijan lo incorrecto, lo improbable o lo inútil, es mucho menor que si cualquier decisión importante la toma un puñado de personas muy ilustradas o de gran experiencia. De pronto ambos exámenes se requieran para acertar y legitimar lo decidido. Es cierto que un sistema de consulta es engorroso y también costoso. La Democracia claro que cuesta, quizás en procedimientos, pero da legitimidad. Otro aspecto importante del sistema democrático que garantiza ser un Estado de Derecho es la separación y equilibrio de Poderes. A los regímenes autoritarios no les gusta esto y por eso se aseguran de controlar usualmente desde el Poder Ejecutivo a los otros poderes.
La Democracia no puede verse simplemente como un procedimiento y juzgársela así. Implica valores y convicciones. Puede haber decisiones que se sustraigan del procedimiento democrático, como las emergencias que requieran decisiones rápidas, pero siempre mirando su conveniencia y teniendo opciones de decisiones que hayan sido previamente alimentadas de consulta aun hipotética y hoy en día la consulta telemática es ágil y no tan costosa.
Por último y por ahora, diría…la esperanza democrática es lo último que se pierde.
(Le puede interesar: ¿Qué nos pasa?)
*Víctor Reyes Morris, sociólogo, doctor en sociología jurídica, exconcejal de Bogotá, exrepresentante a la Cámara, profesor pensionado Universidad Nacional de Colombia.