Desde la academia para el liderazgo colombiano en la COP 16

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El Rector de Uniempresarial, escritor y autor de la primera novela ambiental de la literatura colombiana (“Agua dulce, agua de mar” Panamericana Editorial 2015), miembro de la Coalición Ecológica Nacional, RIZOMA, dentro del marco del XIV Congreso de Pacto Global llevado a cabo esta semana en la Cámara de Comercio de Bogotá, se dirigió a los líderes colombianos concurrentes a la COP 16 de Cali, en los siguientes términos:

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Los métodos y la forma como a escala global hemos adelantado el debate sobre la transición energética, es decir, sobre el conjunto de cambios en los modelos de producción, distribución y consumo de energía para proteger la tierra de la amenaza brutal que representa el cambio climático, son equivocados, agrietan la convergencia ciudadana mundial y conspiran contra la eficacia de lo que debe ser una estrategia internacional urgente con resultados tangibles.

De nada nos sirve reconocer que nuestros errores no son singulares dado que se repiten en diversos países. El asunto se ha prestado para la manipulación en medio de la polarización política que hace utilización maligna de las diferencias técnicas y valorativas sobre el tema, así como para la puesta en escena de posiciones artificiosas dado el enorme juego de intereses de peso sobre las decisiones que conciernen a todos en la arena internacional.

Tanto en el espacio internacional como en el colombiano durante los últimos meses tomó curso una discusión pública primitiva entre postulados absolutos, una dramática puesta en escena de la inutilidad, con impactos muy lamentables sobre las expectativas ciudadanas. Como lo vaticiné en mi trabajo sobre “La calidad del capital y el otoño de la insostenibilidad” publicado por Pacto Global a finales de 2021: “Las posiciones ultra radicales ayudan a crispar los ánimos, pero no favorecen salidas auténticas en la construcción de alternativas prácticas frente a la sociedad del rendimiento y la acumulación”.

Mientras cada día aparecen frases más atizadoras “contra el capitalismo y su canceroso funcionamiento biocida” y contra “su asesina procastinación”, en el ámbito doméstico aparece la negativa a toda nueva actividad relacionada con el petróleo y la extracción, se retarda la expedición de licencias ambientales para los proyectos de energías renovables y el uso responsable de los recursos naturales queda arrinconado por la minería ilegal, aliada del narcotráfico. Esa emulación entre equívocos golpea el ambiente económico y produce presiones inflacionistas que acrecientan la crítica influencia de la economía global sobre nuestro proceso económico y el precio de nuestra moneda.

Lo que duele verdaderamente en medio de esta batalla estéril, es que tanto el gobierno como los expertos, las plataformas ciudadanas como los grupos ecologistas, el empresariado consciente como la academia coincidimos en lo ineludible de la transición renovable, en que no se puede postergar la coordinación y puesta en marcha de una estrategia urgente en la ruta reductora del uso de combustibles fósiles y de su no menos rápida sustitución por energías renovables hacia un futuro sostenible.

El debate Público nos impone una autocrítica para superar el ultraradicalismo en la discusión sobre transición energética. Me pregunto por qué los actores políticos hablan todo el tiempo de la autocrítica, pero no la practican.

En la península ibérica los líderes ambientalistas nos han dado ejemplo alcanzando un Pacto sobre lo Fundamental, sobre lo posible.

No es que las cuestiones que definen los desencuentros sean menores, afirman los ambientalistas radicales en el caso de España, pero no solventaremos nuestras diferencias simplemente lanzándonoslas los unos a la cara de los otros. Y concluyen: “no podemos seguir así. Tenemos que parar, Tenemos que trabajar juntos para construir el futuro que tanto necesitamos”.

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Quienes firman el manifiesto autocrítico para el caso español son dueños de un gran prestigio y de enorme reconocimiento: Antonio Turiel, investigador Ciencias del Mar CSIC; Juan Bordera, guionista activista en Extinction Rebellion; Kike Ballesteros, CEAB-CSIC; Mar Reguant, Northwestern University Estudios de mercados eléctricos y de emisiones; Jordi Vilardell, periodista crisis climática y biodiversidad; Sergi Nuss Girona, U de G, expresidente SOS Costa Brava; Maria Serra Olivella, Justicia Climática, embajadora Pacto Climático Europeo.

El espíritu del Pacto Nacional Ambiental:

La hora que vivimos nos demanda más convergencia sobre el abandono de la idealizaciones imposibles y un compromiso unificante sobre metas alcanzables.

La tarea de los educadores es favorecer la movilización de la sociedad en todas las instancias de la ciencia, la tecnología, la innovación, la transformación económica, social, institucional y política, con el interés de producir el gran salto cultural como base del desarrollo humano sostenible y sus objetivos superiores.

Desde la Academia, enviamos este mensaje a todo el liderazgo colombiano reunido en Cali con la petición de cristalizar dentro del marco de la COP 16 un Pacto Nacional Ambiental sobre 5 prioridades fundamentales desde esta Conferencia y hasta 2030. Los temas conglutinantes para este pentágono de la convergencia nacional serían los siguientes:

– Todo proceso de paz debe tener un punto indiscutible en el acuerdo que persiga: No atentar contra el patrimonio natural en ninguna circunstancia.

– Con el agua como eje (PND) el 100 % de los municipios tendrá agua potable en los ámbitos urbano y rural, la cobertuira del alcantarillado será del 100% así como el tratamiento de las aguas servidas.

– La sociedad y el estado buscarán por todos los medios los objetivos de Cero deforestación y Cero minería ilegal y harán prosecución eficaz de tales propósitos.

– El componente educativo y cultural formará parte de los programas en todos los niveles y áreas de formación, así como de todas las acciones de los ministerios de educación y de las culturas, las artes y los saberes.

– Las rentas provenientes del petróleo y de todos los combustibles fósiles financiarán las prioridades del Pacto Nacional Ambiental y la transición energética como bases del esfuerzo nacional contra el cambio climático y por la sustentabilidad en las macroregiones de nuestro sistema biodiverso y en nuestros océanos.

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Nota del Autor: Las manifestaciones y propuestas contenidas en el presente artículo se formulan a título personal y no comprometen instituciones o colectivos con los cuales el autor esté vinculado.

*Juan Alfredo Pinto, escritor, economista, @juanalfredopin1.

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