Desobediencia civil en la revolución de las canas

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Cortesía Ministerio del Trabajo

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Si hace pocos días quedaron en nuestra mente las palabras de George Floyd, el afroamericano que murió bajo la rodilla de un policía, diciendo “no puedo respirar”, me pregunto: ¿cuántas personas mayores estarán diciendo “no puedo hablar”, “no me dejan salir” y “no puedo respirar en el parque”?

Cortesía Ministerio del Trabajo

En estos días de pandemia ocasionada por el Covid-19, se ha hablado cada vez más de los mayores, las personas que más se han visto afectadas por el encierro en razón a su imposibilidad para salir a tomar aire por orden de un decreto. En los años de mi vida, nunca había visto caso tal de desigualdad.

A las personas mayores que están en la ciudad se les veía en los parques hablando con los transeúntes, haciendo algún ejercicio o sencillamente sentadas admirando el paisaje, que es la necesidad de todo ser humano. La sabiduría de los mayores hoy se ha visto menospreciada, porque parte de la sociedad ya no tiene la capacidad de escucharles. Sin embargo, ahora encerrados y con la velocidad de los días detenida, podemos contemplar las circunstancias: algunos mayores salían a realizar algunas diligencias, sus vidas productivas no han terminado y, en su mayoría, no tienen redes sociales o el deseo de estar sentados frente a un computador haciendo lo que esta sociedad hace. Su mundo es más pausado, pero no por falta de vitalidad, sino porque nacieron en épocas donde el papel era más importante que los medios digitales y la naturaleza es su mayor inspiración.

Para quienes han tenido la fortuna de tener una persona mayor a su lado, podrán conocer su incontenible sabiduría y memoria; si alguien necesita un consejo, de seguro la persona que más sabe es quien recuerda la historia del país, que ha pasado por múltiples batallas. Por estos días, se les ha arrinconado a su suerte sin la posibilidad de salir y comunicarse; envejecer activamente es salud que mejora la calidad de vida. Por ese motivo, hoy lo más sensato es la desobediencia civil porque esta regulación va en contra de la justicia, la libertad y la vida.

Cualquier persona puede desobedecer leyes injustas y, de hecho, hubo una manifestación de personas mayores de 70 años. Después de meses de no escucharles ni verles por la calle, protestaron en contra del confinamiento. ¿Qué decir de las expresiones que se utilizan para citarlos? No es posible asociar a una persona mayor con expresiones como “abuelo o abuelito”. Es un atropello y las expresiones pueden llegar a ser ofensivas por el menosprecio de quienes creen que los adultos mayores son seres disminuidos.

La desobediencia civil como manifestación pacífica es un deber moral contra la regulación injusta. Si los ciudadanos estuviéramos unidos, la maquinaria del Estado podría detenerse para rectificar los errores. En medio de una pandemia y época de crisis, todos podemos expresarnos libremente y una forma de hacerlo es apelando a cualquier tipo de manifestación no violenta, lo que llama Gandhi como Satyagraha la fuerza de la verdad para defenderse de la injusticia. El poder reside en el pueblo y el servidor público no debería olvidar que vive de los ciudadanos.

Si queremos lograr cambios sin el uso de la violencia o ejercer acciones que profieran fallos en favor del pueblo, podemos entender que estamos en una sociedad más justa. Si hace pocos días quedaron en nuestra mente las palabras de George Floyd, el afroamericano que murió bajo la rodilla de un policía, diciendo “no puedo respirar”, me pregunto: ¿cuántas personas mayores estarán diciendo “no puedo hablar”, “no me dejan salir” y “no puedo respirar en el parque”? Acaso, ¿ésta no es una forma de asfixiarles?

Todo esto nos enseña a cambiar nuestro lenguaje, a no hacer uso de imágenes u otros elementos visuales o verbales peyorativos en contra de los mayores, a cambiar las falsas ideas de que son personas dependientes o enfermas, porque muy seguramente muchos de ellos tienen mejores ideas que otros o viven vidas más sanas que nosotros. Una sociedad digna reconoce el valor de los mayores, que son la sabiduría de los pueblos.

*Sandra Castillo, abogada, @sandra_doly

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