¿Ellos no quieren que usted piense?

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Que equivocados estábamos profesor, la cuestión no consiste en no pensar, es un asunto aún más complejo, todo se da en lo que ellos quieren que pensemos.

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Aún lo recuerdo bien, un hombre de gran edad, gafas al aire y canas disparejas en su cabello castaño,  se apoyaba sobre un bastón que más bien parecía mecer su propio peso. Aquel hombre se pone frente a mi junto a otros grupos de alumnos, mientras leía 12 cuentos peregrinos en honor a Gabriel García Márquez que recientemente había fallecido; respira hondo y dice:

¿Saben muchachos por qué hago esto de leerles sobre este hombre llamado Gabo, saben acaso porque lo hago?

Contesta un alumno:

¿Porque murió?

Responde el profesor:

En parte sí, pero no es todo, el meollo del asunto se debe incluso a un asunto algo más complejo. Eso deseo creer, lo hago porque ellos no quieren que ustedes piensen.

Respuesta que causa dentro del salón un silencio que se ve interrumpido por un joven curioso que le pregunta:

¿Ellos quienes?, ¿Qué hay que pensar?

El profesor decide sentarse y dice:

Quienes dominan a este pueblo, quienes dicen ser parte de nuestro diario vivir y realmente ustedes no les importan en lo más mínimo.

El estudiante vuelve a preguntar:

¿Ellos profesor?

El profesor responde:

Sí ellos, porque la libertad de un pueblo depende del conocimiento que tiene para si mismo, en qué se ilustra, cómo se educa, hasta qué come. Leer lo nuestro nos da cierto sentido de identidad, nos permite entender un poco más los sentires de nuestras gentes.

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Regresando al presente, es de mí un constante deja vú que alimenta mi mente observando la misma historia con los mismos personajes. Haciendo desfiles con sus nombres y apellidos frente a elecciones a la alcaldía, gobernación y asamblea, deparando 4 años del gobierno de los ungidos del pueblo, en mi departamento Sucre.

Este se hace más fuerte en mi mente al ver la miseria por la que pasan constantemente las generaciones de mi pueblo, condenando a sus jóvenes a tres opciones: el exilio de su tierra, la delincuencia o quedarse para arrodillársele a un politiquero que le dé empleo. Aquellas opciones son parte de la mentalidad del sucreño, de una política corrompida en la que terminan siendo normales los escándalos, que extrañamente no tienen consecuencias mayores, ni un reproche social sino más bien generan una especie de admiración.  

Aquella frase de nuevo retumba en mi mente: “ellos no quieren que piensen “

Que equivocados estábamos profesor, la cuestión no consiste en no pensar, es un asunto aún más complejo, todo se da en lo que ellos quieren que pensemos. ¿Qué querrá la clase política de Sucre que pensemos? Seguramente no querrá que sea en verificar sus planes de gobierno, sus apoyos financieros, sus orígenes políticos.

Pregúnteselo por un momento, aquellas páginas de noticias en Facebook ¿quién las paga? ¿Por qué x político apoya a B a la gobernación? ¿Por qué es exactamente esa suma de dinero la que le ofrecen por su voto? ¿Por qué en este departamento nada más hay dos periódicos y los mismos no tienen periodismo de investigación? ¿Por qué usted no sabe qué es o le han enseñado a manejar el SECOP? – la página donde se suben todos los contratos públicos -, ¿Por qué Sincelejo no cuenta con transporte público más allá del mototaxismo? ¿Será porque el mismo no es rentable para los dueños del mismo?, ¿Por qué el Fondo Mixto de las artes y la cultura de Sucre son los encargados del manejo administrativo de los recursos de la cultura si a quien le corresponde es a la secretaria de cultura departamental y en dado caso porque en Sucre no contamos con una?

Es necesario que en Sucre hagamos memoria  de la historia de la administración pública en nuestro departamento y cómo en su ejercicio esta empeñada en calcarnos al mismo personaje, un clon que cambia de apellido cada 4 años, pero que en la distancia de unos 8 años vuelve a ser el mismo. Siendo aún más interesante el saber que las elecciones ya están decididas antes que la gente vote, para ellos el inconveniente no es por quien usted vote, es con que plata lo hizo. Todo es aún más sencillo si se ve desde un punto de vista administrativo y se entiende que  el flujo de los dineros que llegan a usted perfectamente pudo invertirse en el agua que simplemente no tiene, no es permanente o está contaminada.

¿Puede ser que salgamos de este panóptico atrozmente materialista?, ¿Hago parte de una generación que se atreverá a intentarlo? La respuesta es muy sencilla, todo depende de cómo eduquemos al departamento de Sucre, para tal vez poderle cumplirle a aquel profesor de español y terminar aquellos 12 cuentos peregrinos. 

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*Julián Enrique Beltrán Méndez, gestor cultural, Ovejas, Sucre

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