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Insólitas parejas
Daniel Samper Pizano (Ilustrado por Matador)
Aguilar
346 páginas
Qué esta reseña empiece con mitología pagana: ¡Cupido y Eros!; los dos son más o menos el mismo dios: Cupido se llama el romano, Eros el griego. Ambos son la fuerza que hace que los cuerpos se atraigan – y digo cuerpos y no sexos porque está suficientemente demostrado que les tiene sin cuidado si esas almas se juntan hombre-con-hombre, mujer-con-mujer, o-del-mismo-modo-en-el-sentido-contrario -. La sutil diferencia entre los dos es que Eros es un adolescente malévolo y libidinoso y Cupido un bebé regordete y cachetón; el caso es que son iguales de irresponsables y caprichosos, y lo peor es que cargan flechas infectadas con grandes dosis de amor y atracción que no han aprendido a usar muy bien y que generalmente causan estragos.
Cupido y Eros son los protagonistas ocultos de este libro que hoy dejamos irresponsablemente en las estanterías de la Biblioteca Diaria de La Línea del Medio; se trata de Insólitas parejas, escrito por el periodista y novelista Daniel Samper Pizano e ilustrado por Matador. Son doce historias que involucran a personajes tan peculiares como Winston Churchill, Lucrecia Borgia, Madame Curie, Karl Marx, Tchaikovski, El Sabio Caldas, Albert Camus o Mao Zedong, entre otros.
Como el propio Daniel Samper lo expone en prólogo, titulado atinadamente como “Amores, alcobas y algoritmos”, estas historias no se limitan a “menudencias de alcoba, sino que exploran la sociedad y la época en la que tuvieron lugar y las consecuencias que produjeron”, es decir, problemas de Estado, descubrimientos científicos, carreras literarias, composiciones musicales, suministro de venenos y hasta el tamaño de los pies de las chinas.
Este libro es una galería de parejas, algunas improbables, muchas infelices y apenas unas pocas afortunadas. Está bien investigado y lo evidencia una muy buena bibliografía al final del texto. Las ilustraciones de Matador son pertinentes y acentúan ese carácter de comedia humana de emparejamientos y desencuentros que ha marcado la historia. Por otro lado, el libro es divertido, bellamente editado y deja una moraleja clarísima: ¡El amor es un desastre! Así que corred cuando sintáis que viene un niñato volador con un carcaj a sus espaldas, no vaya a ser que no nos vea y nos perdamos de sus flechas.

Mauricio Arroyave, periodista, lector caprichoso y frustrado librero, @mauroarroyave