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Un genocidio en vivo estamos presenciando y nadie ha podido detener a Israel y sus cómplices que apoyan esta carnicería
Si el redentor viniera en esta época no encontraría reposo en Palestina, el hijo de Dios nació en Belén, ciudad, ubicada en la actual Cisjordania. Según los relatos de los evangelios de Mateo y Lucas, un niño que fue buscado por gobernador Herodes para matarlo por miedo a perder el poder porque sabia que vendría un rey de acuerdo con las profecías bíblicas. El niño nace en la casa del pan como se traduce Bethlehem (Belén), lugar que frecuentaban los turistas, pero por ahora se cancelan los festejos, las risas y se apaga la vida.
Nadie tiene ánimo para celebrar nada, Jesús (Yeshua en hebreo) y sus enseñanzas no pueden ser escuchadas, aquel que enseñó sobre el amor, solo observa odio representado en los escombros de Gaza. Allí el alto al fuego es una utopía no solo por razón de creencias, sino por el objetivo militar de ocupar totalmente la franja.
Un genocidio en vivo estamos presenciando y nadie ha podido detener a Israel y sus cómplices que apoyan esta carnicería, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, España, Francia, Alemania. Aquellos que no se pronuncian o que lo hacen ambiguamente son responsables por acción o por omisión, porque no intervienen o lo hacen soterradamente. Su silencio los hace solidarios con hechos imposibles de ocultar. El informe de Amnistía Internacional es claro y soporta en el terreno el genocidio y la deshumanización de los Gazaties.
Las Fuerzas de Defensa de Israel – FDI, utilizaron inteligencia artificial, el sistema Lavender para decidir a quién bombardear en Gaza. Según lo revelo una investigación de +972 Magazine y Local Call, medios de comunicación israelíes, al menos 15.000 palestinos fueron víctimas de un sistema usado con absoluta frialdad, para asesinar a personas en sus hogares en un término de 20 segundos, es decir que muchos inocentes murieron por causa de una aplicación de IA que los escogió.
Finalmente, citaré lo dicho por Francesca Albanese, relatora de la ONU, sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967 “Anatomía de un Genocidio”, donde existen motivos razonables para determinar que Israel ha cometido genocidio.
Los patrones históricos de genocidio demuestran que la persecución, la discriminación y otras fases preliminares preparan el terreno para la fase de aniquilación del genocidio. En Palestina, desplazar y borrar la presencia árabe indígena ha sido una parte inevitable de la formación de Israel como “Estado judío”.
Elementos constitutivos del genocidio
La Convención contra el Genocidio codifica el genocidio como “cualquiera de los actos mencionados, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal”. En consecuencia, el delito de genocidio comprende dos elementos interconectados:
a) El actus reus: la comisión de uno o más actos específicos contra un grupo protegido, a saber:
i) Matanza de miembros del grupo;
ii) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;
iii) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;
iv) Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo;
v) Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo;
b) La mens rea: la intención que subyace a la comisión de uno o más de los actos mencionados anteriormente, que debe establecerse, y que incluye dos elementos entrelazados:
i) Una intención general de llevar a cabo actos delictivos (dolus generalis);
ii) Una intención específica de destruir al grupo objetivo como tal (dolus specialis).
No existe duda de lo que esta sucediendo en Palestina, el lugar donde el hijo de Dios ha nacido, es genocidio. No hay alegría para los niños en Gaza y si hay responsabilidad estatal.
La conclusión del informe dice: “La naturaleza y escala abrumadoras del asalto israelí a Gaza y las destructivas condiciones de vida que ha infligido ponen al descubierto la intención de eliminar físicamente a los palestinos como grupo.” “El genocidio israelí contra los palestinos de Gaza es una fase agravada de un largo proceso colonial de asentamiento tendente al borrado existencial. Durante más de siete décadas, este proceso ha asfixiado al pueblo palestino como grupo ―demográfica, cultural, económica y políticamente― buscando desplazarlo y expropiar y controlar sus tierras y recursos”. Por esto hay motivos razonables para creer que se ha alcanzado el umbral que señala la comisión de actos de genocidio contra palestinos en Gaza.
Escribo con el anhelo de vida y con la esperanza de no ver más injusticia y devastación de seres humanos, con el anhelo de que cese el sufrimiento.
Así acaba el año, ¡Pero cuando terminará el horror!
*Sandra Castillo, profesional en derecho, estudios de Maestría en Paz, Desarrollo y Ciudadanía. @sandra_doly