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La ciencia en el alma
Richard Dawkins
Espasa
511 páginas
Cuando vi el título del libro que hoy dejo en la Biblioteca Diaria de La Línea del Medio fruncí el ceño -bueno, eso de hacer mala cara no es raro en mí-: ¿Cómo era posible que el más reciente libro de mi ídolo vivo, un biólogo, matemático y racionalista como Richard Dawkins, se llamase La ciencia en el alma? Es decir, se refiera a un concepto tan poco científico como ‘el alma’. Espero que me entiendan: me parece maravilloso el título, lindo incluso, pero en un principio me sorprendió.
Luego, al abrir esta bellísima edición que acaba de ser publicada en Colombia, me fui dando cuenta de que no tiene nada de raro: Dawkins pertenece a la escuela de ese otro ídolo mío, Carl Sagan, quien defendía el más estricto rigor científico para avalar el conocimiento universal, pero aceptando que éste tiene origen en una necesidad espiritual del hombre, en una profunda visión poética, romántica si se quiere. Esto quiere decir que, por ejemplo, Magallanes le dio la primera vuelta al mundo no sólo para traer a España pimienta de las Islas Molucas, sino por su deseo de descubrir, abrir la mente, romper las fronteras de la mente y la capacidad humanas. La palabra ‘alma’, pues, no aparece en el título de este libro como “un espectro que sobrevive a la muerte del cuerpo”, sino a esa identidad personal, a ese sentimiento espiritual, que no religioso, que mueve, también, a la ciencia.
Richard Dawkins es una superestrella de la divulgación científica. Ha publicado trece libros y sus escritos, conferencias, plataformas electrónicas son seguidos por millones de personas en todo el mundo. Es un polemista brillante y demoledor: lúcido, cáustico, tierno, irreverente, elegante, divertido y, en la más de las veces, descortés con embaucadores, predicadores, magos, tarotistas, adivinadores de suerte, moralistas y habladores de mierda. Su lucha se ha centrado contra las ‘Fake News’ y las creencias, religiosas o pseudocientíficas, que pretenden imponerse para desgracia de ‘niños, animales no humanos y gente oprimida por oponerse a las imposiciones de la autoridad’ -palabras éstas de su editora, Gillian Somerscales– como la xenofobia o la misoginia.
Pero vamos al grano, como diría el dermatólogo: La ciencia en el alma es una antología, la segunda después de El Capellán del Diablo (2003), con 41 ensayos, discursos y artículos periodísticos. En ellos ataca la ‘mala ciencia’, la irracionalidad como base para tomar decisiones políticas y se va lanza en ristre contra quienes niegan el cambio climático, defiende el laicismo en las escuelas y a la ciencia como mensajera de explicación, consuelo y los valores que se han querido atribuir, en exclusiva, las religiones. Son ocho grandes capítulos, cada uno con una breve introducción de su editora. El libro también trae la necesaria referencia de fuentes, la necesaria bibliografía y un utilísimo índice analítico.
Una cosa final: de Richard Dawkins hay muchos textos clásicos de lectura placentera y reveladora, como El Gen egoísta (1973), Destejiendo el arco iris (1998) o Evolución, el mayor espectáculo sobre la Tierra (2009), pero el texto que más recomiendo de él es su polémico y demoledor El espejismo de Dios (2006), con un arsenal de ideas demoledoras contra las religiones y algunos mitos moralistas contemporáneos. Y de ese libro debería hacer una reseña aparte.
Mauricio Arroyave, periodista, lector caprichoso y frustrado librero, @mauroarroyave
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