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Venezuela se juega El Esequibo.
Así, en cinco palabras está el país discutiendo una parte de su territorio del cual fue privado en 1899 por un laudo arbitral en el que no pudimos actuar sino que fuimos representados por terceros y que la Venezuela del siglo 20 nunca reconoció como válido.
Esa causa cursa en la actualidad ante la Corte Internacional de Justicia en la cual Venezuela ha sido citada a audiencia para el próximo mes y está llamada a presentar un memorial de defensa en abril del 2024.
Mientras eso ocurre, el gobierno guyanés que ocupa el territorio, suscribe con empresas petroleras internacionales, acuerdos de explotación del territorio de los recursos naturales del mismo, esos que originaron el interés inglés que llevó al citado laudo, sin que -para sorpresa de muchos- el gobierno caraqueño solicite ante el órgano jurisdiccional que conoce la causa, medidas judiciales tendentes a suspender esa expoliación pues, de eso se trata, si finalmente la decisión es favorable a Venezuela. Adicionalmente no enfrenta con rigurosidad unas desafortunadas declaraciones del señor Almagro sobre el tema con vista a una decisión política venezolana.
Esta ha sido la de convocar desde el Consejo Nacional Electoral un referendo para que los venezolanos que puedan participar, que no somos todos pues la gran mayoría de quienes fuera del país nos encontramos no podremos hacerlo, emitamos opinión no vinculante sobre la estrategia del señor Maduro y su gobierno respecto del tema en cuestión.
Una gestión que se ha caracterizado por privar a los ciudadanos de opinar, como lo hicieron por ejemplo al impedir el revocatorio del 2017 o crear una constituyente ese mismo año sin la opinión ciudadana respecto de su necesidad. Hoy, a sabiendas que es su obligación defender los legítimos intereses del país, pretende distraer la atención de todos, convocando un evento inocuo que, a la larga, vista la división interna nacional por la forma y manera como se ejecuta la gestión política venezolana, pudiere resultar contraproducente si la presencia no es masiva, a lo cual coadyuva, ya lo dijimos, la ausencia de quienes afuera estamos.
Meses atrás, con ocasión del plazo que la Corte Internacional de Justicia diere hasta abril próximo, escribimos una columna como esta en la cual sosteníamos que, independientemente de quien rigiere los destinos del país, ese liderazgo debía buscar que las mejores mentes jurídicas venezolanas, contribuyeren en la construcción de la estrategia de defensa del territorio nacional. Desconozco si eso se está haciendo. Si lamentaría, en todo caso, que el referendo convocado, en lugar de colaborar a la causa, de alguna manera la perjudicare.
No desconozco que en cualquier proceso, su resultado se legitima o no, por la visión que al respecto se construya alrededor de la opinión pública. Sin embargo, estoy más que claro que, independientemente de lo que esta piense, será la decisión jurídica que se adopte en el citado órgano judicial, la que finalmente prevalecerá, por lo que la atención central debería estar puesta en el proceso.
*Gonzalo Oliveros Navarro, Abogado. Director de Fundación2Países @barraplural