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Se debe acabar con los mitos de antaño en donde se mostraba a una mujer apática a las ciencias, tecnologías e investigaciones.
En el seno la ONU, dentro de la “Comisión de la condición jurídica y social de la mujer”, se propuso como tema central en este año 2023: “La innovación y el cambio tecnológico, y la educación en la era digital para alcanzar la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas”. Con este asunto en especial se buscaba reconocer y homenajear a mujeres, niñas, adolescentes y a las organizaciones de feministas que están luchando por el avance de la tecnología transformadora y por el acceso a la educación digital. Por consiguiente, en el pasado 8 de marzo Día Internacional de la Mujer, se exploraron los efectos de la brecha digital de género en el crecimiento de las desigualdades sociales y económicas. También se puso de manifiesto la importancia de proteger los derechos de las mujeres y las niñas en los espacios digitales; a su vez se tocó el tema de la violencia de género en las redes sociales y su impacto en la sociedad actual.
Incorporar a las mujeres, así como a aquellos grupos tradicionalmente marginalizados, a las nuevas tecnologías, permite soluciones más creativas y tener un mayor potencial para innovaciones que satisfagan las necesidades de las mujeres y promuevan la igualdad de género. Las crecientes brechas son cada vez más evidentes en el contexto de las habilidades digitales y el acceso a las tecnologías, una falencia digital, por llamarla de alguna forma, que deja atrás a las mujeres estadísticamente hablando con relación a los varones.
Todo este despliegue del tema propuesto para este año, concuerda con el complejo universo pos realidad que significa el Metaverso, tan necesario en nuestros días para ser competitivas y productivas con calidad, pero, ¿será qué esto es lo fundamental en América Latina, en especial en Colombia, en donde los índices de analfabetismo y desescolarización, además de la deserción escolar todavía arrojan cifras alarmantes?; no sería mejor seguir apostándole con contundencia a la erradicación del analfabetismo y preparación técnica para así poder dar el salto a las tecnologías; antes de innovar hay que crear entornos formativos básicos; no hay era digital donde todavía se cocina con leña, no hay fluido eléctrico constante, ni un internet gratis, sobre todo en zonas rurales.
Seguiremos encabezando las cifras de las más pobres, las más analfabetas, las peor remuneradas y las más violentadas, cuando no se garantice a nuestras niñas, adolescentes y mujeres en general, el acceso a la educación de calidad con inclusión que indefectiblemente va de la mano con la era digital y las nuevas tecnologías transformadoras que a la postre constituyen un requisito fundamental para un futuro sostenible. Se debe acabar con los mitos de antaño en donde se mostraba a una mujer apática a las ciencias, tecnologías e investigaciones, ya que últimamente nuestro país ha brillado por ejemplo en la NASA, con la ingeniera aeroespacial Diana Trujillo Pomerantz o en Europa con la astrofísica Andrea Guzmán Mesa.
Dale alas a una mujer y no solo volará, sino que, en los cielos de seguro, construirá su propio universo.
*Doris Ortega. Abogada egresada de la Universidad de Cartagena, Magíster en Derecho de familia y derecho penal de la Universidad de Barcelona, Docente Investigadora. @DorisOrtegaGal