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“O paran esta guachafita o cierro la facultad y monto galpones que me dan más plata” -espetó Alberto Montoya, exalcalde de Bucaramanga y exrector de la UNAB, cuando años atrás un reducido grupo de estudiantes, entre los que me encontraba, protestábamos porque no teníamos equipos idóneos para formarnos como periodistas. Los galpones ahora son hatos, bancos, empresas y bufetes porque allí está la plata y ya no en los huevos y gallinas: la academia está interesada en formar y graduar en masa profesionales para que a bajo coste se sumen y enriquezcan a un puñado de industriales y empresarios antes que, en educar seres honestos, transparentes y con principios.
En los claustros de las más prestigiosas universidades se han formado muchísimos de los “ilustres” políticos, contratistas, interventores, empresarios, periodistas, abogados y demás etcéteras que han robado el erario, asesinado, difamado y desplazado: Zuluaga se graduó de la Javeriana al igual que Salvatore Mancuso, que si bien no terminó su carrera de Ingeniero Civil cursó allí varios semestres, Uribe es egresado de la de Antioquia, Guido Nule de la del Atlántico, Pretelt del Rosario, Diego Cadena de la Central del Valle del Cauca, García Arizabaleta de la San Buenaventura, Richard Aguilar de la Sergio Arboleda…la lista es interminable. No nos venga ahora con teorías rebuscadas, tesis doctorales y ecuaciones acomodadas para decirnos que son “manzanas podridas” ¿Cuándo habrá un mea culpa de la academia colombiana?, ¿cuándo tendrán la grandeza de aceptar que han sido parte del caos y no de la solución?, ¿cuándo entenderán que una cosa es educar y otra muy distinta formar?, ¿cuándo tendrán la decencia de ajustar sus pénsum apuntalados no hacia una ética empresarial sino a una ética social?… “amanecerá y veremos”, dijo el ciego.
*Roque Monteiro. comunicador social – periodista retirado, fotógrafo sin cámara, autor de varias novelas, cultivador de yuca y viajero incansable. Miembro del colectivo Psicolombianos de Diván.