Los pasos de Iván Duque hacia la autocracia

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Sacado de El Dínamo

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El profesor Larry Diamond de Stanford University, experto en estudios de democracia, elaboró los 12 pasos del autócrata. No quedan dudas de que Iván Duque camina hacia la autocracia con paso firme.

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De Viktor Orban en Hungría a Jair Bolsonaro en Brasil, pasando por Narendra Modi de India, Recep Tayyip Erdoğan de Turquía y nuestro Iván Duque de Colombia, los líderes elegidos están poniendo en riesgo la democracia. El paso de Donald Trump por la Casa Blanca reveló que hasta las democracias establecidas son vulnerables a la autocracia. ¿Por qué tendría suficientes anticuerpos la colombiana, una democracia más atenta a las formas que a la sustancia? 

El profesor Larry Diamond de Stanford University, experto en estudios de democracia, elaboró los 12 pasos del autócrata. No quedan dudas de que Iván Duque camina hacia la autocracia con paso firme.

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La gravedad de algunos hechos sucedidos en Colombia explica el cambio de orden en los pasos de Diamond.

  • Demonización y deslegitimación de la oposición
  • Demonización de la sociedad civil

(Lea también: Iván Duque, el Bordaberry colombiano)

Los autócratas invocan los valores de la patria, la integridad, el honor, el trabajo y Dios; los opositores no pueden adherir a ellos por definición (si fueran honorables y patrióticos, no tendrían por qué pensar de manera diferente al autócrata). De todos los pasos hacia la autocracia, éste es el que más se percibe en Colombia. El presidente Iván Duque no oculta su obsesión con Gustavo Petro. 

“Cuando gané las elecciones, el candidato que derroté dijo que iba a estar en las calles todo mi mandato, que iba a protestar todo el mandato, que su propósito era no dejarme gobernar el país”, se lamentó en una auto-entrevista publicada en La Línea del Medio (El mundo de fantasía de Palacio de Nariño en video).  “¿Quién gana si hay un retraso en el programa de vacunación? Aquellos que quieren construir sus ambiciones políticas a través del caos. ¿Quién podría estar interesado en generar una crisis de salud masiva que derive en un pico de nuevos casos que han sido desencadenados por nuevos conglomerados de personas? Aquellos que quieren hacer crecer sus ambiciones políticas a través del caos. Pero eso no es patriótico en absoluto; eso no es nada honorable.”, continuó.

Los videos de alta factura que sus funcionarios, amigos y aliados circulan describen a Gustavo Petro al frente del vandalismo sin una pizca de evidencia. La excanciller Claudia Blum distribuía un video que acusaba a Gustavo Petro de terrorismo de manera directa; otro, con guión inspirado en las palabras de Andrés Pastrana, asocia a Gustavo Petro con Iván Márquez. ¿Habrán sido pagados por el autócrata? 

Lo cierto es que el Palacio de Nariño se esfuerza en posicionar una narrativa del petrismo como un movimiento demónico para Colombia.

  • Cambio de reglas electorales
  • Control de la administración electoral

(Texto relacionado: La instrucción de Adriana Mejía)

Quizás lo más grave que se ha reportado en los últimos meses tiene que ver con la intención de ampliar el mandato presidencial. Veinticinco congresistas prepararon el texto, que contaba con el visto bueno del gobierno. Esto no es un rumor; es un hecho. Son varios los directores de partido y los congresistas que reportaron llamadas telefónicas de parte del ministro del interior Daniel Palacios. Entretanto, mientras el gobierno conspiraba para quedarse, suspendía por segunda vez las elecciones para las juntas de acción comunal por razones de la pandemia. Súmele a esta degradación del respeto a las reglas de juego el proyecto de ley que se avecina: el levantamiento de las restricciones impuestas por la ley de garantías electorales, que restringe el gasto público durante campaña, todo para que el gobierno pueda aceitar su maquinaria electoral bajo el pretexto de la necesidad de reactivación económica.

Además, el Congreso de la República es el único en América Latina sino del mundo que todavía sigue en modo virtual. Con todos y todas en las calles, ¿para qué reducirlo a una pantalla virtual sino para diezmarlo?

En este cascarón de democracia, tan sensible a las formas, lo impensable se está volviendo realidad: el rompimiento formal de las reglas de juego.

  • Erosión de la independencia de las cortes

Iván Duque no dudó en cuestionar la medida de aseguramiento dictada por la Corte Suprema de Justicia contra su mentor político. “Álvaro Uribe enfrentó al narcotráfico, al terrorismo y a los regímenes totalitarios de América Latina (…) Duele, como colombiano, que muchos de los que han lacerado al país con barbarie se defiendan en libertad o, inclusive, tengan garantizado jamás ir a prisión y que a un servidor público ejemplar, que ha ocupado la más alta dignidad del Estado, no se le permita defenderse en libertad con la presunción de inocencia”, afirmó. Tampoco ahorró esfuerzos en gestiones internacionales para conseguir manifestaciones de presión a la Corte como lo prueba este trino:

(Le puede interesar: El mundo de fantasía de Palacio en video)

Además de presión, hay cooptación como se evidenció con la cita en Palacio de Nariño del Presidente con las altas cortes, un encuentro que los magistrados no deberían haber aceptado. Al terminar, se plegaron a la narrativa del paro nacional como un conjunto de hechos delictivos sin siquiera recordar el alcance del derecho fundamental a la protesta.  

A la presión y a la cooptación de los tribunales, hay que sumarle el control de la Fiscalía y de todos los órganos de control que se utilizan para perseguir a los opositores políticos. Recordemos las dudosas bases del proceso contra Sergio Fajardo así como las investigaciones de la Procuradora Cabello contra parlamentarios de Colombia Humana hasta por lo que dicen. Con el apoyo del Gobierno, la Procuradora busca facultades en Congreso para destituir a su antojo a funcionarios elegidos en contra de la jurisprudencia internacional que Colombia está obligada a respetar.

  • Socavamiento de la independencia de los medios
  • Control de la radiofusión pública
  • Control del Internet

Todos los gobiernos colombianos han mantenido relaciones de mayor o menor cooptación de los medios tradicionales. Pero el gobierno de Iván Duque ha ido más allá. De su mano se está consolidando un ecosistema de medios similar al de Estados Unidos. Unos pocos medios diseminan información filtrada, sin confirmación, para lograr los objetivos políticos del gobierno. Así sucedió, por ejemplo, con un informe de seguridad que tenía como objetivo incidir en las elecciones de Ecuador. Cuando no se puede cooptar, bien vale, como lo plantea Daniel Coronell, suplantar: las auto-entrevistas y los videos llenos de noticias falsas, divulgados  por el gobierno, están a la orden del día. 

En medio del paro, los medios alternativos, la mayoría digitales, han captado mayor audiencia. En consecuencia, sus emisiones en vivo se han vuelto peligrosas. Como si estuviéramos en Birmania, el relator especial de Naciones Unidas para la reunión pacífica, Clement Voule, denunció los bloqueos de Internet en Cali como “inaceptables en democracia”, algo de lo que también se quejan los manifestantes del Portal de las Américas en Bogotá.

La censura en la radiofusión pública desnudó la arrogancia de este gobierno. Como bien lo vimos con el caso de Los Puros Criollos, no existe espacio para un opositor en los medios públicos. Pero sí lo hay en la administración para los censuradores. El director del sistema público que liquidó el programa permaneció en el gobierno. Juan Pablo Bieri adentro, Santiago Rivas afuera. También funge de alto directivo el director de la bodega uribista. Trolles gobiernistas sí, Víctor Muñoz también.

  • Enriquecimiento de los amigos

Un ejemplo de muchos: Fedegán recuperó la administración de los parafiscales.

No hay lugar a equivocarse:  estamos en medio de un proceso de acumulación de poder en el ejecutivo, que pacta con los militares el control de las calles para continuar en lo suyo. En otras palabras, Duque entrega poder para ganar poder. No se trata de un gobernante débil sino de uno que está cambiando la piel: de demócrata a autócrata. Y, si dudan, recuerden: en las democracias, no se asesinan manifestantes.

Los invito a que sigamos construyendo este texto a decenas de manos. Aquí he listado solo un par de casos por variable; hay mucho más para contar.

*Laura Gil, politóloga e internacionalista, directora de La Línea del Medio, @lauraggils

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