Otra reforma tributaria

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No preocupa que se busque mejorar el estado fiscal tan estropeado; preocupa que se impulse una reforma tributaria para golpear a los pobres.

En momentos en que la clase media y trabajadora está asfixiada por una cascada de impuestos las difíciles condiciones propias de la pandemia, el gobierno sorprende con su anuncio de promover una nueva reforma tributaria, la cual se está diseñando y a espera que la Comisión de Expertos le dé los últimos retoques para ser presentada al Congreso.

Que se promueva una iniciativa de los quilates que ésta representa no es preocupante; en últimas, el país tiene que mejorar su estado fiscal tan estropeado, pero lo verdaderamente preocupante es que se impulse una reforma tributaria para golpear a los pobres y para dar un tiro de gracia a millones de colombianos que se ubican en los estratos medios.

Se especula mucho sobre el contenido de esta nueva reforma que, en todo caso, estaría proyectada para recoger entre 15 y 20 billones de pesos, lo que representa el 1,5 por ciento del Producto Interno Bruto.

Se dice, por ejemplo, que se estaría analizando gravar con IVA otros 83 productos de la canasta familiar. La ampliación de IVA a la canasta familiar es regresiva; se deben eliminar los descuentos y beneficios tributarios al gran empresariado multinacional y a la megaminería e hidrocarburos, que tiene más de doscientos descuentos y beneficios tributarios, restablecer el impuesto a la riqueza y con esto financiar la renta básica mensual para diez millones de familias colombianas. Es decir, lo que se necesita es reducir el IVA para reactivar la demanda y reducir los beneficios tributarios a sectores como el financiero y el minero-energético. Eso sería lo más sensato.

Ampliar productos para que tengan IVA sólo traería el decrecimiento del consumo por parte de las familias y agudizaría la crisis social de millones de colombianos con menos ingresos, lo que traduciría, eso sí, en una deficiente calidad de vida y una malnutrición en los más vulnerables, que no podrían tener acceso a comprar productos con alto contenido proteínico como carnes y huevos. Al ampliar la base de contribuyentes, es claro que será a costa de gravar a los trabajadores en el país.

Como están las cosas hoy, según datos de la misma DIAN, hay 98 productos de la canasta familiar que están gravados con una tarifa general de IVA de 19%, otros 10 de ellos tienen gravamen del 5% y 73 están excluidos, es decir, están en el grupo de los de 0%.

La reforma tributaria debe priorizar más bien la recuperación económica, el consumo del producto nacional y la creación de más fuentes laborales para recuperar la empleabilidad y el aparato productivo tan maltrecho por las consecuencias de la pandemia.

Debe el Gobierno contemplar la posibilidad de eliminar las exenciones a la gran industria, al gran empresariado, a los ricos de este país e incluso apretar al sector financiero que tanto se ha beneficiado de los usuarios y que tan jugosas y millonarias ganancias perciben al año.

En todo caso, cuando la reforma sea radicada e inicie su trámite respectivo en el Congreso de la República, nos opondremos, por considerar que es una reforma nociva, regresiva y que lesiona los intereses y el bolsillo de la clase trabajadora, de la clase media y de quienes con su fuerza laboral sacan adelante al país todos los días.

Los liberales socialdemócratas estaremos muy atentos a la discusión y al debate de esta reforma; creemos que no es estropeando a la gente del común, al pequeño y mediano empresario, a los empleados, como se logra estabilidad fiscal. Por el contrario, se requiere poner en cintura a los ricos, a las multinacionales y a un pequeño porcentaje de colombianos que hoy concentran la riqueza de la gran mayoría. Ellos son los que tienen que contribuir a sanear fiscalmente el país y no la gente que batalla todos los días por su sustento y sacar a sus familias adelante a punta de paupérrimos salarios que, en la mayoría de los casos, sólo les alcanza para subsistir.

Sí a la renta básica, sí a la recuperación económica del aparato productivo y la empleabilidad, sí a defender la industria nacional, sí a gravar las altas pensiones. No a la extensión del IVA a más productos de la canasta familiar, no al contrabando, no a la evasión, no a los privilegios para el gran empresariado y las multinacionales.

*Guillermo García Realpe, Senador, @GGarciaRealpe

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