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Este fin de semana, algunos diarios publicaron un análisis de cuánto le ha costado a la economía el paro nacional y concluyen que afectará “gravemente” el empleo y el crecimiento. Entonces, ¿cuánto le cuesta al país la inexperiencia del Presidente Iván Duque?
La responsabilidad del bajo crecimiento económico, las cifras de desempleo, la tasa de desocupación de los jóvenes, la fuga de dineros por la corrupción y la escalada de la violencia en los territorios, no es de los manifestantes .Algunos diarios y secciones económicas de los medios presentaron un balance de las pérdidas que ha dejado el paro nacional y le achacan esta desaceleración a las movilizaciones que iniciaron el 21 de noviembre. Incluso, concluyen que se podría generar (más) desempleo y decrecimiento económico. Puro pánico inducido.
En aras del balance informativo y la evaluación de la situación con un espectro más amplio, valdría la pena revisar los ‘coletazos’ que le ha dado a la economía del país la inexperiencia, medidas retardatarias y otras populistas de este gobierno.
1. La forma como la Presidencia ha manejado el paro nacional ha sido lenta y miope. El Presidente Iván Duque decide después de cuatro días de movilizaciones convocar una “Conversación Nacional”, con los mismos cacaos y gremios que lo eligieron, con sus reglas y su agenda, para no salirse de su zona de confort ni de su comité de aplausos. El Presidente aún no se daba cuenta que el paro era contra su gobierno. Al día siguiente, recibió al Comité Nacional del Paro a quienes también les quiso imponer su agenda. Aún seguimos en paro y el gobierno irónicamente dice que nunca recibieron el pliego de peticiones. Lo radicaron el día de la reunión y aquí lo pueden consultar. http://www.paronacional.com/agenda-del-comite-nacional-de-paro-con-presidencia-de-la-republica/.
2. Su ministro de hacienda, Alberto Carrasquilla, el ex presidente del Senado, Ernesto Macías, su ministra del interior, Nancy Patricia Gutiérrez y su partido de gobierno quisieron tramitar con ‘jugaditas’ la reforma tributaria, que luego la Corte Constitucional declaró inexequible por vicios de procedimiento. Este mal trámite tuvo un impacto negativo en la economía colombiana y varios gremios expresaron su preocupación por la desaceleración y bajo rendimiento con el que cerrará el año el país. “Si esperábamos que, para 2020, la economía colombiana iba a crecer a un ritmo de 3,5%, ahora solo sería de 2,7%”, dijo Fedesarrollo.
3. La muerte de Dylan Cruz a manos de un agente del ESMAD intensificó la fuerza del paro en las calles y las voces en rechazo a la política de seguridad retardataria del Presidente Iván Duque.
4. La medida populista de los tres días sin IVA propuesta por el presidente Duque desde su candidatura y que revivió esta semana, pretendía bajar el tono a las protestas. Sin embargo, los economistas y sindicatos demostraron que esta medida no soluciona la inequidad social en el país y para quienes, según el gobierno, va dirigida la propuesta, no impacta positivamente.
5. Su insistencia en ralentizar la implementación del Acuerdo de Paz pospone los réditos económicos y la confianza inversionista en turismo, zonas de posconflicto, y reactivación del campo colombiano que contempla el Acuerdo. Por el contrario, su política de seguridad democrática 2.0 tiene en vilo nuevamente a las comunidades y muchos destinos turísticos descubiertos después de superado el conflicto, hoy son zonas rojas.
Que los gremios, el comercio, los bancos y los medios de comunicación estén preocupados por el impacto negativo en el consumo que ha dejado el paro nacional es válido, pero que la responsabilidad nos la achaquen a los manifestantes es injusto y desproporcionado. Quienes constitucional y legalmente tienen la responsabilidad de evitar un decrecimiento económico y garantizar empleo digno para los colombianos son los arriba descritos, no los ciudadanos que protestamos por un país más garantista en derechos.
Finalmente, me permito recordarle al gobierno y a su partido que su mandato es para los 46 millones de colombianos y colombianas y no para los 10 millones que los eligieron. Por lo tanto, no se desgasten contando uno a uno a los manifestantes en las calles para evaluar en proporcionalidad si atiende o no las demandas. Este paro nacional reclama deudas históricas que tiene el Estado con la ciudadanía y que este Gobierno insiste en acrecentar.
Un dato final respecto a las movilizaciones. El 25 de noviembre, en la marcha que conmemoraba el día de la eliminación de la violencia contra la mujer, fue la noche en la que me sentí más segura en Bogotá. Caminé desde el centro de Bogotá hasta mi casa con mi computador, mi celular, mi equipo de trabajo y no sentí un minuto de pánico en mi recorrido. Como decían las feministas con las que marché, “la tomba no me cuida, me cuidan mis amigas”. Y aunque ninguna era mi amiga, me sentí protegida. Llegué a salvo a mi casa, sin recibir una mirada morbosa, una palabra por mi aspecto y sin sospechar de un posible ladrón.
Laura Clavijo, periodista, @LaClavijo_