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El 15 de mayo, un amigo me envió el video que les entregamos hoy. Le había llegado por WhatsApp de un funcionario del Gobierno.
El caso parecía diferente al de la excanciller Claudia Blum y Luis Guillermo “Luigi” Echeverri. La primera había circulado una pieza audiovisual, de excelente manufactura, a empleados de la empresa Tecnoquímicas, de la cual su esposo es socio mayoritario, con la instrucción “favor divulgar”. Así lo describimos en La Canciller Blum circula video que acusa a Petro de terrorismo. El segundo, amigo personal del presidente y sin cargo oficial, distribuyó la autoentrevista de Iván Duque a personal diplomático cuyos contactos personales no tenía por qué tener, como lo mostramos en El mundo de fantasía de Palacio en video. Un día después de la publicación del artículo de La Línea del Medio, la viceministra Adriana Mejía oficializó la comunicación de Echeverri con el envío oficial de la autoentrevista a las sedes diplomáticas La instrucción de Adriana Mejía.
Esto parecía diferente. No parecía comprometer al Gobierno ni por la investidura del remitente, ni por la del destinatario, ni por el mensaje acompañante. Se podía interpretar como un envío personal y todos, todos y todas, somos libres de participar en las redes sociales, así sea de manera nociva circulando noticias falsas. Todos, menos los funcionarios públicos.
Dicho esto, los tres videos – el de Blum, la autoentrevista de Duque y éste – tienen una unidad conceptual evidente. Primero, son diseñados para audiencias extranjeras y, por eso, son en inglés. Segundo, las producciones son de calidad y comparten varias imágenes. Tercero, las narrativas se centran en la violencia, el vandalismo y la negación de la represión policial. Cuarto, presentan la protesta como un proyecto de Caracas y a los manifestantes como empleados a sueldo de Maduro. Quinto, todos muestran la obsesión con Gustavo Petro. Sexto, ninguno aporta pruebas de los señalamientos.
(Lea también: Iván Duque, el Bordaberry colombiano)
La cosa quedó así hasta que escuché a Pastrana. En su serie de entrevistas, el expresidente reiteró lo que había manifestado a principios de mayo:
“El jefe del Cartel de los Soles, Diosdado Cabello, todos los días dice ‘les vamos a hacer la guerra en Colombia, vamos para Colombia’”
“Lenin Moreno en un foro en el que estábamos en Miami dijo: ‘Señor Maduro, saque sus manos criminales de Colombia’”.
“Hace unos días Diosdado Cabello ha venido insistiendo que la guerra la van a hacer en Colombia. El propio Lenin Moreno dijo que aquí están las manos de Nicolás Maduro”
(Texto relacionado: La instrucción de Adriana Mejía)
“Lo que los jóvenes deben entender es que lo que hace el socialismo del siglo XXI es lo que quiere hacer Gustavo Petro, porque interpreta totalmente al castrochavismo. Eso es Petro, íntimo amigo de Hugo Chávez; su pana, su llave.”
Este video es para una audiencia estadounidense. Plantea: la derecha colombiana no es como “nuestra derecha” – es más democrática, sugiere – ni la izquierda es la de Pelosi sino la de los grupos armados. El video no habla de “ministro de hacienda” sino de “secretario del tesoro”. Fue grabado antes del 25 de mayo porque todavía se refiere a Lenín Moreno como presidente de Ecuador.
Comparen con el video. Abajo encontrarán la traducción.
(Le puede interesar: El mundo de fantasía de Palacio en video)
El mismo Andrés Pastrana ha confirmado que Iván Duque le pidió ayuda con el Congreso de Estados Unidos para evitar sanciones. Seguro llevará este video bajo el brazo. De hecho, uno no sabe si el video inspiró a Andrés Pastrana o fue al revés. La pregunta más importante sigue sin respuesta: ¿están nuestros impuestos financiando la campaña de desinformación oficial?
Imágenes de Diosdado Cabello
“Si nosotros tenemos una guerra contra Colombia, se la vamos a hacer en su territorio. No será en territorio venezolano. La guerra se la vamos a hacer en territorio de ustedes.”
Éstas fueron las palabras de Diosdado Cabello, el secuaz más despiadado de Nicolás Maduro, hace solo unas semanas. Buscado por el Departamento de Estado por narcotráfico, prometió desestabilizar a Colombia a cualquier costo. Semanas después, Colombia se encuentra en medio de protestas caóticas que dejaron a docenas de policías y civiles muertos, millones de dólares en daños de infraestructura y el transporte paralizado.
Miremos los hechos. El Gobierno de Colombia bajo el presidente Duque propuso una nueva reforma tributaria para que programas sociales establecidos como las ayudas de COVID-19 puedan continuar, los programas de educación universitaria gratuita, los cheques de alivio a los colombianos más pobres, los préstamos y los subsidios para que las empresas puedan pagar la nómina, la vacunación gratuita para todos, entre otras cosas. La tensión se trasladó a las calles y algunas comunidades, ya afectadas económicamente por un año de pandemia, no estuvieron de acuerdo con la reforma tributaria. La protesta comenzó y, para agregar gasolina al fuego, los líderes de oposición (aparece foto de Petro) con un ojo en la presidencia para 2022 se fueron a las redes sociales a instigar un paro nacional cueste lo que cueste. Para empeorar las cosas, los grupos terroristas colombianos ELN y FARC saltaron a la oportunidad de sembrar terror y caos en bien organizadas campañas para financiar armas y alimentos a los manifestantes. Unos días después de iniciada la protesta, el presidente Duque retiró la reforma tributaria, nombró a otro secretario del tesoro y abrió canales de negociación con todos los partidos políticos y líderes para tratar de llegar a un consenso democrático. También anunció investigaciones de los actos de terrorismo y llamó al fin de la violencia. Pero las protestas se volvieron más y más violentas. Policías atacados y asesinados, prendidos fuego; el transporte público destruido; escuelas quemadas; las principales carreteras bloqueadas. Cualquiera que desafiara a los manifestantes como ese hombre camino al trabajo disparado y asesinado a sangre fría.
Sin reforma tributaria, ¿sobre qué son las protestas? Los mensajes son mixtos, confusos y sin sentido (aparece foto de Petro). Es más, las encuestas muestran que 70% de los colombianos están contra las protestas y apoyan a los policías.
¿Y la conexión venezolana? El presidente ecuatoriano Lenín Moreno anunció que investigaciones produjeron evidencia de que Venezuela está financiando los esfuerzos para desestabilizar a Colombia, como lo intentó en Ecuador. “Nuestro sistema de inteligencia, al igual que lo ha hecho el sistema de inteligencia colombiano, ha detectado una injerencia grosera por parte del régimen dictatorial autoritario de Nicolás Maduro en lo que está sucediendo en Colombia. Nicolás Maduro, saque sus manos sangrientas y corruptas de la estabilidad del pueblo colombiano.”
Videos de filas de comida, de gente haciendo fila para recibir pagos de presuntos miembros de las FARC y del ELN y de agentes venezolanos y hasta de armas distribuidas. No es sorpresa (aparece foto de Petro) que Gustavo Petro, el senador colombiano y aliado cercano del dictador Hugo Chávez, sea uno de los instigadores más vocales de las protestas. Con su candidatura presidencial para el 2022, ha montado una campaña para culpar al Gobierno de abusos de derechos humanos y brutalidad policial contra manifestantes de manera a debilitarlo aún más en su tarea de proteger a los ciudadanos, profundizando el caos.
¿Cómo puede ayudar la comunidad internacional? Nos gusta etiquetar las cosas como izquierda y derecha y pasar juicio basado en esas etiquetas sin conocer los hechos. Resulta que la derecha en Colombia no es lo mismo que la nuestra y la izquierda en Colombia son grupos rebeldes armados que trafican drogas, extorsionan y llevan aterrorizando a los pobres más de 50 años. ¿La derecha? Es cualquiera que se atreva a oponérseles.
El mundo ha mirado con sorpresa cómo Maduro y sus secuaces han desangrado a Venezuela los que pudieron se fueron; los que se quedaron viven en completa miseria. Los periodistas han documentado las atrocidades que ha cometido el régimen. Organizaciones de derechos humanos han observado durante 23 años crímenes contra el pueblo venezolano después del declive de la democracia.
¿Debemos dar rienda suelta a estas personas (aparecen foto de Petro, Maduro, Márquez) para que tengan una base en nuestro más fuerte aliado o debemos apoyar al gobierno de Colombia y sus instituciones y defender la democracia más antigua de América Latina? Usted decide.
*Laura Gil, politóloga e internacionalista, directora de La Línea del Medio, @lauraggils
Que barbaridad, un exabrupto completo. Un perverso y amañado desenfoque de la verdadera realidad que vivimos en Colombia.
Ya la gente no le come cuento a la criminal y corrupta godarria gobernante.
Aquí los “únicos responsables” son la caterva de criminales que han gobernado desde siempre y tienen este país en las peores condiciones.
¡No pasaran!