Recuerdos de indolencia y menosprecio

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Tomado de @MinAmbienteCo

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Todo es apariencia, fotos y videos en medio de días adversos de desigualdad, hambre y corrupción. Quizá lleguen nuevos días, porque aquí no es pan y circo, sino solamente circo lo que nos dan, un irrespeto constante a los colombianos.

En la columna denominada “Pan y circo, la sátira de la actualidad”, se escribió un sencillo recuento del nacimiento de la expresión como estrategia distractora muy antigua para hacer olvidar al pueblo sus derechos y del deber que tiene de cuestionar a sus autoridades. Es lamentable tener que citar la expresión, pero necesario ante un Gobierno largo que se dedicó a hacer uso de la indiferencia frente a las necesidades del país. Quedan meses para finalizar el periodo de Iván Duque y vale la pena recordar la falta de empatía y el dolor que significarán para Colombia haber elegido al último bastión de Álvaro Uribe. 

Los primeros mandatarios representan autoridad, tranquilidad y seguridad en el cumplimiento de objetivos que se proponen para trabajar por un Estado. No obstante, las situaciones ocurridas muestran la falta de importancia que representamos para ellos. En noviembre de 2019, el primer mandatario fue abordado por el periodista Jesús Blanquicet del diario El Heraldo para obtener un comentario sobre las declaraciones que confirmaban que menores de edad fueron asesinados tras un bombardeo del Ejército. Su respuesta fue “¿de qué me hablas viejo?”.

En Samaniego, fueron asesinados ocho jóvenes. El rechazo de la población en la visita presidencial en agosto de 2020 se expresó con gritos pidiendo paz y justicia en su territorio. El mandatario dijo: “mi solidaridad por lo ocurrido… para dejarles aquí unos proyectos importantes, el tema del estadio, arreglarlo y dejarles un centro de salud, para que los jóvenes puedan sacar todo su talento”, un anuncio desconectado de la realidad ante la situación de violencia.

Tomado de @CamiloAlvarezB

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En noviembre de 2020, el huracán Iota provocó la destrucción del archipiélago de San Andrés y Providencia. La solución fue nombrar una gerente para la reconstrucción en un periodo de 100 días. Las declaraciones del presidente, fueron: “pudimos apreciar desde el sobrevuelo y es prácticamente una destrucción del 98, 99%.”. En la visita al archipiélago, transitó en una cuatrimoto en medio del desastre, un vehículo que se utiliza para la recreación en un paseo turístico, en el momento en que los isleños no tenían dónde pasar la noche.

Tomado de Noticias Uno

Colombia estuvo a punto de celebrar la Copa América, en medio del estallido social, dos escenarios adversos, que complementan, el “pan y juegos de circo” citado por Juvenal, Sátiras X, 77-81. En un reportaje de la BBC del 14 de mayo, en Puerto Resistencia en Cali, una manifestante dijo: “se metieron con la generación que no tienen nada que perder, y aquí nadie tiene casa, trabajo, ni nada”. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos entregó informe de la visita sobre la violación de los derechos humanos. No obstante, su ingreso tardó por demoras intencionales del gobierno; posteriormente fueron rechazadas las recomendaciones del informe sobre las protestas.

Hemos visto constantemente medidas mediáticas que no solucionan nada, distractores y opiniones de diferentes vías. Cuando se habló del abuso de la fuerza y represión por parte de la Policía, todo terminó con un Presidente vestido de Policía y un cambio de uniforme que desangra los recursos del Estado sin soluciones de fondo. 

(Texto relacionado: Xenofobia antigua)

Siempre se ha planteado una reforma al cuerpo de naturaleza civil, pero son solo palabras. Bien valdría la pena leer la columna del ex-ministro de justicia, Yesid Reyes denominada “Las reformas a la Policía” en la que cita: Colombia se caracteriza por ser un país de soluciones coyunturales a problemas estructurales, lo que suele producir resultados superficiales y pasajeros que tranquilizan a la opinión pública y dan la sensación de buen gobierno.” Éste es el reflejo de años con el mismo tema.

En el evento PreCOP de Biodiversidad de 30 de agosto en Leticia, organizado por el Gobierno de Colombia para promover el compromiso político de alto nivel con la adopción de un Marco Global para la Biodiversidad, llamó la atención la ubicación de los indígenas fuera de la mesa. Las sillas de mayor importancia las ocupaba el gabinete, aunque algunos aducen que era un contexto cultural. Es bueno decir que el evento fue promocionado desde la cuenta oficial de Twitter del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, dirigido a la comunidad en general, entendido con evidente menosprecio.

Los pronunciamientos sobre las comunidades indígenas, cuando reclaman sus derechos, han sido de constante desatención y rechazo y solo en tiempos de necesidad o campaña se observa algún acercamiento.

Tomado de @MinAmbienteCo

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Estos hechos recuerdan que no somos de importancia para este tipo de mandatarios, porque ellos ejercen el poder desde sus propias comodidades e intereses. Todo es apariencia, fotos y videos en medio de días adversos de desigualdad, hambre y corrupción. Quizá lleguen nuevos días, porque aquí no es pan y circo, sino solamente circo lo que nos dan, un irrespeto constante a los colombianos.

*Sandra Castillo, profesional en derecho, estudios de Maestría en Paz, Desarrollo y Ciudadanía. @sandra_doly

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