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Hace unos días, un destacado portal colombiano de noticias nos trajo una muy importante lectura de Jacques Attali, economista muy autorizado de Europa en el que planteaba que el mundo está además de una tragedia en salud, de vida y social, en una situación de “economía de guerra”.
Ante circunstancias económicas y sociales extraordinarias se deben tomar decisiones, medidas y acciones extraordinarias y, por lo tanto el Gobierno Nacional, en uso de las facultades extraordinarias del decreto de declaratoria de emergencia económica, debe tomar todas las medidas necesarias para atender esta muy grave crisis de orden social, de salud, de vida y económica que ha golpeado al mundo y, en particular, al pueblo colombiano.
Es una muy grave tragedia para la de seguridad alimentaria de nuestros conciudadanos. Amplísimos sectores del país hoy están sufriendo la falta de aprovisionamiento porque no tienen los recursos disponibles, ni empleo, ni ingresos seguros. Hoy dependerá la seguridad alimentaria en altísimo grado de lo que el Estado colombiano pueda proveer.
También es muy grave la situación de los ingresos y de las disponibilidades de recursos de la población vulnerable, de los desempleados, de los informales, de la gente de la tercera edad; definitivamente se tienen que proveer los recursos para girar, ampliando los censos a todos los beneficiarios posibles, porque, de lo contrario, tendremos una calamidad de salud y una alimentaria, es decir, una verdadera hambruna.
Se tienen que disponer también recursos para que no se destruya el aparato productivo tanto industrial, agroindustrial, agropecuario. Tiene que haber, por supuesto, inyección para que no se promuevan, por las circunstancias que está afrontando el país, los despidos masivos de trabajadores, especialmente del sector privado. También debe haber recursos para el desarrollo de la infraestructura en salud y de los equipos de dotación que se requieren hoy para atender la situación humanitaria en materia de salud.
Asimismo, se debe empezar a promover desde ya una prima especial, unos mejoramientos salariales para todo el recurso humano dedicado a la salud, a los médicos, a las enfermeras, los camilleros, la gente de las ambulancias, los droguistas, en fin, porque ellos en un altísimo grado, se cree que un 70 u 80%, tienen vinculación laboral precaria, no estable, no en plantas de personal, incluso a través de intermediarios, cooperativas para burlar muchas veces los dignos niveles salariales y prestacionales. Tiene que haber desde ya una inversión de coyuntura, es decir, una prima en salud para todos estos colombianos que están arriesgando la vida, la salud porque están en la primera línea de batalla frente al coronavirus.
Se requieren otras muchas cosas ante esta coyuntura, ante esos absolutos gastos extraordinarios, enorme recursos de billones de pesos. El Estado colombiano tiene que echar mano a fuentes extraordinarias y, entre esas, ver la posibilidad que, mediante decreto extraordinario, se suspendan los efectos de la reforma tributaria que, por vía de exenciones y beneficios tributarios, se les perdonó a los ricos y a los grandes empresarios, especialmente internacionales. Son diez billones de pesos que hoy requiere el país para atender esta grave emergencia social, de salud y económica.
También el Gobierno tiene que considerar la autorización de una proporción racional de las reservas internacionales que tenemos los colombianos, porque son recursos no del Gobierno, no del Estado, son de todos nosotros. Los ha ido acumulando la nación durante muchos años y que están invertidos en títulos en la Reserva Federal de los Estados Unidos y en los bancos mundiales, representados en divisas o en oro monetario. Tiene que promover que una decena o una veintena de billones de pesos de estas reservas internacionales se apliquen a las circunstancias actuales y también a la deuda externa. Colombia en el año 2020 tiene presupuestado pagar 50 billones de pesos, conjuntamente con todos los países de Latinoamérica, y tiene que acordar con el BID, con el Banco Mundial, con el Fondo Monetario Internacional, una renegociación del pago de esa deuda, tanto de intereses como de capital. Ojalá no se paguen este año 50 billones de pesos en materia de deuda externa; ojalá se paguen 20 o 30 billones y el resto se liberen para poder atender esta gravísima emergencia.
Igualmente, le estamos diciendo al Gobierno Nacional que procure tomar decisiones alrededor de agilizar las inversiones de doce billones de pesos que hoy representan los recursos del Sistema General de Regalías que no se han invertido. Tienen que agilizarse esos procedimientos para que departamentos y municipios inviertan a su vez en obras de infraestructura, especialmente de salud. Todos estos recursos tienen que tener control de los organismos respectivos como la Procuraduría, la Contraloría, la Fiscalía Y las veedurías ciudadanas para que no mal aprovechen ciertos vivos que, en circunstancias como la actual, hacen de esto una oportunidad de fechorías.
El Banco de la República también puede prestarle al Gobierno; tiene recursos de crédito y también puede meterse la mano al dril para promover unos créditos importantes. La economía debe tener lo que permita a las empresas públicas y privadas promover el mantenimiento de su actividad productiva. Por eso, vemos con muy buenos ojos que el Banco de la República haya rebajado los intereses de préstamo como banca central de 4.25 a 3.75% anual para que los bancos re descuenten, hagan sus operaciones financieras y, a su vez, hagan fluir estos recursos hacia la economía, hacia la demanda de los colombianos. La demanda no puede frenarse porque se frena la producción y, por supuesto, se estaría con eso escalando un desempleo mayor al que hoy tiene el país entero. Muy buena decisión del Banco de la República fue la de poner a disposición de los bancos liquidez. No hay que rechazar que los bancos tengan fuentes de liquide porque, si no la tienen no pueden prestarle al consumidor, al pequeño empresario, al que fomenta la producción y empleo en Colombia. Por lo tanto, uns buena medida ha tomado el Emisor.
Esperamos que todas estas iniciativas y propuestas que se han planteado desde diversos sectores ayuden a palear la difícil situación que hoy vive el país por cuenta de esta emergencia en salud.
*Guillermo García Realpe, Senador, @GGarciaRealpe