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Colombia se encuentra próximo a un gran paro nacional convocado por varios sectores políticos, sociales y campesinos; el inconformismo con el actual gobierno está latente y quiere ser expresado en las calles de todo el país; por eso, señor presidente, escuche.
Después de las elecciones presidenciales, el electo Iván Duque omitió tener presente en su discurso que tiene más de 8 millones de colombianos en oposición y otra gran cantidad que no se identificó con ninguna de las dos opciones a elegir. Esperan que gobierne para ellos también.
Y es no para menos. Después de un año y tres meses, el país no tiene rumbo en los aspectos críticos del país. La economía no crece y el desempleo aumenta, a pesar que la presidencia presente datos de tres semestres en un año, sí, semestres. Estos datos en economía no son más que el afán de un gobierno que no escucha, no precisa, ni mucho menos atiende las realidades; pues, el “crecimiento” no es más que debido al flujo de dinero en el sector financiero, el comercio informal y los dineros ilegales y nada más alejado de la realidad. En este gobierno el desempleo tocó dos dígitos, y el gobierno se siente orgulloso de ello.
En los temas de paz, postconflicto, sustitución de cultivos, lucha contra el narcotráfico y lucha contra la insurgencia, el gobierno se ha caracterizado por llevar armas a zonas dónde hay que llevar políticas públicas e inversión social. No más lejano de la realidad se encuentra el caso de la masacre en el Cauca, zona en disputa por bandas criminales, grupos rebeldes alzados en armas y carteles de drogas. Caso cercano también es el del Caquetá, donde murieron entre 8 y 18 niños en un bombardeo en cabeza el ex ministro Botero, datos que fueron ocultados a la opinión pública y solamente descubiertos hasta el debate de control político citado por el Senador Roy Barreras.
Para no ir más lejos, el país tiene a un presidente con 27,2 % de aprobación a su gestión. La seguridad, la estabilidad laboral, el comercio y las relaciones internacionales han sido motivo de repudio por parte de la ciudadanía, que ven en éste un gobierno que se aleja de los problemas y se acerca a mantener el status quo a su favor. No quieren que las personas de todos los sectores salgan a las calles a manifestar su inconformismo, por eso; señor presidente, escuche.
Este 21 de octubre salimos a las calles de la misma manera que todo su sector político se volcó a las calles en contra de Juan Manuel Santos. En ese momento, para ustedes, la protesta era justa y legítima, pero ahora, es todo lo contrario. Escuche presidente, su discurso en contra de la marcha lo único que hará es que más personas se sumen, porque esto es una confluencia de frustraciones de todos los sectores involucrados, con reclamos claros.
Lo que es claro también es que nunca antes en la historia un sector político había estado tan nervioso de ver una manifestación que, hasta el momento, se ha prevé pacífica. Y, a diferencia de usted y todo su sector político, que manifiesta que quienes salen a marchar no quieren a Colombia, por amor a Colombia es que vamos a las calles.
Señor presidente, escuche a Colombia, la profunda, la olvidada, la de los campesinos, la de los estudiantes, la de los sindicalistas, las madres cabezas de hogar, los pequeños empresarios, los indígenas, los líderes sociales, los vulnerables, los desahuciados, escuche a los que saldrán a marchar este 21 de noviembre, usted debe gobernar también para ellos, por eso lo invito a que escuche, señor presidente.
Camilo Cotes, @CamiloCotesP