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“La Política es una negociación constante entre lo necesario y lo posible”. Michael J. Sandel. (Filosofo político estaudinense.1953).
“Erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia“. Nelson Mandela. (Presidente de Sudáfrica). (1918-2013).
“Una renta garantizada, por mucho bien que haga, no puede procurar a quien la recibe ese sentido de autosuficiencia, de participación en la vida de la comunidad que tan esencial resulta para los ciudadanos de una democracia”. (Robert F. Kennedy, Collected speeches. Citado por Michael J. Sandel, en El descontento democrático,2023).
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El tema de los subsidios es un asunto recurrente en términos de política pública, económica y social. Tiene amigos y enemigos. Hay muchos subsidios en nuestra sociedad, unos visibles y otros invisibles. No todos dirigidos a favorecer a los más pobres. Hay muchas actividades económicas subsidiadas. Por ejemplo, las altas pensiones que cobijan a su vez a altos funcionarios del Estado son todas subsidiadas. Sin embargo, los subsidios más cuestionados son los que se destinan a los más pobres de la sociedad. Especialmente, con la situación de pandemia (2020-2021) se vio necesario crear un sistema de subsidios especialmente para aquellos que perdieron toda posibilidad de ingresos debido al encerramiento a que obligó la pandemia.
Algunos programas de entrega de subsidios ya venían de atrás (pre-pandemia), como “Familias en acción”. Se creó entonces, una especie de renta ciudadana, que algunos han planteado como una fórmula universal para crear oportunidades mínimas de ingreso. Es decir, que no haya en la sociedad nadie sin un ingreso mínimo que le permita subsistir (los más dramáticos: carencias máximas y hambre). Inclusive está planteado en los llamados ODS, Objetivos de Desarrollo Sostenible, que constituyen un compromiso universal para poner fin a la pobreza y proteger la vida planetaria. Fueron acordados por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2015 (Agenda 2030).
Considerando de alguna manera que los subsidios para los más débiles de una sociedad, no estarían en cuestión (suposición que no es del todo aceptada), pero suponiendo que sí, quiero ubicar la discusión alrededor de este tema en un nivel distinto o por lo menos en otro plano. Claramente los subsidios tienen como finalidad rescatar o lograr sujetos económicos. Es decir, no ha ido el asunto más allá de este propósito y se aviene bien con los propósitos de un capitalismo simple. Las dudas que emergen si esto se logra o no es un dilema planteado por quienes cuestionan la existencia de estos subsidios ciudadanos, que pueden denominarse en conjunto, renta ciudadana. O sea, aquellos que temen (justificadamente o no) por lo que llamarían un parasitismo social. Pero asumamos que de alguna manera se logra esa recuperación de sujetos económicos, no sabemos en cuanto tiempo (esperamos que no demasiado, lo que actuaría en contra de la idea). Hay un debate más de fondo, que por lo menos ubica la perspectiva de una manera distinta.
El malogrado candidato a la Presidencia de Estados Unidos, Robert F. Kennedy, planteó en el desarrollo de su campaña entre 1967 y 68, su preocupación por los propósitos de los subsidios para eliminar la pobreza, que fueron exitosos en la Gran Depresión Estadounidense de los años 30 del siglo pasado. Kennedy se preguntó cómo se lograba algo más que sujetos económicos e imaginó, quizás lo llamaríamos una fase superior, la de construcción de Poder Ciudadano, más allá tal vez de la perspectiva neoliberal de incorporar sujetos económicos y él lo vio en la solidaridad que construye la perspectiva comunitaria. Por ello planteó la idea de las “Corporaciones de Desarrollo Comunitario”, que se organizan en sectores deprimidos, por ejemplo, de las grandes ciudades. Estas corporaciones gestionaban por las propias comunidades, vivienda, desarrollo urbano, empleo y en general orientar el desarrollo de acuerdo a las necesidades de cada lugar. No se trata de copiar la idea tal cual, sino rescatar el fondo de la propuesta, a algunos puede parecerle obsoleta por el tiempo transcurrido, pero sigue siendo válido el propósito de crear poder ciudadano o empoderar a la ciudadanía a través de esquemas participativos que al menos en el caso de Bogotá estaba considerado (la participación ciudadana) en el programa del candidato ganador, Carlos Fernando Galán. Entonces, un programa de subsidios para combatir la pobreza, debe contemplar a su vez un programa de empoderamiento ciudadano para practicar la solidaridad y el progreso colectivo, que inclusive es más amplio porque involucra a aquellos que no reciben tal subsidio o renta ciudadana porque ya tienen ingresos suficientes.
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La participación ciudadana no puede ser episódica, ni remitida a organizaciones cuya vigencia está muy cuestionada o desdibujada como son las juntas de acción comunal. No descartándolas, pero si iniciando procesos con alto contenido de protagonismo ciudadano, que transversaliza todos los ámbitos del ejercicio gubernamental o la mayoría de ellos, distrital o municipal.
Las Manzanas del Cuidado, excelente iniciativa de la alcaldesa saliente de Bogotá, Claudia López, pueden ser un componente de este poder ciudadano o construcción de ciudadanía. Hay 20 de ellas actualmente en Bogotá, operadas por funcionarios del Distrito Capital, asignadas a la Secretaría Distrital de la Mujer.
Desde luego hay procesos importantes temporales como la elaboración del Plan de Desarrollo de Bogotá, que debe (y así se logró de alguna manera desde el Concejo de Bogotá en el cuatrienio anterior), diseñarse un mecanismo de participación ciudadana. También el propósito de Presupuestos Participativos es un ejercicio de participación, que si bien ha ocasionado cierto desgaste por varias razones (digamos dos, incumplimiento de la administración y prioridades no bien determinadas por las comunidades, o no suficientemente consensuadas). Pero, también es importante pensar en mecanismos e instrumentos de ese empoderamiento ciudadano que se involucren en muchas de las tareas de la Administración Distrital y que tengan permanencia en el tiempo de una manera eficaz y con reglas de juego bien determinadas. Pero básicamente en las Localidades y en los barrios de las mismas.
En general todos estos procesos participativos deben ir acompañados de un fuerte componente de capacitación en términos de cultura ciudadana y en desarrollo de capacidades en el ejercicio de liderazgos situacionales o adaptativos como los concibe el profesor Ronald Heifetz, de la Universidad de Harvard, “como aquella practica de movilizar a un grupo para que afronten situaciones difíciles y prosperen”.
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*Víctor Reyes Morris, sociólogo, doctor en sociología jurídica, exconcejal de Bogotá, exrepresentante a la Cámara, profesor pensionado Universidad Nacional de Colombia.