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La tarjeta de afinidad arranca sus operaciones bajo el comando de Mincultura, con un equipo coordinador en alianza con un formidable grupo de empresas e instituciones
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Hace dos meses y medio fui invitado por el ministro de las culturas, las artes y los saberes Juan David Correa a asesorar su despacho en el desbroce de los diversos caminos que conectan e interrelacionan la cultura con la economía popular. Nos une una sincera amistad y una mirada común sobre la democratización como eje y espíritu de los cambios que viene experimentando la sociedad colombiana.
La democratización en la esfera económico cultural parte del reconocimiento de la potencia creativa existente en el alma nacional, consiste en abatir ciertas manifestaciones de pasividad ciudadana y de consumismo en favor de la creatividad y del acceso a los factores que hacen factible la obra artística como expresión ética y estética de la libertad. La democratización hace crecer el volumen de la cultura como realidad social, anima la discusión y la crítica reflexiva, fortalece los derechos culturales y su ejercicio, involucra a los ciudadanos de todos los sectores sociales en la formulación, ejecución, control y evaluación de la gestión pública cultural y asegura su transparencia. La democratización económico cultural es un componente fundamental del desarrollo inclusivo y sostenible.
La no disponibilidad de datos y estructuras de aglomeración de los agentes culturales fue una de las causas de la mortalidad de MiPymes, y de la afectación de trabajadores independientes de la cultura durante la pandemia. Por ello se ordenó la conformación de un Registro Único Nacional que nos sirvió de base para la concepción y construcción de la tarjeta que ahora se presenta al país.
Así nace la TARJETA DE AFINIDAD SOY CULTURA como un pasaporte especial para los artistas colombianos que les permite acceder a la oferta de bienes y servicios de alta utilidad en sus actividades, provista en condiciones favorables tanto por las empresas privadas como por las instituciones públicas y otras organizaciones de la sociedad. La participación del sector empresarial es abierta siempre que se trate de elementos pertinentes para la actividad cultural y del mejoramiento de las condiciones económicas, personales y familiares de los agentes culturales y de su ejercicio.
Todos los artistas del país pueden tramitar su tarjeta SOY CULTURA que iniciará operaciones durante el primer trimestre de 2024 beneficiando a 151 mil personas ya inscritas en el Registro Nacional Soy Cultura. El Registro está abierto de forma permanente para todos los interesados por lo cual el número de usuarios de la tarjeta crecerá de manera continua. Para llenar el sencillo formato se accede a través de: soycultura.mincultura.gov.co que actúa como mecanismo para obtener la tarjeta, pero es requisito insalvable para acceder a todas las convocatorias del Mincultura para el otorgamiento de beneficios y estímulos.
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Para el diseño y adelanto de la estrategia para la creación y puesta en operación de la tarjeta, sin duda un mecanismo pionero en la inclusión de los artistas, tuve el apoyo de todas las dependencias del ministerio, en particular de las direcciones de Planeación y de Desarrollo y Emprendimiento.
La configuración del primer grupo de instituciones oferentes de bienes y servicios para la comunidad artística fue el mayor desafío. El perfil de los artistas hoy está muy lejos de los estereotipos del pretérito que los asociaban con la bohemia y el desorden en las finanzas personales. El sector está conformado en alto grado por creadores independientes con asociaciones múltiples, gozan de autonomía bajo variadas formas de auto empleo o de aquello que se agrupa en la categoría de profesionales por cuenta propia, tienen niveles intermedios de renta, aunque en muchas de las artes el ciclo anual tiene picos y bajos.
El acceso a estructuras de seguridad social de tipo contributivo, especial o a través del SISBEN es aceptable, no obstante, una quinta parte de los agentes culturales carece de seguridad social en salud y el vínculo estable a las estructuras pensionales es muy bajo. El acceso a los factores de la producción artística y las carencias físicas y monetarias para el ejercicio de las diferentes disciplinas es significativo, como lo son las necesidades de crédito, vivienda, transporte e infraestructura y soporte tecnológico.
Por lo anterior, aunque la invitación al sector empresarial es universal y tendrá crecimiento continuo, en SOY CULTURA hemos orientado la selección de oferentes de la primera fase a instituciones de vocación incluyente y alta pertinencia comprobadas. La tarjeta SOY CULTURA será una expresión de gestión de política cultural en forma de alianza entre lo público, lo privado y la comunidad artística, la cual toma referentes de políticas culturales y de inclusión económica de países como Brasil, México, Italia, Francia y España.
La tarjeta de afinidad arranca sus operaciones bajo el comando de Mincultura, con un equipo coordinador en alianza con un formidable grupo de empresas e instituciones, entre otras: Banco Agrario, Banco Cooperativo Coopcentral, Bancamía, Confiar, la Banca de Oportunidades, el SENA y las Cajas de Compensación Familiar agrupadas en ASOCAJAS, Coopidrogas y sus miles de droguerías en todo el territorio y el sistema de alta irrigación para pagos y recaudos en efectivo de GELSA y su marca PAGA TODO. Financiamiento, microseguros, transporte y viajes, formación profesional, educación superior, técnica y tecnológica con ASCUN a la cabeza, logística, telemedicina, y la oferta del propio ministerio de las culturas, las artes y los saberes con la Biblioteca Nacional, el Centro Nacional de las Artes, los Museos, el Teatro Colón, las escuelas taller y los servicios del ICAN forman parte de la iniciativa.
El trabajo constructivo que realizamos nos permitió propiciar alianzas inéditas como el vínculo de Pasar X exaltada con el Premio Nacional de Calidad como distribuidor de las compras a través de Amazon en Colombia. Esta compañía va a suministrar asesoría con descuentos en empaques, embalajes, exportaciones e importaciones de menor cuantía a los artistas. El vínculo de miles de empleados que cultivan las artes se asegura con la presencia de los fondos de empleados agrupados en ANALFE. Es igualmente incidente la participación de Tuboleta y en el frente del turismo ecológico la presencia en Soy Cultura de los Parques Nacionales.
En los próximos meses se formalizarán los vínculos de empresas comerciales de instrumentos y electrónica, telefonía móvil, transacciones en línea, bilingüismo, transporte aéreo y organizaciones comerciales.
Miles de artistas y gestores culturales nunca conocieron las rutas hacia los factores, insumos y servicios para su tarea creativa. Por fin nos tocó algo a los artistas me dijo uno de ellos en Inírida la semana anterior. La tarjeta les abrirá oportunidades. Ciento cincuenta y un mil de ellos recibirán la tarjeta durante el primer trimestre de 2024. La tarjeta es un plano de encuentro de la cultura con la economía popular.
La política pública debe y puede construir más elementos como este. SOY CULTURA – TARJETA DE AFINIDAD, un novedoso instrumento propulsor del emprendimiento cultural, el ala más sensitiva de la economía popular. Anotémosle un hit al Ministerio de las Culturas, las Artes y los oficios.
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*Juan Alfredo Pinto, escritor, economista, @juanalfredopin1