Tokio 2021, un fracaso para la natación de carreras de Colombia

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Los dirigentes nos engañan, los periodistas son altavoces de mensajes errados, los entrenadores, deportistas y padres son indiferentes y los políticos, escuchando a estos dirigentes, crean falsas expectativas a la comunidad de la natación y hacen destinaciones erradas de los dineros públicos para el deporte. 

Hace unos días, estuve reunido con algunos entrenadores amigos y el tema central fueron los Juegos Olímpicos Tokio 2021. Recordaban con nostalgia como en la presidencia del médico Edgar Iván Ortiz Lizcano en la Federación Colombiana de Natación – FECNA – los entrenadores que eran nombrados para representar a Colombia en cualquiera de los torneos internacionales debían firmar un documento donde se comprometían a cumplir con los resultados prometidos. A renglón seguido, el profe Sergio Valiente, director técnico de la FECNA – ¡qué falta que hace! -, afirmaban con nostalgia, solicitaba mes a mes el formato diligenciado de un informe con el desarrollo del entrenamiento y la asistencia a los mismos, los cuales eran estrictamente observados por el  Ejecutivo para definir los deportistas que representarían nuestra tricolor nacional. Éste sería uno de los factores que permitieron, decían ellos, avanzar en los resultados de la natación en instancias internacionales. 

Yo solo escuchaba porque pienso que, en ocho años de la gestión deportiva del médico Edgar Iván, poco se hizo por la natación en cuanto a reserva deportiva y nuevos talentos, al menos durante su segundo período, del cual fui testigo. Recordaban el trabajo arduo y cómo éste generó para algunos entrenadores sentimientos de rechazo, malas palabras y desacreditación por parte de los padres de familia de los nadadores, que veían con malos ojos la exigencia a sus hijos ya que no les perdonaban ausencias e incumplimiento del plan de entrenamiento reportado a la dirección técnica de la Federación, ¿Será eso lo que falta hoy? ¿Exigencia y disciplina, sumadas a una buena gestión deportiva?

El órgano de administración de la FECNA es el responsable del fracaso de la natación colombiana en Tokio 2021, unido al Comité Olímpico Colombiano – COC -y, por supuesto, al Ministerio del Deporte. Pregunto: ¿qué pasa con el actual Comité Ejecutivo de la FECNA? ¿Cuándo el señor Soto, su presidente, empezará a mostrar resultados de su gestión y dejará junto con su séquito de perseguir, amedrentar y callar a quienes no pertenezcan a su comité de aplausos? “Desde el desayuno, se sabe cómo será la cena” dice el adagio. Tras cuatro años sin avance en la natación, las olimpíadas no podrían ser menos que unos malos resultados, un fracaso que sustento hoy con datos después de lo escrito en La natación colombiana, una vergüenza en Tokio 2021.

Inicio con la natación de carreras en el marco de los Juegos Olímpicos de Tokio, donde las marcas de la nadadora Isabela Arcila, pasados nueve años, distan mucho de las promesas que la Federación a través de sus informes mentirosos pretende hacer creer a esta nadadora. Ver He tenido un ciclo olímpico soñado.

(Lea también: La natación colombiana: vergüenza en Tokio 2021)

En 2016, con el médico Edgar Iván en la presidencia de la FECNA, Colombia asistió a los Juegos Olímpicos de Río con cuatro nadadores en natación de carreras: Jorge Murillo y Jonathan Gómez, los dos con marca A y clasificados, y Omar Pinzón e Isabela Arcila por universalidad (no clasificados con marca A, pero fueron invitados). Para Tokio 2021, en la presidencia del Sr. Soto, desde 2017, no hubo ningún nadador clasificado y, por tanto, la Federación Internacional de Natación invitó por universalidad con el aval de FECNA a  Isabela Arcila y Jorge Murillo.

La nadadora Isabela Arcila compitió en las olimpiadas de Río una única prueba, los 50 metros libres e hizo un tiempo de 25 (segundos): 35(centésimas de segundo); en Tokio, en la misma prueba de 50 metros libres hizo un tiempo de 25:42. Esto es más que suficiente para entender que en cinco años fuera del país no mejoró en lo absoluto. En Tokio, Isabella Arcila nadó, adicionalmente, la prueba de 100 metros espalda con un tiempo de 1 (minutos): 02.28 ocupando el puesto 32 de 43 nadadoras y a más de tres segundos de una medalla.

El nadador Jorge Mario Murillo “La Trucha” en las olimpíadas de Río 2016 fue semifinalista en la prueba de 100 metros pecho con un tiempo de 00:59.93; en Tokio, en la misma prueba de 100 metros pecho hizo un tiempo de 1:00.62. Suficiente para entender que en estos cincos años tampoco mejoró. En ambas Olimpiadas, nadó la prueba de 200 metros pecho: en Río 2016, hizo un tiempo de 2:12.81 y en Tokio 2:13.46.

Estos resultados muestran el fracaso rotundo de nuestra natación de carreras y lo más preocupante es que estos deportistas son los mejores que tenemos y lo evidencian los récords nacionales que ostentan en sus pruebas. Pero son deportistas que ya superan los 27 años y están en un normal descenso de su carrera deportiva y competitividad internacional y, tras de ellos, no hay ningún relevo generacional. Lo más preocupante es que nos negamos a reconocer nuestra realidad: los dirigentes nos engañan, los periodistas son altavoces de mensajes errados, los entrenadores, deportistas y padres son indiferentes y los políticos, escuchando a estos dirigentes, crean falsas expectativas a la comunidad de la natación y hacen destinaciones erradas de los dineros públicos para el deporte. 

(Texto relacionado: Control político a los Supérate Intercolegiados en Bogotá)

¿Cómo puede una Federación generar contenidos mentirosos y falsas expectativas para estos nadadores que tantas glorias le han dado al país? ¿Por qué son los deportistas los que deben poner la cara cuando los procesos de la Federación no son claros, no funcionan, se desconocen? ¿Qué pasó con la marca A y el récord nacional de La Trucha? ¿Qué hicieron en la FECNA  para que este talentoso nadador pudiera sostenerlas? ¿Dónde está el informe de seguimiento al cumplimiento de los entrenamientos y los objetivos que se trazaron en este ciclo olímpico con estos dos significativos nadadores para mejorar sus propios tiempos y quién se responsabilizó de que esto se estuviera sucediendo? ¿Qué le respondieron al trino de la Gobernadora del Valle Clara Luz Roldán cuando propuso buscar la final de los Juegos Olímpicos de Tokio con Isabela Arcila?

Señores Jorge Soto, William Moncada, Daniel Páez, Gerardo Aguilar, ¿qué tienen para responder a la nadadora Isabela Arcila, cuando en su entrevista asegura que en Colombia no hay entrenadores para el nivel que ella necesita, que no hay piscina acorde para esta práctica y que no se tiene tecnología de punta? ¿Qué están haciendo ustedes para que nuestros deportistas en general valoren a sus entrenadores, a sus formadores y no se dejen llevar como borregos con quienes les impongan?

Señores Federación, ¿Qué están haciendo para corregir su primer cuatrienio de desaciertos? ¿Qué podemos esperar de ustedes? ¿Cuánto más nos van a mentir? ¡Recapacitemos!

Hay que cumplirle al deporte, a quienes creen en ustedes, que claramente no soy yo, a quienes los eligieron, a la familia de la natación. ¿Qué nos pueden decir el Comité Olímpico Colombiano y el Ministerio del Deporte, que han sido permisivos con la situación de la natación colombiana?

Este Comité Ejecutivo de la FECNA, sin ninguna cara nueva, fue reelegido por los delegados de las Ligas de Natación para el periodo 2021 a 2025. Si ellos en un acto de reflexión, si la comunidad, el COC y el Ministerio no evalúan la situación y se pronuncian, el fracaso en los Juegos Olímpicos de París 2024 en natación de carreras será más contundente.

(Le puede interesar: Carta a Lina María Barrera, viceministra del deporte)

PD.: Esta semana la presidenta de la Unión Americana de Natación, Sra. Maureen Croes, hizo llegar a la comunidad de la natación colombiana un documento dirigido a los presidentes de la FECNA y el COC con el cual pretende limpiar el desastre de nuestra participación de natación en Tokio mintiendo, al resaltar una buena participación que nunca tuvimos y que los resultados lo muestran, un mensaje de directivos que se limpian la imagen entre ellos, no dejando avanzar con las cortinas de humo que esparcen tras sus fracasos.

*José Fernando Botero Gonzalez, padre de Sebastián y la nadadora Valentina, ingeniero químico y dueño de dos records Guinness en la organización de catas de bebidas alcohólicas

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