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Como mecanismo para salvaguardar la economía familiar de los colombianos, respetuosamente solicité al Presidente de la República que se permita reprogramar las fechas de los pagos del impuesto predial en los municipios.
Desde finales del año pasado, el mundo empezó a conocer de un virus que se propagó rápidamente en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei en China central, que, poco a poco, fue contagiando a ciudadanos, dejando una estela de muerte y desolación a lo largo del gigante asiático.
Después de superada la emergencia que llegó a su punto máximo, las muertes en ese país bordearon los tres mil y el número de personas infectadas superó las 80 mil y, a nivel mundial, se contaron más de 13 mil muertos.
Pero, de China, ese enemigo silencioso, que no vemos, pero que está ahí, se trasladó rápidamente a países importantes de Europa como Italia y España, naciones del viejo continente que hoy están confinadas y alarmadas por la cifra de muertos que todos los días deja el coronavirus en sus territorios.
Y, como era de esperarse, el coronavirus llegó a Colombia y hoy, al momento de escribir este artículo, la cifra de compatriotas contagiados ya supera los 235 casos y lo peor, según un estimativo del Ministerio de Salud, en nuestro país la cifra podría alcanzar los cuatro millones de casos, de los cuales más de 500 mil serían críticos, ambas cifras astronómicas que desbordarían, sin duda, nuestro débil sistema de salud.
Para muchos las medidas preventivas y de contención del virus en Colombia han sido tardías. El Gobierno ha sido poco efectivo desde el momento en que se declaró la pandemia y, desde entonces, han ingresado al país miles de personas provenientes de países focos del brote. Esos ciudadanos son los que han expandido el virus a personas de su núcleo familiar, a amigos y a personas con contacto social cercano, una irresponsabilidad mayúscula de quienes aún sin saber que eran portadores no se sometieron a la cuarentena obligatoria. Hoy, vemos las consecuencias todos los días en las noticias. Otra debilidad que permitió la expansión del coronavirus en el territorio nacional gira en torno a los pocos controles sanitarios por parte de las autoridades respectivas en terminales aéreas y de transporte terrestre permitiendo que ciudadanos infectados no fueran identificados a tiempo para su aislamiento preventivo.
A raíz de esto y ante el desespero por la falta de directrices para mitigar esta contingencia, los mandatarios locales empezaron a tomar decisiones en sus territorios como decretar los toques de queda, cerrar las fronteras interdepartamentales y, en fin, una serie de medidas adicionales que finalmente fueron derogadas por el Presidente de la República una vez se dio cuenta que eran más efectivas las decisiones locales que las mismas nacionales.
Todo esta situación ha repercutido en el sistema económico y productivo de las naciones de manera gravosa. Hoy, por ejemplo, el barril del crudo está a menos de 25 dólares y, por supuesto, hay una guerra comercial entre Rusia y Arabia Saudita en temas de la Organización de Países Exportadores de Petróleo – OPEP – . Eso indica la vulnerabilidad de los países que, como Colombia, dependemos demasiado de la producción petrolera. Es un momento para generar una gran reflexión sobre la diversificación de la producción en Colombia. Tenemos que basarnos más en los procesos productivos de largo plazo, no del plazo inmediato como es el tema minero y petrolero.
También es de largo plazo, por ejemplo, la producción agropecuaria y agroindustrial y la misma economía naranja si eso realmente funciona. No podemos seguir dependiendo ni la economía, ni las exportaciones, ni los ingresos del país, de los dólares del petróleo en la medida en la que hasta ahora hemos dependido. Definitivamente tenemos que diversificar la producción y soportarnos en energías renovables, alternativas, limpias, verdes, amigables con la naturaleza
Ahora, como mecanismo para salvaguardar la economía familiar de los colombianos, respetuosamente solicité al Presidente de la República que se permita reprogramar las fechas de los pagos del impuesto predial en los municipios y también de los impuesto de comercio y de renta y el pago de créditos, entre otros, en todo el país como alivio económico para quienes hoy enfrentan deudas con el sector financiero.
Proteger a nuestra gente en momentos de crisis es tarea del Gobierno y protegernos del coronavirus es tarea también nuestra.
*Guillermo García Realpe, Senador, @GGarciaRealpe