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Leocenis García, dirigente del movimiento ProCiudadanos, forma parte de la oposición que le hace oposición a Juan Guaidó. El miércoles 23 de octubre, García hizo pública una carta que le escribió al presidente Donald Trump.
La misiva argumenta que el momento de Guaidó pasó y se necesita ahora negociar con “los peces grandes”. Ellos son “los delincuentes Nicolás Maduro y Diosdado Cabello”.
De García la Associated Press afirmó en agosto que constituía un canal entre Washington y Caracas.
Publicamos la traducción de la carta y el original en inglés.

Caracas, 23 de octubre 2019
Señor presidente
Donald Trump
La Casa Blanca
Washington, D.C.
Presente.-
Leí “El arte del trato” que escribió con Tony Schwartz en 1987; de ese texto, aprendí varias lecciones importantes: la primera es que debemos aprender del pasado para planificar el futuro. Lo segundo es negociar solo con un pez grande porque, si alguien no es el dueño o el jefe de algo, no hará lo suficiente para conseguir un buen negocio.
Es hora de aprender del pasado: apoyar sin condiciones al partido político socialdemócrata Voluntad Popular y también respaldar a un activista de dicha organización – Juan Guaidó — es una estrategia fallida para cambiar el régimen de Nicolás Maduro.
La oportunidad política ha expirado. Quizás el único mensaje claro que se escucha en Venezuela sobre los verdaderos motivos de la crisis es el suyo. El socialismo es responsable de la tragedia que atraviesa el pueblo venezolano.
Los venezolanos, en todos los sectores, están sufriendo, pero el número de personas que van a Washington como líderes de la oposición venezolana se ha incrementado de una manera increíble. El país está sufriendo y sus políticos están participando en el gran negocio que representa pertenecer a la oposición en Venezuela ahora. El reconocido por su Gobierno como presidente interino de Venezuela, el Sr. Juan Guaidó, ahora sobrevive como también lo hace el dictador Nicolás Maduro.
Si nadie se lo ha dicho, permítame decir esto: las manifestaciones convocadas por tales líderes opositores son cada vez más cortas a pesar de los millones que han recibido como apoyo de las agencias asociadas al Departamento de Estado de los Estados Unidos.
Por eso, señor Presidente, repito: es hora de negociar con el gran pez. Las sanciones no resolverán el problema. Por el contrario, están ayudando a victimizar a un inepto como Maduro. Durante meses, he dirigido al Departamento de Estado algunos estudios de opinión de nuestro Movimiento Prociudadanos realizado en los barrios – los sectores más pobres – de Venezuela para obtener la opinión de la gente con respecto a la crisis. La respuesta es firme: la gente pobre piensa que los Estados Unidos de América son responsables de su tragedia.
Sin embargo, la administración estadounidense continúa diciendo que las sanciones deberían continuar. Mis preguntas, señor presidente, son: ¿Por qué deberían continuar las sanciones? ¿Cuál es el verdadero beneficio de ellas?
Es cierto que no debe mantenerse una política agradable con regímenes criminales como el de su predecesor, el Sr. Barack Obama, con Cuba; y tampoco debe repetirse el error del bloqueo que dio al régimen de Castro todos los argumentos para evadir su responsabilidad por el desastre económico causado por la ideología fallida del socialismo y culpar a las sanciones.
Las dos bases de la dictadura venezolana son Nicolás Maduro y Diosdado Cabello; ambos son delincuentes y a lo largo de la historia han dejado morir a sus compañeros de prisión. Ninguno de ellos tiene honor ni escrúpulos.
Nicolás y Diosdado se preocupan solo por sus familias y nadie más. Maduro, por ejemplo, dejó morir a su amigo y compañero de robo (Nelson Martínez, presidente de PDVSA) en la oficina de la policía política, y Diosdado Cabello dejó a su amigo cercano (Miguel Rodríguez Torres, ex jefe de espionaje) muriendo en prisión. Tanto Nicolas como Diosdado son demasiado similares a Noriega.
Por tal motivo, considero que su gobierno debería aceptar a los embajadores de cada uno de ellos para negociar una rendición y dar garantías para ellos y sus familias como parte de un acuerdo que permita el desbloqueo de la crítica situación venezolana.
Estos son los peces gordos. Sin embargo, la Casa Blanca ha rechazado recientemente un portavoz designado por Maduro. Conozco muy bien la historia. Además de esto, en el caso de Cabello, sus socios de la Academia van y vienen como responsables de “ir, correr y decir” con el propósito de decir tantas mentiras. No son peces grandes.
Son solo algas. Usted dice en su libro: si alguien no es el dueño, no se esforzará por conseguir un buen trato. Desde ahora, en el caso de Venezuela, no hay buen trato y solo hay falsas expectativas.
Debe llamar su atención el hecho de que la operación realizada el 30 de abril de 2019 se conocía desde el mes anterior;, también que muchos de los participantes todavía están en el Gobierno y, finalmente, que toda la operación falló. Existe un método que permite a los miembros del régimen actuar como participantes de un complot político pero no hacerlo en realidad. Esta es una vieja estrategia cubana conocida como “contrainteligencia”. Esta es una figura de espionaje que la CIA puede explicarle mucho mejor que yo.
Sr. Presidente Trump, la ruta es simple. Es necesario llegar a un acuerdo con los peces gordos que les permita tener una salida honorable como la que le dieron a Noriega unos meses antes de que el círculo lo convenza de rechazar el trato.
En noviembre habrá otra aventura. Ahora mismo puedo asegurar que tal aventura fracasará por dos razones: no hemos aprendido nada del pasado y no estamos negociando con el gran pez.
La oposición tradicional en Venezuela tiene mucho interés en sabotear cualquier otro acuerdo con el gran pez. La negociación alejará al chavismo del gobierno y a la oposición también.
Con todo respeto, señor presidente.
Sinceramente,
Leocenis Garcia.
Coordinador Nacional Movimiento ProCiudadanos
Letter-for-Mr.-Trump