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“Con la normativa, la señora Ministra desconoce que la apostilla se tramita en Venezuela ante un gobierno que Colombia no reconoce como legítimo:”
Desde el 10 de enero de este año, el gobierno de Colombia declaró que no reconocía al gobierno de Nicolás Maduro. Esa decisión se ha hecho extensiva a los poderes públicos que en Venezuela funcionan – salvo a la Asamblea Nacional – cuya legitimidad expresamente reconoce al punto que considera como presidente de Venezuela al ingeniero Guaidó.
Esa decisión presidencial, muy a nuestro pesar, no es aplicada por la señora Ministra de Educación de Colombia. Ella en la reciente resolución que regula el proceso de convalidación de títulos extranjeros, establece como requisito de validez del mismo, la apostilla.
Con la normativa, la señora Ministra desconoce varias cosas: 1.- Que la apostilla se tramita en Venezuela ante un gobierno que Colombia no reconoce como legítimo; 2.- Que el dinero que se recauda por ese concepto va a los fondos públicos que maneja el señor Maduro; 3.- Que quien con su firma autoriza el documento es un funcionario designado por un usurpador del poder.
Por si eso fuera poco, la señora Ministra con su decisión obliga a los venezolanos a obtener una prueba imposible pues a la apostilla solo accede quien puede pagar las extraordinarias cantidades de dinero que los funcionarios encargados del sistema solicitan y eso si quien lo hace no es perseguido político pues éste ni pagando las conseguirá.
Todo sin embargo no puede ser crítica; es menester proponer.
AsoVenezuela sostiene que es posible desarrollar métodos alternativos de validación de documentación. Menciono dos:
1.- Coordinar con la Asamblea Nacional, como único órgano reconocido por el estado colombiano, un grupo de trabajo a través del cual éste revise la documentación de los venezolanos. Dicho órgano tendrá una representación en la embajada venezolana en Colombia que dirige el ingeniero Calderón Berti, quien informaría a Colombia de esa decisión para que se le tenga oficialmente en el país como encargado de ello. La certificación que ese órgano emita sustituirá el potestativo mecanismo de apostilla;
2.- Establecer contacto con la AVERU (Asociación Venezolana de Rectores Universitarios). Es ése el organismo que integra a los rectores de todas las universidades del país en la cual el señor Maduro y su grupo no tienen injerencia. Con ellos muy bien pudiera coordinarse un mecanismo alternativo de validación de los estudios que los venezolanos queremos hacer efectivos en Colombia.
Debe recordarse, tal como lo señalamos en Una convalidación imposible, que el Ministerio de Educación omitió en los considerandos de la nueva resolución emitida, la circunstancia de que Colombia forma parte del Convenio Regional de la UNESCO para la Convalidación de Estudios, Títulos y Diplomas de Educación Superior en América Latina y el Caribe, suscrito el 19 de julio de 1974. Lo cierto es que el mismo sigue vigente y su postulado fundamental sigue incólume: la equivalencia académica tiene por objeto el reconocimiento de un valor formativo similar.
En la medida que nuestros estudios sean reconocidos por Colombia, en esa misma proporción contribuiremos eficazmente con su desarrollo. Invitamos a rectificar. Es de sabios hacerlo.
Gonzalo Oliveros Navarro, @barraplural, magistrado del Tribunal Supremo de Justicia, refugiado en Colombia, presidente de @AsoVenezuela.