Voz venezolana: los derechos humanos, elemento común

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Muy en boga han estado los derechos humanos esta temporada decembrina por lo que se refiere a Venezuela.

Por una parte, en la isla de Trinidad continúa la práctica gubernamental de deportar a los venezolanos que a ella llegan cuando carecen de documentos, lo cual ha sido reclamado por las organizaciones internacionales que hacen vida en ese país y también desde fuera del mismo, sin que hasta el presente se hubiere producido ninguna reacción gubernamental en contrario.

En el interín, en Colombia el señor Presidente Duque ratificó en una entrevista televisiva a un canal internacional la decisión de su gobierno de restringir la aplicación de la vacuna contra el Covid-19 solo a los nacionales colombianos y a los migrantes que en esta tierra se encuentran regulares desde el punto de vista migratorio.

Mientras tanto, en los Estados Unidos el Presidente Trump, a pesar de las prácticas antimigratorias que éste ha desplegado, hizo un anuncio contrario al realizado en Colombia, es decir, la vacuna se le aplicará a todo habitante del territorio americano.

Simultáneamente, en Venezuela, la gestión del señor Maduro envía una comunicación al gobierno africano de Cabo Verde reclamando la protección de los derechos humanos del señor Alex Saab, detenido en ese país a la espera de decisión de extradición a Estados Unidos, solicitándole libertad como medida humanitaria, mientras hace oídos sordos a los reclamos que, en similar sentido, a él le realizan la dirigencia política que adversa su actuar, organizaciones de derechos humanos y los familiares de más de 300 detenidos en sus cárceles.

En el caso venezolano, la afectación de los derechos humanos tiene un solo elemento común, Nicolás Maduro y su gestión.

Los venezolanos que viajan a Trinidad o en Colombia se encuentran, los connacionales que están irregulares en cualquier parte del mundo, los presos en Venezuela y los exiliados y desterrados e inclusive Alex Saab coinciden en ese solo elemento.

Los derechos humanos no tienen color político ni nacionalidad. Son inherentes a toda persona solo por el hecho de serlo.

Si el señor Maduro estima que el gobierno insular africano no está ajustando su conducta a los estándares internacionales, haría muy bien en evaluar retrospectivamente la propia y verificar si con la suya está cumpliendo los mismos. Solo así tendría autoridad para reclamar a terceros lo que les niega a los venezolanos, lo que por cierto, ha sido certificado por organismos internacionales.

Los derechos humanos tienen vigencia normativa universal desde que la ONU aprobó la convención sobre la materia y los distintos países que la suscribieron manifestaron, conforme a su legislación interna, la respectiva conformidad. Eso obliga a todos los que de ella forman parte ser respetuosos de su aplicación, sin que para obviarla exista justificación de ninguna naturaleza.

*Gonzalo Oliveros Navarro, Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia. @barraplural

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