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Según una encuesta publicada esta semana, más del 60% de los bogotanos rechazan la medida de protección aprobada por el señor Presidente Duque, lo cual no deja de ser interesante.
Uno como venezolano, que ha propuesto desde hace más de tres años la ejecución en la ciudad de una campaña contra la xenofobia ejecutada por deportistas y músicos apreciados en ambos países, lamenta el resultado, más lo que se deriva del mismo es investigar las causas por las cuales el sentimiento reflejado en ella existe.
Debe recordarse de entrada que una encuesta es una fotografía del momento en el cual se tomó, ni más ni menos. Partiendo de esa premisa quizás una de las causas que motivó la respuesta sea la campaña desatada por algunas personas con alguna influencia según la cual el objetivo de la protección era que los venezolanos votaremos en las próximas elecciones presidenciales.
Quienes eso opinaron demostraron un craso desconocimiento de la Constitución y la ley colombiana o, peor aún, mala fe, pues la normativa vigente en el país establece que el extranjero no vota en elecciones nacionales y lo hará en las locales cuando tenga cédula de extranjería y luego de determinado número de años en Colombia. El Estatuto de Protección, si bien computará para el tiempo, no otorga cédula al nacional venezolano.
La xenofobia es una característica propia de todo proceso migratorio motivada por disímiles circunstancias, entre las cuales pudiere mencionarse la reticencia que se tiene respecto de quien se desconoce y también – por qué no reconocerlo – producto de que quien llega es una persona pobre, lo que ha permitido acuñar el término “aporofobia”.
Cualquiera sea la causa, pareciera pertinente que las autoridades investiguen el motivo de la reacción bogotana y con vista a ello diseñen y ejecuten políticas públicas que permitan enfrentarla. Mientras eso ocurre, a los venezolanos que en la ciudad vivimos sólo nos queda continuar ajustándonos a la ley del país y a sus costumbres a los fines de facilitar la aceptación.
Debe comprenderse que la medida adoptada por el gobierno del señor Presidente Duque, no sólo tiene por objeto proteger a los venezolanos, sino que sobretodo lo hace con Colombia cuando facilita caracterizar al migrante que de forma irregular en el país se encuentra, conociendo entonces sus calidades y habilidades y permitiéndole por consiguiente producir aquí, lo que impactará favorablemente a la economía colombiana.
Así las cosas, mientras termino de preparar esta columna, leo en los medios que, con motivo de la presencia venezolana en Colombia, el reconocido medio nacional – diario EL TIEMPO – fue galardonado con el Premio Rey de España por un trabajo relacionado con nuestra presencia como migrantes en Colombia durante la pandemia. Son pequeños aportes que suman.
*Gonzalo Oliveros Navarro, Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia. @barraplural