About The Author
A quien razone e interese,
De como un lacayo pretende escribir y lanzar vituperios a su patrón le parecerá curioso a la policía de esta ciudad. Pero tengo muy dentro un sentimiento de rencor y a la vez esperanza que los actos cometidos hacia mi persona, pueda la “justicia” solucionarlos.
Iré al grano con el reclamo y luego me sentaré en una explicación detallada de los 3 grandes crímenes que sufrí. Mi reclamo es que el patrón Álvaro Pérez Pérez dueño de la casona Guandayo, me ha robado 20 pesos honradamente trabajados. Puede que 20 pesos para cualquiera carezcan de significado, pero son míos y los quiero. Ha decidido huir de la ciudad y abandonar la casona, en la que trabajé arduamente.
Sentémonos peso por peso:
1- El patrón pese a lo que voy a contar es un patriota tuétanos de acero, eso si. Pero hace 3 meses completé la petición impuesta por él, conseguirle residuos de los residentes en Guandayo para su colección personal.
Un mechón de pelo, 2 centavos;
una uña de pie o mano, 1 centavo;
los dientes acabados de mudar de infantes, 5 centavos;
y los más apetecidos, heces y orines cada uno de 10.
En septiembre completé 1 peso, el cuál no me pagó. Puede que el que lea, le parezca increíble cómo a un hombre trabajador se le puede omitir el pago de tan arduo trabajo y concuerdo, si se piensa, en realidad no hurté nada.
Son huellas, paso del tiempo, nunca nadie va a demandar por haber perdido una uña en una casona tan grande. Pero hasta el ladrón más habilidoso es justo ¿no? No me dejarán mentir, señores policías que hasta las ratas más asquerosas tienen honor. Ustedes saben mucho de eso.
2- Al ser un levantado que viene de pueblo, tengo mucha finura en encontrar mujercitas del gusto del patrón. No es fácil degustar niñas de alto valor, pero finalmente pudo hallarles el gusto a las indiecitas de mi pueblo. Como don Álvaro se codeaba con los mejores apellidos del lugar, me propuso lo siguiente:
1 peso por cada niña entregada a los militares y policías cercanos y 2 pesos por ser entregadas a cada amigo de la gran política.
Así pues, el patrón me debe:
5 pesos por los encargos del Sargento primero Hernesto Bichara, Sub-oficial Manuel Enciso y 3 conocidos de la comisaría que puede que lean esta carta; Pedro Díaz, Julio García y el amigo de la casa Arturito Vega. En áreas políticas cabe resaltar que como el pago es doble, 10 pesos, los mencionaré: Los señores Sarmiento, Santo Domingo, Vélez, Rojas y Méndez. Ah y como acción de reconocimiento, el patrón me prometió 3 pesos por conseguirle a la hija de 6 años del señor Méndez, lo cual hice.
Sé lo que estará pasando por sus cabezas y solo me resta decirles señores de honor que algo que tenemos en común ustedes y yo, es la excusa de seguir órdenes, así que no les permito un mínimo de horror en su gesto porque hasta un violador tiene límites ¿no?
3- Finalmente, y como es de reconocimiento popular en esas, sus altas esferas. Cada lengua sacada por el cuello era reconocida como medalla de honor. El patrón nos prometió 1 centavo por cada lengua y hasta el sol de hoy, la casona pudo recolectar 1 peso. ¿Recuerdan, esas lenguas que alcanzaron a ver colgadas a un lado del comedor principal de Guandayo?, ¿Cómo podría no hacerme merecedor del pago? Pero, hasta un asesino tiene corazón ¿no?
Es entonces, cuando dejo a su consideración queridos padres de la ley estas letras que, aunque difíciles de escribir para un lacayo, vienen del alma.
Mis más sinceros reconocimientos a su labor y rogando al cielo no haya por qué difundir esta carta. Tengan un hermoso día.
Lacayo sin nombre.
Respuesta: Páguese 20 pesos al remitente de la carta luego de ser eliminada.
*Alejandra Sánchez, comunicadora social y periodista.