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Tenebra
Daniel Krauze
Seix Barral
454 páginas
¿Qué pasa cuando la política es usada para ganar dinero? ¿Cuando la propuesta de orientar a una sociedad hacia el bien común es apenas una excusa para destruir a la competencia, ascender socialmente y acumular poder y prestigio a costa de otros? Pues pasa lo que pasa en toda Latinoamérica y buena parte del mundo: una sociedad escéptica, decepcionada y rencorosa con el poder; unos pocos buenos políticos acorralados; una prensa despreciada, cuando no cooptada; y unos ciudadanos cada vez más empobrecidos y vulnerables.
Aunque esa práctica de hacer plata de la política es tan veterana como el mismo pan de trigo, cada vez que le vemos la cara a ese adefesio nos ofende como ofende el descubrimiento de un huevo podrido dentro de la nevera. Fue esa la indignación que sintió Daniel Krauze y que lo llevó a escribir Tenebra, la novela que hoy dejo en las estanterías de la biblioteca de La Línea del Medio.
Tenebra es un duro retrato de la política mexicana que bien podría extenderse a toda Latinoamérica, incluída – y no sobra recalcarlo – nuestra querida Colombia. El libro cuenta la porquería que pareció romper sus propios récords en el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto. Y es aquí donde esta novela aporta un elemento relativamente novedoso: no se centra en denunciar a los sempiternos capos de política, aunque los nombre, sino a aquellos mandos medios, profesionales del arribismo y sin un ápice de consciencia social, que viven lejos de los titulares, pero que son los verdaderos engranajes de una maquinaria tenebrosa. Se trata de esos personajillos que de la noche a la mañana se convierten en millonarios y de los que el gran público no conoce mayor cosa, a no ser, a lo sumo, porque de pronto aparecen en una que otra foto de las páginas sociales, agarrados como rémoras a las celebridades locales.
Por eso, la novela es pesimista, casi nihilista: no podría ser de otra manera. A pesar de que los personajes se mueven en un contexto eminentemente político, ninguno de estos se interesa por ella y, al contrario, le demuestran un desprecio absoluto. Tenebra se centra en dos jóvenes misóginos, egoístas y minusválidos sentimentales – Julio Rangel y Martín Ferrer – quienes se mueven en dos ambientes distintos y contrapuestos, pero se unen en el desprecio al medio social en el que nacieron, padres incluidos, en la torpeza de sus relaciones personales y en la sensación permanente de fracaso. Sus historias y un pasado que termina juntándolos en un verdadero corto circuito, con daños a terceros, ocupa las poco más de 450 páginas de esta historia.
Daniel Krauze Turrent nació en 1982 en Ciudad de México. Proviene de una familia de intelectuales y escritores muy reconocida. Su padre, Enrique Krauze, es un historiador y escritor con más de 20 libros a su haber y su hermano, León, tiene cinco obras publicadas.
Daniel estudió comunicación en la Universidad Iberoamericana y luego hizo una maestría en Escritura Creativa Dramática en la Universidad de Nueva York. Su formación y su pasión está centrada en el cine y en la escritura de guiones para series; la serie biográfica de Luis Miguel fue coautoría suya. A sus 25 años publicó su primera colección de relatos llamada Cuervos y tres años después su segundo libro de cuentos Fiebre. Su primera novela, Fallas de origen, apareció en 2012 y ganó el premio Letras Nuevas. Tenebra es su segunda novela.
En una conversación que tuvimos los periodistas Claudia Morales, Diego Aristizábal y yo para Árbol de libros, el podcast, Daniel Krauze nos confirmó lo que después de la lectura de este libro a uno le parece imposible: que todas las cochinadas narradas son anécdotas recolectadas de diferentes casos absolutamente reales. Necesitaba saberlo toda vez que, por lo menos yo, sigo siendo tan ingenuo y, a pesar de lo que me entero todos los días de la política nacional, me asombro como un bobo de que estas cosas sigan pasando. Y lo peor: que queden impunes.

*Mauricio Arroyave, periodista, lector caprichoso y frustrado librero, @mauroarroyave. Canal de Youtube El Ojo Nuclear.