About The Author
Venezuela está presenciando un acto que rara vez se observa en algún país del mundo, ni siquiera en las dictaduras más emblemáticas.
Se ha producido en Caracas la remisión a su casa, pero como centro de detención, ergo cárcel, del diputado Juan Requesens.
La decisión que ha sido solicitada fuertemente, nacional e internacionalmente, no solo respecto de él sino para todos los presos políticos que pasan su vida en las mazmorras venezolanas y que había sido ofrecida por quienes decidieron instalar una Mesa de Diálogo con la gestión del señor Maduro, no se había hecho efectiva sino para muy pocas personas. Sin embargo, según uno lee en las redes venezolanas, la misma y quizás otras que se produzcan tendrían una compensación.
Según leo, lo resuelto por la gestión Maduro, acordada por los tribunales que obsecuentemente le sirven, tendría por objeto lograr que la oposición decida participar en las elecciones parlamentarias, aún en las condiciones que a la fecha existen. No deberíamos sorprendernos inclusive si la acción judicial que unos venezolanos intentaron ante los abogados de la sala constitucional fuere declarada procedente y con ello se suspendería el proceso y se ajustaran en algo las condiciones hasta ahora existentes.
El señor Maduro y quienes le acompañan en su actuar gran preocupación tienen por la suerte de la elección parlamentaria. Ciertamente buscan – a como dé lugar – no solo que la misma se celebre, sino que sus resultados sean reconocidos internacionalmente, claro está partiendo de la hipótesis que, por el diseño planteado, los mismos les resultaran favorables.
La dirigencia política representada mayoritariamente en la Asamblea Nacional, que ha afirmado que, en las actuales condiciones, no asistirá a los comicios tiene, bajo las premisas derivadas de la referida liberación, un nuevo elemento para tomar decisiones y – por qué no decirlo- una nueva herramienta para elevar sus exigencias puesto que, con lo acontecido con el diputado Requesens, se evidencia una debilidad que de alguna manera debe ser aprovechada, no en beneficio de la oposición sino del país.
El señor Maduro tiene en las cárceles venezolanas, como pieza de negociación, a un buen número de venezolanos detenidos, no por participar en hechos punibles, sino por adversarlo a él y a lo que representa. Son ellos, en pocas palabras, sus rehenes y, como en las películas, estos son utilizados cuando el captor algún objetivo busca.
Si la tesis que se sostiene en las redes es correcta, corresponderá a quienes le adversan resolver lo conducente a los efectos de que se reduzca, sustancialmente, el número de personas que en esas prisiones se encuentran. Sus familias, aún cuando sea que tengan limitada su libertad a los límites de su hogar, lo agradecerán. El país, en general, también.
*Gonzalo Oliveros Navarro, Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia. @barraplural
Realmente no creo que Juan siendo un político tan aguerrido, frpntal y tan genuino, se preste para un juego tan sucio cómo el de estar de acuerdo con las elecciones que proponen las lacras del gobierno. El es de esa nueva casta de políticos de una sola pieza. Lo que debemos hacer todos, es unirnos en un solo bloque, sólido para gestar acciones contundentes en contra esta pandemia, peor que el Covid 19 que es la cuerda de HDP del régimen. Las diferencias que se puedan tener entre los miembros de la oposición se resolveran luego en sana paz. Que Dios Nuestro Señor y Nuestra Madre María protejan de todo mal a Juan y a su familia.