La Diadema de Beethoven

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Abramos nuestros oídos como hermanos y sustituyamos la polarización por un ejercicio de Diálogo centrado en nuestros desafíos.

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Ciento cincuenta exhibiciones originales que reflejan la vida y el trabajo, las pasiones y los triunfos, así como el dolor inenarrable de la sordera del genio entre todos los grandes músicos de la historia, se ofrecen a centenas de visitantes diarios en su casa natal situada en el número 20 de la Bonngasse, a cuyo alrededor se ha integrado un magnífico complejo institucional con el museo, el archivo Beethoven, un centro de investigación, una biblioteca, la editorial y una sala de música de cámara.

Entre todos los elementos que alberga la casa-museo donde puede escucharse su música como un latir permanente , fueron las vitrinas con cantidad de objetos para mejorar la audición, pruebas notables de la lucha del compositor contra su sordera inexorable, las que me produjeron sensaciones tristes pero a la vez palpitaciones de admiración por la cantidad de formas de invención y facultades creativas aplicadas por el músico genial que usó buena parte de su talento creador para amplificar los sonidos con ayuda de profesores y artesanos que contribuyeron en la fabricación muy variada de múltiples audífonos cuyo diseño y aplicación fueron discutidos con el gran artista.

Entre todos los instrumentos para mejorar su audición, Beethoven prefirió uno con forma de diadema que solía usar mientras tocaba el piano o dirigía la orquesta, para percibir frecuencias sonoras por conducción ósea a través de las resonancias del teclado.  El sostenía una fina varilla de metal entre sus dientes y la apoyaba en el piano captando así las vibraciones.

Cuánta voluntad mostró Beethoven en la lucha contra su enfermedad, cuánto esfuerzo y cuánta longanimidad para encarar y sortear la enfermedad con gran disposición a escuchar a otros, a sentir su inspiración, a transformar la limitación para dar fuerza intuitiva a su trabajo y a someter su juicio a la consideración de otros que acaso podrían enriquecerlo. La grandeza es una venturosa síntesis entre la humildad, el sacrificio y la inteligencia.

Cuando observo las cifras críticas del crecimiento económico durante el tercer trimestre del año en curso, me pregunto porqué los actores decisivos de la economía acusan cierta sordera entre sí, tal vez por aquello de que “no hay sordo mayor que quien no quiere oír”. Entonces, me invade la desolación. Sordo luce por momentos el Gobierno ante las voces que advierten sobre la lentitud en los proyectos de vivienda, en la escrituración  de transacciones de bienes raíces y en los procesos contractuales de las instituciones públicas, sordo el empresariado y algunos gremios que con su oposición instintiva infunden pesimismo entre la comunidad empresarial inversionista, sorda la Junta Directiva del Banco de la República que sabe muy bien que la trayectoria es decisiva en el análisis de tendencias y, pese a constatar el descenso en la inflación no modifica a la baja la tasa de interés. No es una hipoacusia patológica, es una sordera hija del infantil juego político de la polarización que en Colombia se ha cargado a buena parte de los dirigentes empresariales y a grupos que se nos han presentado como poseedores de un saber que, lo creímos ingenuamente, no sucumbiría ante la presión de los poderosos, lo cual penosamente ha quedado bajo la sombra de la duda en el caso de la porfía de  la autoridad monetaria que refuerza el blindaje de sus auriculares ante el clamor de todos los sectores sociales.

(Texto relacionado: Congreso número 68 de ACOPI)

Esta discordia en el liderazgo económico de la sociedad es perjudicial y costosa. No se trata de diferencias y sanos debates que son siempre útiles en democracia. Es una dermatitis con ampollas de sectarismo tecnocrático que deja por fuera a la academia, al análisis plural y a sectores verdaderamente decisivos como el autoempleo, la economía popular y los grupos asociativos de la economía solidaria. Y hay una ruta probada para resolverla. Llamar al acuerdo sobre la convergencia, airear el gabinete que luce fatigado y necesita cuadros provenientes de aquello que un día se llamó “el país nacional” y, convocar con otro estilo, sobrio y sereno, a todas las fuerzas vivas de la nación en torno a los temas que son objeto de altos grados de coincidencia y confluencias.

Una lista corta para esa Mesa de Diálogo, recogería asuntos tales como la priorización y aceleración del gasto público, el desarrollo de tres misiones público-privadas de promoción de inversiones (Asia, Europa y Latinoamérica), la agilización en la implementación del Plan de Desarrollo en los frentes de transición energética, reindustrialización, plan de exportaciones y proyectos regionales, el acuerdo sobre un libreto factible para las reformas encalladas en un Congreso sin capacidad de generar respuestas propias, y la reorganización del esfuerzo hacia una paz extensa pero realista.

En el evento organizado recientemente por Corficolombiana, insisto tenemos que escucharnos, se dieron a conocer análisis comparados de desempeño y perspectiva de la economía latinoamericana en este momento, cuando es clara la complejidad de la situación mundial. Y resulta que Colombia tiene mejor desempeño y prospecto que las economías mayores de la región: México, Brasil y Argentina. También estudié los proyectos en el “pipeline” de las agencias de promoción de inversiones y de ProColombia y encontré material para el ejercicio de diálogo que estoy proponiendo:

Pese a la ralentización propia de la transición política que vive Colombia, se identifican 110 apuestas de inversión. Hay sectores que despiertan el entusiasmo de inversionistas que buscan asentamientos de largo plazo en transición energética, servicios ligados al conocimiento, agroindustria, infraestructura, industria aeroespacial, seguridad y astilleros. Grupos reconocidos en aluminio verde avanzan en sus iniciativas; Oben Group continúa en su plan de inversiones; progresan los planes en biopolímeros donde Colombia podría ser epicéntrico; Sinovac mantiene su interés en nuestro país para la planta de vacunas; son plausibles los desarrollos de Cotecmar con aliados internacionales en plataformas y buques, también los nuevos desarrollos de Eduardoño en el sector náutico; y entran en fase de implementación los acuerdos del Gobierno de Colombia y su fuerza aeroespacial con Air Bus para la fabricación en el país de cabinas y trenes de aterrizaje para drones; se intensifican los proyectos de inversión con Corea y arrancó la edificación de la nueva planta de Bavaria en Palmar de Varela, Atlántico que se destinará a la exportación cervecera a todo el Gran Caribe.

Es urgente la adopción del Plan de Exportaciones que incorpore 200 Pymes a la nueva oferta de Colombia. Acompañar la positiva apertura fronteriza con Venezuela asegurando las modalidades de pago y facilitando las conexiones con el Caribe. Dar espacio a la aclaración de la situación política en Perú fortaleciendo la relación económica como nos corresponde por ser uno de los países en el podio de la inversión extranjera en la hermana nación incaica, y definir la integración de nuestro comercio exterior con el nuevo puerto de Chancay que disminuirá ostensiblemente los tiempos en el transporte hacia y desde la cuenca del Pacífico. Sírvanos la inspiración de la diadema de Beethoven para civilizar nuestro debate público. El próximo 16 de diciembre de 2023 celebraremos 253 años del natalicio del genio de Bonn. Abramos nuestros oídos como hermanos y sustituyamos la polarización por un ejercicio de Diálogo centrado en nuestros desafíos mayores que debemos enfrentar con proposiciones y realizaciones estratégicas.

(Le puede interesar: World Expo Busan 2030: apoyo de Colombia a Corea, socio estratégico…)

*Juan Alfredo Pinto, escritor, economista, @juanalfredopin1

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