Rodolfo Hernández: la figura política, el fenómeno electoral

0
367

About The Author

Ahora los ciudadanos escogerán entre el cambio emocional de Rodolfo Hernández o el cambio real que les ofrece Gustavo Petro en materia de paz, justicia social, transición ambiental e integración regional”

(Lea también: ¡Populistas!)

Una sorpresa llamada Rodolfo

El resultado más sorprendente de las elecciones presidenciales del 29 de mayo fueron los 5.953.209 sufragios por Rodolfo Hernández, “el ingeniero” como él quiere que lo invoquen sus votantes y como pide que lo llamen los dirigentes de los partidos que lo apoyan. Es propietario de tanta tierra que bien pudiera llamársele el terrateniente Rodolfo, pero no, su tierra debe permanecer tapada.

Si bien el análisis de la figura política no demanda mucho tiempo, ni plantea exigencias metodológicas, su protectora es Sancta Simplicitas, el fenómeno electoral RH sí demanda atención y estudio.

El cambio de Rodolfo

La más alta identificación de la campaña de Rodolfo es el CAMBIO, su consigna más ruidosa es la lucha contra la corrupción, su albergue preferido es la antipolítica. Al Establecimiento que en su retórica reduce a los partidos tradicionales, no quiere definirlo, pero de manera surrealista él mismo se presenta como el campeón antiestablecimiento.  

Los partidos políticos del Establecimiento: Centro Democrático, Partido de La U, Partido Conservador, El MIR, Partido Liberal, apoyaron explícitamente la candidatura de Fico. Pero el Centro Democrático en su típico estilo retorcido se dio la maña como dice el giro popular de lloverle votos al ingeniero, quien ganó en 13 departamentos en los que en la primera vuelta de 2018 había ganado el uribismo y en los que se había impuesto el NO en el plebiscito en 2016.

Rodolfo informa: los políticos se están robando al país

Hernández rechaza en masa a los políticos porque se “están robando al país”. El 29 de mayo dando cumplimiento a un acuerdo previamente concertado Fico declaró el apoyo de su coalición de cinco partidos políticos al ingeniero. Qué divertido resulta este apoyo multipartidista a un outsider que espera “con ferviente deseo” como reza el Evangelio, apagar ochenta velitas de su torta en el palacio que seguiría siendo la Casa de Nari. No cabe olvidar que el 21 de julio está programa la sesión de iniciación del juicio contra Hernández en el que tendrá que responder por el delito de interés indebido en contratación. En otras palabras, por haber presionado a sus subalternos para favorecer a una persona específica, contratar a dedo y a la medida

Cómo podría el ingeniero asegurar “¿El Cambio” si en verdad fuera su propósito, sin tener bancada? Acaso como Fujimori disolviendo el Congreso, pero por ninguna parte se le ven a Rodolfo los bríos japoneses de quien hoy continúa en cárcel-hospital en el vecino país cumpliendo una condena de 25 años. ¿Está la conmoción Interior que ya ha anunciado el exalcalde, pero se puede olvidar que tal figura la buscaron imponer Uribe y Duque sin lograrlo?

¿Petro llegó al tope?

Los periodistas obedientes, que son la mayoría, han definido con precipitación que Petro ya llegó al tope. En columna anterior consigné mi opinión de que el Estallido Social contenía un potencial democratizador. No retiro el pronóstico. Ya se registran indicios en tal sentido como es el crecimiento del número de votantes que fue de 1.508.540 con respecto a la primera vuelta del 2.018. Aún puede ensancharse significativamente tal participación.

Ciertamente un factor que no tuve en cuenta fue el de la diferenciación en el nivel político de las masas que con sorprendente pertinencia desencadenaron el Estallido Social y con denuedo y en muchos casos heroísmo lo mantuvieron tres meses. Muchos jóvenes que por primera vez participaban políticamente hicieron un curso de conciencia política muy rápido y llegaron a ser voceros de sus puntos de resistencia. Otros muchos quedaron en mitad de camino. Este sector asumió que Rodolfo representa el Cambio. No obstante, la apremiante escasez de tiempo aquí tiene sentido la promoción de la discusión

(Texto relacionado: El Estallido Social de 2021: su potencial democratizador)

¿Se extinguió el uribismo?

Algunos comunicadores han presentado su impresión de que el fenómeno del uribismo se extinguió y que al menos la vociferación de Rodolfo por el cambio habría puesto su granito de arena en esta dirección. Para Uribe, la candidatura del Ingeniero aparece como su tabla de salvación. Además, la plataforma estructural de la derecha que encarna la fórmula actualiza el viejo eslogan de la extrema derecha profascista de los años treinta del siglo XX: No hay enemigos a la derecha.

Pero no pocos han llamado la atención al hecho de que es un político que habla de lo que conoce: soluciones fáciles, facilísimas para empujar el cambio que eriza su retórica de madrazos, que ante cámaras le pega un puño en el rostro a un entrevistador y lo amenaza con regalarle un tiro pueda resultar atractivo para sectores populares que han rutinizado la violencia del sistema político, que se han familiarizado con el homicidio tolerado por el Estado, Que han visto el estímulo oficial a los paramilitares. Sí, ese Ingeniero es admirado porque para hablar no tiene pelos en la lengua y es directo, enuncia con orgullo sus fórmulas patriarcales. Hoy me pregunto si la difusión de videos que reúnen antologías de esa variada vulgaridad pueden jugar algún papel en contra de la candidatura de Rodolfo o más bien pueden fomentarla.

¿Enjaular el legado del Estallido?

Una tendencia que viene manifestándose es el intento de jóvenes que quisieran enjaular el legado del Estallido Social en modalidades clandestinas de organización. Subleva la idea de que la protesta social y política más prolongada e intensa que haya tenido lugar en la historia de Colombia, que, a ese colosal proceso de participación política, se les quiera meter en cosos de animales pequeños. Ese es un camino trillado y nefasto como lo puede demostrar el más sencillo ejercicio de reconstrucción histórica.

Las anteriores perplejidades me llevan a plantear un asunto de gran trascendencia sugerido por un alto lugar común que capté en las entrevistas en profundidad realizadas en Bogotá, Cali, Pereira, Cartago a voceros, voceras de los puntos de resistencia y a otros participantes del Estallido Social: la necesidad de una PEDAGOGÍA política y social. La izquierda clásica, los progresismos se han olvidado de tal pedagogía con respecto a los sectores más pobres y excluidos de la sociedad que por otro lado están constituidos por millones de personas. Una anécdota me permite poner en términos más claros lo que quiero señalar. Por el tiempo en el que Lucho Garzón estaba por lanzarse a la alcaldía de Bogotá, reunió en su apartamento a unos cuantos intelectuales para “aconcejarse” Me pregunto si Lucho se aconcejará con gente que represente a instancias distintas a el diario El Tiempo y otras de similar condición. Le escuché entonces decir que con el estrato 1 no había nada que hacer. Que estaban sus gentes tan inmersas en su miseria que allí el entendimiento estaba completamente embotado. 

La izquierda y los ilustrados representan a los trabajadores, crean sindicatos, otros sectores agrupan a la gente en movimientos identitarios, los indígenas se organizan así mismos y coinciden con estudiantes y sectores medios. ¡Pero Ay! la gente más excluida no entra en radar alguno. De pronto se siente interpretada por Los Rodolfos y gente de su laya.

Seguramente nadie le discute al Ingeniero que en 52 años de trabajar “al sol y al agua” consiguió hacer una fortuna que le permite vivir bien y seguir explotando a “los hombrecitos” que para él pagan hipotecas para las casas que les vendió y para las cuales él mismo prestó el dinero para que las compren. Rodolfo nos dice que eso le parece “delicioso” De contera nos resultó masoquista el ingeniero, goza con el hambre y el dolor ajenos.

Los jóvenes destinatarios del discurso político

No es tarde para que el Pacto Histórico intente un discurso específico hacia los muchachas y jóvenes que participaron en el Estallido Social, les explique aquello que con sintético acierto ha expresado el expresidente Ernesto Samper: “Hoy ganó el cambio y perdió el establecimiento político colombiano. Ahora los ciudadanos escogerán entre el cambio emocional de Rodolfo Hernández o el cambio real que les ofrece Gustavo Petro en materia de paz, justicia social, transición ambiental e integración regional”

(Le puede interesar: El retorno a la presencialidad en la educación: cuestión nacional)

*Medófilo Medina, Ph.D en Historia, profesor emérito y honorario de la Universidad Nacional.

Autor

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.