About The Author
“Los melios creen que tendrán la ayuda de los dioses porque su posición es moralmente justa. Los atenienses contrarrestan que los dioses no intervendrán porque es el orden natural de las cosas el que los fuertes dominen a los débiles”.
“Los melios argumentan que sus parientes espartanos vendrán en su defensa. Los atenienses oponen que los espartanos son un pueblo práctico que nunca se pone en riesgo cuando sus intereses no están en juego, y el rescate de Melos sería especialmente arriesgado, ya que Atenas tiene una armada más fuerte.” Tucídides. Historia de la Guerra del Peloponeso. T. V. Sinopsis. Wikipedia.

(Lea también: La vida senior)
El Diálogo de los Melios es un texto que hace parte de la obra del historiador griego Tucídides sobre las guerras del Peloponeso (entre Atenas y sus aliados vs. Esparta y sus aliados). Es un texto diferente a las narraciones bélicas del autor, porque se trata de un diálogo de teatro entre discursos enfrentados, entre los Atenienses (los poderosos de la época) y los Melios, habitantes de la pequeña isla del mar Egeo, Melos (los débiles). El diálogo difícil entre quien amenaza (la potencia de Atenas) y quienes son amenazados (Melios). El diálogo se ha consagrado como un texto argumental clave para dilucidar los conflictos entre los pueblos. Los argumentos que recoge Tucídides han servido a lo que eufemísticamente se han llamado pueblos débiles, frente a posibles agresiones de las potencias militares y económicas.
Los atenienses (la Liga de Delos) les proponen que se sometan y paguen tributos a Atenas. Los Melios (de la liga opuesta del Peloponeso, comandada por Esparta) se niegan muy cortésmente a tal invitación, señalando que ellos son neutrales y por tanto no atacarían a Atenas ni a ninguno de sus aliados. Razones argumentadas van y vienen. Y esta es la riqueza de este texto para analizar situaciones de conflictos entre naciones y pueblos. Lo que se colige de la posición del autor, aun cuando recoge posiciones de ambas partes es una simpatía por los más débiles en cuanto hay detrás un valor de justicia, que no admite que la razón es la razón de la fuerza.
Es un principio en general del derecho internacional la no agresión entre naciones y pueblos. Y es agresor el Estado que declara la guerra a otro Estado. Estamos actualmente frente a una indeseable situación de éstas. Rusia le declara la guerra y ataca a Ucrania, por la pretensión de esta nación de participar en la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), alianza militar surgida en la postguerra y que respondía a la Guerra Fría entre las dos grandes superpotencias Estados Unidos y la Unión Soviética). La Unión Soviética lideraba el Pacto de Varsovia, equivalente, pero al desaparecer la URSS, este se disolvió. Y parecía ser que la OTAN perdía su razón de ser. Pero la posición de Rusia, liderada por Vladimir Putin, le devolvió todo el sentido a la OTAN, al darle en contrario, un papel de amenaza a los intereses de Rusia, su existencia. La guerra contra Ucrania significa una nueva definición del “orden mundial”, o sea que no hay orden, sólo la fuerza y para “defenderme” tengo la libertad (por no decir el “derecho”) de atacar, vulnerar a quien sea.
Era o es el mismo argumento de los atenienses de hace 2.400 años: que los fuertes dominen a los débiles. Un escéptico(a) me ripostaría y ¿“así no ha sido siempre”? Sin ser un experto en temas internacionales o de política exterior, de alguna manera, considero que las instituciones creadas en la postguerra produjeron ciertas reglas de juego y era su propósito confrontar las amenazas y prácticas bélicas, ¿quedan derogadas?
(Texto relacionado: Lucha de clases)
La amenaza de una confrontación nuclear, que desde luego siempre ha estado presente paradójicamente en la trastienda de la memoria después de 1965, como contención de una Tercera Guerra Mundial, se ha convertido en una aceptación tácita de lo que se llaman Guerras de Baja Intensidad (GBI) y hemos visto varias, mas como conflictos internos en donde las grandes potencias están detrás de fuerzas internas. (Ejemplo Siria). Y alguien me argumentaba que cuando Estados Unidos intervenía en Afganistán e Irak, por qué no era tan condenable como lo de Rusia con Ucrania. Creo que puede haber algunas situaciones parecidas y desde luego condenables, pero también grandes diferencias. Claramente Rusia (con cualquier argumento no-factico) es un agresor de otro país, Ucrania. Haciendo valer un poderío militar que le permite amenazar a toda Europa, con un conflicto nuclear.
El profesor de la Universidad de Harvard, Serhii Plokhy, señala que en los últimos años hemos vivido un “regreso de las armas nucleares al escenario central de la política internacional“, es el autor del que quizá sea el mejor libro escrito sobre la crisis de los misiles en Cuba: Locura nuclear. (Política Exterior, octubre 15 de 2022. Madrid, España).
Hay que advertir en el análisis, que esa ruptura de un Orden Mundial, orden de coexistencia pacífica y con reglas aceptadas y mayormente cumplidas, se correlaciona con el surgimiento de regímenes tiránicos, no democráticos, de dictaduras personales o de partido. Digamos que el retroceso de la democracia mundial, en el sentido de naciones con reglas de juego democráticas, aceptadas y cumplidas, va para atrás o como diría algún ilustre ilustrado: ¡va de retro! Y son dictaduras en su mayoría de derecha o extrema (aunque también las hay de izquierda).
Después del colapso de la Unión Soviética y de sus correlatos de Europa Oriental, se vislumbraba un panorama internacional diferente y promisorio. Sería una ilusión de un sistema democrático mundial. Desde luego, no pensamos en un mundo monocromático sino más bien de respeto y reglas de juego de convivencia pacífica aceptadas y cumplidas. ¿Naciones Unidas sigue sirviendo al menos como foro mundial, o habrá que pensaren otro modelo? ¿Ha hecho crisis el veto en el Consejo de Seguridad de la ONU? ¿Eliminarlo y reemplazarlo por la Asamblea General? Dejo preguntas para que los expertos se pronuncien.
¿El diálogo Melios tendrá vigencia ya sea como lección o cómo advertencia a los ciudadanos (as) de hoy?
(Le puede interesar: Imaginación y poder)
*Víctor Reyes Morris, sociólogo, doctor en sociología jurídica, exconcejal de Bogotá, exrepresentante a la Cámara, profesor pensionado Universidad Nacional de Colombia.
Vale todo lo dicho y las preguntas finales. Vale igualmente el acudir al texto de Tucídides y en particular el ser este una obra de teatro. Hacía falta en estas columnas ese vínculo entre dos expresiones de la realidad: el arte y la política.