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Ya no aspiran a ser bomberos, astronautas ni futbolistas, mucho menos médicos, buzos o rescatistas: ahora los párvulos añoran ser alcaldes, gobernadores, congresistas y diputados; y como no soñarlo si la profesión de político junto a las de narcotraficante e influenciador se han convertido en las de más rápido ascenso económico: cuatro años en un cargo de elección popular, se embolsillan millones vía corrupción, pagan meses de casa por cárcel y luego libres a disfrutar lo hurtado. Nos dicen que en democracia cualquiera puede ser elegido, en virtud a esa perversa interpretación hemos tenido gobernantes corruptos, asesinos, pedófilos, megalómanos, mitómanos y bandidos…efectivamente cualquiera puede ser elegido: cualquiera que se haya formado de manera decente, cualquiera que sea honesto, cualquiera que palpite con el dolor del prójimo, cualquiera que anteponga lo colectivo a lo personal. ESTO NO ES DEMOCRACIA, es un reality: pasamos de la dictadura de dos partidos a la presidencia (desde 1958 y hasta 1974 con el Frente Nacional) a una orgía de candidatos como si de una maratón se tratase: Bogotá nueve aspirantes a la alcaldía, Bucaramanga quince, Cali doce, Medellín dieciséis, Barranquilla ocho, Cartagena quince, Manizales doce; incluso en municipios de segunda categoría pululan como la maleza en el cultivo: Floridablanca once, Yumbo seis, Piedecuesta trece; el mismo desfile sucede con los que riñen por ser gobernador, concejales y diputados. ¿En qué momento la ciudadanía podrá conocer los planes de gobierno de tanto postulante? Ahora y si a eso le sumamos que la Procuraduría encontró que al menos 88 aspirantes a lo largo y ancho del país están involucrados en casos de corrupción e involucrados en los clanes Gnecco, Char, Blel, Barreto y de Dilian Francisca Toro, nos queda la absoluta certeza que ESTO NO ES DEMOCRACIA sino la enésima temporada del concurso ¿Quién quiere ser millonario?
*Roque Monteiro. comunicador social – periodista retirado, fotógrafo sin cámara, autor de varias novelas, cultivador de yuca y viajero incansable. Miembro del colectivo Psicolombianos de Diván.