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Bases para el programa integral de apoyo en el gobierno de Gustavo Petro.

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Del mismo modo en que la historia económica acumuló mucho material teórico y documental sobre el paso de la economía capitalista a la economía socialista como parte del relato propio del materialismo histórico, hoy podemos afirmar a manera de contraste, que el conjunto doctrinal respecto a los tránsitos desde el denominado socialismo real hacia el nuevo capitalismo y desde la hipótesis globalista hacia una bipolaridad con características multipolares, son capítulos no culminados de construcción teórica y validación práctica, tanto por la misma velocidad de los cambios como por las manifestaciones multiformes de la organización económica.
Observando el proceso económico de América Latina en plena fase de desorden geopolítico global, previsiones recesivas y tendencias con visos de estanflación en estos trópicos, el cambio político en Colombia nos coloca en un momento histórico decisivo dentro del cual Gustavo Petro proclama la opción de un rol conglutinante de un Acuerdo Nacional y de un juego de reformas estructurales que ponga punto final al conflicto, a la oscilación ineficaz entre modelos de crecimiento empobrecedor y a la fractura de la sociedad colombiana entre premodernidad y posmodernidad.
No debe sorprendernos que ante las voces promotoras del temor acerca de la orientación y práctica del nuevo gobierno elegido por la mayoría de los colombianos, el Presidente electo haya señalado categóricamente en su discurso de la victoria, “vengo a desarrollar el capitalismo”, aludiendo a las manifestaciones de atraso en las formas productivas, en relaciones sociales propias del feudalismo y aún del esclavismo, en la dificultad para propiciar la ampliación de la base de propietarios, la legitimación de la propiedad y el acceso a los factores de producción para los emprendedores y las unidades económicas de menor tamaño.
Por eso el gobierno del Pacto Histórico tiene frente a sí un enorme desafío: materializar un Programa Integral de Promoción y Desarrollo de la Economía Popular, entendida esta categoría en su más amplia acepción, aquella que comprende la gran base de micronegocios que según el DANE, en reciente publicación sobre el tema, asciende a 5.8 millones, luego de la desaparición de doscientas mil microempresas durante los dos últimos años. El personal ocupado cayó en un 8.7% entre 2019 y 2021, la remuneración disminuyó en un 25%, las ganancias decrecieron un 18%. Una porción significativa del segmento no pudo acceder a los subsidios o apoyos financieros por razones de tramitomanía, no disposición de registros e información contable, o por aversión al riesgo del sistema financiero institucional. De allí proviene la brecha en la recuperación del empleo.
Algunos de estos negocios caen en la trampa del “gota a gota”, el oprobioso sistema de crédito irregular que liquida tasas efectivas de hasta 15 o más veces la tasa de usura. Por eso hemos propuesto implementar un sistema profundo de financiación microempresarial que integre las microfinanzas, la banca de oportunidades, los corresponsales bancarios, la educación financiera y la denominada Fintech, con el propósito de hacer sólido el trípode entre el micronegocio mejor gestionado, la tecnología y la innovación financiera.
El nuevo sistema colombiano de nanocrédito integraría toda la oferta financiera existente y añadiría nuevas instituciones y grupos económicos para configurar la red de mayor penetración crediticia. Las operaciones a desarrollar incluyen mínima cuantía y van hasta sumas que rondan el salario mínimo. Se vinculan a la estrategia que se propone, los bancos de desarrollo, la banca de oportunidades, la banca comercial y sus redes de corresponsales bancarios; también la banca cooperativa, las cooperativas de ahorro y crédito, los fondos de empleados y las mutuales; todas las instituciones de microcrédito, las empresas de servicios públicos y las grandes superficies, el Banco Agrario y, los grupos de Baloto, apuestas permanentes, giros y remesas. Toda la estructura estará soportada en big data, scoring a gran escala, plataformas operativas sobre telefonía, el Fondo Nacional de Garantías, el Fondo de Garantías del Sector Cooperativo y el Fondo Agropecuario de Garantías. Todo este andamiaje iría en paralelo con procesos de formalización rápida acompañados por cámaras de comercio, gremios, cajas de compensación y el SENA.
Y frente al gran tema de la informalidad, una red integrada por: las Cajas de Compensación necesitadas de ampliar su acción para defenderse de los enemigos que siempre pugnan por destruir el sistema del subsidio familiar, las Cámaras de Comercio urgidas de mostrar mayor y mejor resultado en inclusión económica para salirle al paso a los críticos del tributo delegado y los gremios económicos que sin duda pueden ir más lejos en el esfuerzo por acrecentar su representatividad y por la mejora distributiva de los factores de la producción, sería la responsable del cierre de la brecha en el tejido empresarial. Los servicios promocionales de las cámaras serían gratuitos para la microempresa formal e informal. Los microempresarios y autónomos, los trabajadores y sus familias accederían con una contribución mínima fijada por el gobierno a una parte de los servicios de las Cajas de compensación y cada sector adelantaría un masivo programa de desarrollo de proveedores e integración de MIPYMES a las cadenas productivas y de suministro. Menor desigualdad, mayor vertebración social. Sostenibilidad y responsabilidad ambiental. Un camino de formalización masiva con información básica y localización electrónica para un millón de micronegocios, donde el sector privado juegue un papel protagónico y favorezca el semillero de su propia base de afiliados.
MIPYMES COMO EJE DE LA ECONOMÍA POPULAR
Desarrollo Productivo, Base Tecnológica, Acompañamiento y Mejora Competitiva
La política de apoyo a la Economía Popular, tiene como eje a la micro, pequeña y mediana empresa, pieza clave de la reintegración nacional, es un componente fundamental de la política de Desarrollo Productivo en estrecha relación con las de ciencia y tecnología, educación, empleo e innovación para la cohesión social y el desarrollo territorial.
La política de Promoción de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa organiza un compromiso público privado sin antecedentes para desatar procesos de formalización, incorporación de progreso técnico, dotación de factores y acceso a los mismos, comprensión segmentada del conjunto del tejido empresarial y de su conformación territorial y sectorial. Es una construcción de capacidades que reconoce las profundas diferencias al interior del tejido empresarial y en el desarrollo de los territorios, su talento humano, las articulaciones productivas. Se funda en la convicción de propender a un desarrollo productivo orgánico e incluyente, concebido a través de la vertebración y articulación de cadenas y minicadenas, agrupaciones, clusters, distritos, formas empresariales solidarias, asociatividad productiva, desarrollo de proveedores y corredores de infraestructura funcional, que defiende la competencia justamente para que ella se mantenga como un valor cultural y económico fundamental, estimula el desarrollo tecnológico a todo nivel y práctica la transformación productiva considerando las unidades en su enorme diversidad y en su prospectiva.
Integrando fuentes estadísticas del DANE, Confecámaras y centros de investigaciones, el universo empresarial colombiano en grandes números reúne 6 millones de unidades, tomando en cuenta la mortalidad del ciclo pandémico que aún no finaliza. Las PYMES formales son 150 mil unidades, es una categoría extensa y muy variada, El país tiene alrededor de 4 mil grandes compañías. El procesamiento de datos a esta altura de 2022, nos indica que la informalidad abarca tres cuartas partes del total de unidades económicas.
Durante los últimos quince años se dio un proceso de concentración empobrecedor, las medianas empresas exitosas fueron adquiridas por multinacionales, las pequeñas se transformaron en microempresas y la mayor parte de estas últimas se informalizó por la prevalencia de la inecuación entre costos y beneficios, la cual demuestra que, al menos en pequeña escala, a la economía informal le va mejor que a la formal, pues la primera no espera nada del estado mientras la segunda sufre el estorbo, no general claro está, de la función pública, la concentración económica oligopólica, y las inseguridades físicas, jurídicas y tributarias.
Por todo lo anterior, el diseño de la Política de Promoción de la economía popular y de la micro, pequeña y mediana empresa como su arteria principal, ha de tener en cuenta las perceptibles diferencias en el interior de las empresas de tamaño menor e intermedio y los conjuntos económicos altamente heterogéneos.
Es útil comprender que hay negocios de magnitud con cuotas informales y microempresas integradas muy adelantadas tecnológicamente -tal el caso del clúster gráfico del barrio Ricaurte en Bogotá- y que la composición orgánica del capital como relación entre activos fijos y personal ocupado sorprende en diversos núcleos de micro y pequeña empresa, aunque claro está, también aparecen manifestaciones de producción o comercialización simple de mercancías que, sin lograr mínimos de acumulación, presentan tasas altas de mortalidad y natalidad. Es fundamental entender que la actividad económica de las mipymes es procíclica y por eso su política de apoyo se complementa con la Política de Desarrollo Productivo y con los Planes de Empleo de Emergencia.
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DIEZ ESTRATEGIAS PARA LA ECONOMÍA POPULAR
El Programa de Apoyo a la Economía Popular es una estrategia inter institucional público-privada que bajo la coordinación del Ministerio de Industria , Comercio y Turismo, integra el esfuerzo de cambio estructural y transformación productiva con base en CTel y forma parte de la política de Desarrollo Productivo construyendo un sistema de producción , innovación, investigación y conocimiento. Bajo los preceptos de vertebración y articulación económica incorpora, mediante programas diferenciados, todos los tipos de empresa y todos los circuitos aglutinantes y pro competitivos del agro, la manufactura, el comercio, los servicios y las industrias del conocimiento, desde los territorios como escenarios de la vida económica, las regiones resultantes de la concatenación empresarial bajo preceptos conectográficos que desbordan la división política tradicional para integrar los sistemas de movilidad, conexión digital, teleservicios y la infraestructura funcional, impulsando y promoviendo generaciones empresariales jóvenes, orientadas a la exportación, proclives a la integración internacional.
El viceministerio de Desarrollo Empresarial concentrará su mayor esfuerzo en la Economía Popular corrigiendo la falla histórica que se resume en el aserto de los empresarios según el cual “la Mipyme ha estado en la boca de todos y en las manos de nadie” y se erige en el núcleo coordinador y convergente de la política pública. En paralelo, el viceministerio de desarrollo empresarial se orientará a los grandes proyectos de transformación productiva y territorial, la promoción de inversiones estratégicas y la coordinación con los sistemas de CTel en cuanto a grandes líneas de la investigación, innovación, sostenibilidad, descarbonización, cambio climático y ajuste en la matriz energética en relación con el sistema productivo. Será el encargado de mega proyectos regionales y tomará parte en la definición de los corredores y distritos. El viceministerio de comercio se concentrará en la recuperación del sector exportador, la mejora de los sistemas de suministro y abastecimiento, el comercio internacional, los sistemas informativos de soporte y las relaciones institucionales con el DANE, la revisión de acuerdos internacionales y la suscripción de nuevos acuerdos bilaterales estratégicos que complementen de forma innovadora, los tratados de comercio e inversiones a los acordes del multialineamiento.
A continuación se relacionan las estrategias sin que el ordenamiento signifique grados de importancia o prioridad. Por razones de brevedad y proceso de formulación, no se presenta el detalle de cada una.
Primera estrategia: Formalización
La condición excluyente que ha caracterizado las oportunidades emprendedoras y el sistema de formalización va a ser modificada. El objetivo no es la persecución a la informalidad sino su incorporación. La política de formalización tendrá opciones paralelas al suministro de servicios públicos y habrá opciones en línea y automáticas. Las cámaras de comercio abrirán sus puertas a través de un registro mercantil plástico provisional. Las cajas de compensación abrirán servicios a los informales, autónomos y cuentapropistas. Crearán servicios de telemedicina familiar y coordinarán servicios en línea con las ARL para la telemedicina laboral. Solo se excluyen en primera fase, el pago de subsidio en dinero y la recreación con alojamiento. Con el registro provisional, las empresas en trance de formalización podrán acceder al talento humano formado por el SENA y a sus aprendices. Las universidades tendrán consultorios de formalización como facilitadores de los procesos de proveeduría y codificación de proveedores. La superintendencia de industria y comercio facilitará procesos de formalización y/o tránsito a la formalidad. Minhacienda y la DIAN trabajarán en aplicaciones de monotributo formalizante mediante declaración directa del interesado (modelo brasilero).
Segunda estrategia: Promoción y mejoramiento de la Artesanía
Artesanías de Colombia vivirá un proceso de apertura y adecuación institucional. El sistema de información SIEAA ampliará sus categorías cualitativas, homologará tareas modernas de los artífices, flexibilizará los procesos de registro y corregirá el subregistro existente que deja por fuera de incentivos y programas a miles de artesanos. Las artesanías harán parte de las cadenas territoriales en el tracto rural urbano y estarán integradas a los agromercados turísticos y empresariales. La Plaza de los artesanos liderará una red de mercados permanentes de variedades y artesanías en las principales ciudades, con participantes seleccionados mediante concursos periódicos con apoyo de universidades. Los centros de diseño serán fortalecidos y la formación profesional en el sector también. Como en los casos de La Chamba o Ráquira, la mejora tecnológica y productiva correrá en paralelo con el impulso exportador.
Tercera estrategia: Cadenas territoriales y articulación productiva: una apuesta para la generación de empleo local y regional. Minicadenas en el espacio rural urbano, agromercados turísticos y artesanales.
Las micro y pequeñas empresas forman encadenamientos generadores de valor y de empleo local y regional, particularmente empleo femenino y juvenil. Esta política tiene como eje principal la articulación de la mipyme local en los ámbitos agroindustrial, manufacturero, comercial y artesanal; incorpora a las mipymes en la política de fomento de los sectores educativo, ambiental y de I+D+I; desarrolla el tejido de micro unidades económicas en los circuitos territoriales y permite procesos de formación – acción para atacar el desempleo juvenil. La política de cadenas territoriales forma parte de las políticas de desarrollo rural y de desarrollo productivo y se integra como uno de los pilares del Plan de empleo de emergencia focalizado en jóvenes, mujeres, pequeña y mediana empresa del ámbito rural-urbano. Durante el cuatrienio vinculará 600 cadenas territoriales y 250 parques y/o mercados agro-turísticos. Generará 290.000 empleos directos y 1.080.000 empleos indirectos según estimaciones de los proyectos Onudi- Acopi.
Cuarta estrategia: Mipymes maduras y con posicionamiento en mercado doméstico y/o exportador
La oferta interinstitucional se concentrará en un amplio servicio de asistencia técnica orientado a la mejora productiva, tecnológica, I+D+I, encadenamiento nacional e internacional que será suministrada por universidades , SENA, CDT y los nuevos Centros de Investigación, Innovación y emprendimiento CRIIE. El proveedor de los servicios se decidirá en un comité institucional con presencia de la empresa interesada. Los servicios no serán gratuitos pero la obtención de resultados comprobados permitirá una condonación parcial de los gastos.
Quinta estrategia: Sectores ascendentes – Mipymes de Nueva Generación
Dentro del marco de la Política de Desarrollo Productivo que involucra el incremento sostenido del gasto en conocimiento, el fomento de la Economía Popular propiciará con apoyo de Universidades, centros especializados, laboratorios e incubadoras, bajo rigurosos criterios de selección, el surgimiento de una nueva generación empresarial cualitativamente desarrollada y de un emprendimiento de mayor complejidad tecnológica y cualificación productiva. Los clusters y sectores ascendentes así como sus iniciativas serán objeto de selección rigurosa con vistas a reducir grados de incertidumbre para los llamados “incentivos contra resultados y permanencia”.
Sexta estrategia: Articulación, vertebración, agregados empresariales y TIC
La institucionalidad empresarial colombiana es una fortaleza del país pero debe ser totalmente incluyente y considerar múltiples expresiones y formas organizadas de la empresa privada, la sociedad civil y el sector profesional. El Programa de Apoyo a la Economía Popular tendrá entre sus poblaciones objetivo de primer orden los clusters, cadenas, minicadenas, distritos, asociaciones empresariales, cooperativas, redes de instituciones de servicios a los empresarios, grupos y negocios colaborativos, organizaciones de producción y consumo sostenibles, proveedores de servicios financieros, de consultoría y prospectiva, parques empresariales de diseño flexible, zonas francas redefinidas, formas de coworking y aún espacios virtuales propios del tránsito de propietarios a usuarios productivos independientes, siempre bajo el criterio de ligar incentivos con la obtención de resultados. El Programa de apoyo a la Economía Popular trabajará con MinTic en todo el proceso de infraestructura funcional y la política de emprendimiento estimulará movilizaciones abiertas y continuas de emprendedores en este frente. La conectografía y los corredores digitales serán vitales para las mipymes, la pandemia mostró la necesidad de aplicar todo el esfuerzo para culminar la llamada “última milla” en la conexión efectiva de internet con municipios y veredas del mundo rural.
Séptima estrategia: Sostenibilidad, Economía Circular, Descarbonización
A partir de la condición procíclica de la Mipyme, sus coeficientes de sobrevivencia, acumulación y desarrollo, dependen de su reconversión, transformación o ajuste productivo y organizacional. Las ventanillas ambientales serán fortalecidas en las CAR reorganizadas así como el mercado de servicios ambientales. El Programa de Apoyo a la Economía Popular coordinará con el ministerios del ramo y las estructuras territoriales las tareas y su cronograma para cristalizar las metas en las que Colombia se ha comprometido respecto a la descarbonización. Programas Regionales de Asistencia Ambiental se pondrán en marcha para la mejora sostenible de la productividad en la ruta hacia la economía circular, orientados a cambios en la esfera productiva siempre más allá de la requerida capacitación.
Octava estrategia: Optimizar lo existente con mérito y hacer cooperación internacional eficaz
El Programa de Apoyo a la Economía Popular trabajará en la focalización de la política de promoción de industrias culturales y en la ampliación del proyecto de fábricas de productividad. Tanto la Política de Desarrollo Productivo como el Programa de Apoyo a la Economía Popular son un tejido de medidas horizontales y verticales. El cambio consiste en la visión orgánica de lo multisectorial e interterritorial, así como en el énfasis en el componente CTel. En tal sentido, desarrollos proyectados rescatables son los diamantes pluriregionales y los planes de ciudades inteligentes que ha trabajado Findeter. Son ejercicios meritorios que contienen válidas consideraciones para la mipyme, los clusters regionales, la infraestructura funcional y las apuestas productivas. La cooperación internacional será, para el estrato mipyme, focalizada en experiencias meritorias de fomento. Es preciso reforzar los entendimientos de mérito y forjar proyectos de alto alcance práctico con Brasil, Turquía, Taiwán, Tailandia, India, Indonesia, Corea, Alemania, Hungría e Israel, entre otros.
Novena Estrategia: Articulación con el sector educativo y construcción de paz
La articulación y vertebración del Programa de Apoyo a la Economía Popular con la redinamización de los procesos de reconciliación y construcción de paz, será un pilar de la política pública. Actuará como unidad de enlace con las instituciones del posacuerdo y las comunidades. Muchos de los planes y proyectos de los PDET están ubicados en el estrato mipyme y es vital promover la coordinación de estos dos ámbitos de la política pública. Los procesos orientados al desarrollo de mipymes creadas y gestionadas por grupos étnicos así como los relacionados con compatriotas en el exterior son también parte del Programa de Apoyo. Y el núcleo principal de colaboración y ejecución serán las universidades públicas y privadas, las instituciones técnicas y tecnológicas y los planteles educativos vocacionales. La anhelada relación institucional entre educación, estado y sector empresarial será punto esencial de esta estrategia.
Décima estrategia: Ajuste institucional- Banca de Desarrollo
La reorganización institucional del Ministerio de Comercio, industria y turismo va en paralelo con los cambios en las instituciones y sistemas de soporte. La dimensión crediticia se instrumentará con incentivos a partir de la materialización exitosa de los proyectos financiados mediante condonaciones proporcionales. La banca de desarrollo tanto en Bancoldex como en Findeter se concentrará en el apalancamiento de proyectos de base tecnológica, innovación eficaz y resultados medibles de los negocios con vocación de permanencia, así como al financiamiento de clusters, distritos y encadenamientos territoriales e infraestructura funcional. Bancoldex acompañará el proceso de internacionalización de la Pyme y ProColombia cambiará su estructura de remuneración que discrimina a los pequeños exportadores y la red operativa funcionará bajo el mandato de armonía y cooperación institucional con la red diplomática. El Fondo Nacional de Garantías incursionará de forma creciente en estructuras de seguros a la producción, a los compromisos de proveeduría y a operaciones con riesgos estimables. El Fondo, gran logro institucional, no debe perder el norte del riesgo compartido pues ello podría dar al traste con sus propias posibilidades. El Fondo de Garantías del sector cooperativo y la Superintendencia del ramo además de su función supervisora y protectora de los asociados, se comprometerán en procesos de profundización financiera por las cooperativas de crédito y bancos del sector junto a los fondos de empleados y a las asociaciones de profesionales para el emprendimiento.
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*Juan Alfredo Pinto, escritor, economista, @juanalfredopin1