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Al participar en la elección tiene la posibilidad de ganar y si lo hiciere, el escenario sería diametralmente opuesto al precedentemente descrito.
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En exactamente 15 días, los venezolanos decidirán quién los gobernará por los próximos 6 años a contar del 10 de enero de 2025. Independientemente de lo que reflejen las encuestas, es lo cierto que las alternativas –con matices- son dos, continuismo o cambio y eso es lo que ese día se elegirá.
El continuismo lo representa, vívidamente, el candidato Nicolás Maduro. Ocupa la presidencia de la república desde antes de la muerte del señor Chávez; se le regalaron 6 años más en mayo del 2018 y aspira que ocurra lo mismo ahora, con la diferencia que esta vez pareciere que las condiciones no se repetirán.
Frente a él tiene una pléyade de candidaturas en las cuales destaca, según lo reflejan las encuestas, una sola, la de Edmundo Gonzalez Urrutia, llegado a esa posición, aunque a algunos les cueste creerlo, por decisión del mismo gobierno pues fue este el que permitió su inscripción. Al mismo, según pareciere lo respalda buena parte de la ciudadanía que hasta un no tan lejano ayer, estaba en las filas gubernamentales así como muchos que nunca en estos últimos 25 años, compartieron el accionar de quienes han gobernado Venezuela desde el 2 de febrero de 1999.
Esa mixtura de apoyos, de producirse la sustitución en la oficina presidencial es, a no dudarlo para su eventual nuevo inquilino, de confirmarse las informaciones demoscópicas, una situación que implicará la concreción de profundos equilibrios por parte del mismo.
Seguramente algunos de los que le respaldan, aspirarán que, desde el primer día, se produzca un deslinde con quienes en el pasado respaldaron de alguna manera la actuación gubernamental, otros –entre los que desde ya afirmo me encuentro- sostendremos que el país se construye entre todos, que los demócratas entendemos de disensos y acuerdos, que minimizamos aquellos y tratamos de construir los segundos, máxime en una situación en la cual el país que se recibirá, de producirse el cambio, requerirá del esfuerzo de todos para recuperarlo.
La minimización de disensos que entiendo debe existir, no implica en modo alguno, que no se exija responsabilidades a quienes las tienen, ni más faltaba.
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Lo que sostengo es que para que estas sean exigibles es menester realizar cambios impostergables en el sistema de justicia lo que conlleva a la creación, acordada entre todos, de una justicia transicional, la implementación de una comisión de la verdad y la reinstitucionalización general del poder judicial, medidas estas en los cuales la comunidad internacional tiene experiencia y en el supuesto que no encontraremos alguna que nos satisfaga plenamente, pues las creamos, dado que es lo cierto, así lo creo, que en el actual sistema institucional venezolano, es imposible establecer responsabilidades.
Resultarían parcializadas estas líneas si solo escribiere respecto de quienes aspiran a sustituir al señor Maduro en su posición. Lo cierto es que este compite y tiene apoyo, quizás menguado, pero lo tiene, sobre todo institucional lo que no es poca cosa. Al participar en la elección tiene la posibilidad de ganar y si lo hiciere, el escenario sería diametralmente opuesto al precedentemente descrito.
El tema que nos ocupa será motivo el próximo sábado 20, una semana antes de las elecciones, de un foro de carácter político, no partidista, abierto al público previa reservación, que Fundación2Paises ha organizado para ese día, en colaboración con la Fundación Migración en Positivo (M+) y Grupo de Estudio C.A.
En el mismo participarán como expositores dos académicos de primer nivel en Venezuela, los doctores Carolina Guerrero y Luis Daniel Alvarez Vanegas; intervendrá asimismo una persona que se ha destacado estos últimos años como promotor del voto como mecanismo de cambio –el economista y ex rector del CNE Andrés Caleca- y también lo hará otro economista, ex diputado y ex ministro durante la administración Chávez-Maduro, Rodrigo Cabezas. Ellos expondrán la visión que tienen del país al dia 28 de julio, el día después de la elección, el período agosto-enero y el período presidencial, no solo desde su perspectiva personal según sus propias simpatías, sino visto desde las dos posiciones, de una eventual victoria gubernamental o de la opositora.
El foro sin embargo requiere una foto del día 28, a una semana de la elección. Para ello, Jesús Seguías, director de una de las más prestigiosas y acertadas encuestadoras nacionales- Datincorp- será el último de los expositores, a horas de que no sea posible conocer públicamente los resultados de las encuestas, indicando a los asistentes cuál es aquella para el día del foro.
Sería inconsecuente conmigo mismo si no emitiere mi personal percepción sobre lo que, a la distancia observo de Venezuela y el resultado electoral. De lo que observo en los medios, creo que el tema migratorio, mucho más que el económico, impactará el mismo. Las ausencias forzadas, que impactan por igual a quienes respaldaron al gobierno y lo han hecho con la oposición, pareciere que será el ariete que generará a lo interno de Venezuela un cambio en el liderazgo institucional del país.
A todo evento, salvo un imponderable no deseado, será en las mesas de votación, el día de la elección, que los venezolanos dilucidarán el futuro de Venezuela y no exagero, también el de la región.
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*Gonzalo Oliveros Navarro, Abogado. Director de Fundación2Países @barraplural
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