Pliegos únicos, una buena idea

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De aquí en adelante, les quedará muy difícil a alcaldes y gobernadores y al gobierno nacional favorecer de manera selectiva y directa a sus amigos.

En medio de la crisis sanitaria, social, económica y alimentaria, que demanda la atención nacional y la discusión institucional, e incluso la del Congreso de la República para los debates de control político de los más de 160 decretos que se expidieron en medio de la emergencia, se pasó por alto el proyecto de ley que tiene que ver con los pliegos únicos en contratación oficial.

Hubo mucha más discusión alrededor de la cadena perpetua para violadores y asesinos de niños y niñas y otras iniciativas que, de pronto, tienen mucha importancia. Pero, si se nos preguntase a nosotros, cuál fue el proyecto fundamental de mayor envergadura para la suerte de la administración pública, responderíamos que, sin duda alguna, el proyecto que da uniformidad a los términos de referencia – los pliegos únicos para la contratación pública – a todos los niveles en infraestructura, energía, suministros, conectividad, educación, salud y demás.

Éste es un gran avance en la lucha contra la corrupción en Colombia. Muchos sectores se pronunciaron pero la iniciativa no tuvo la trascendencia que, de verdad, amerita. A partir de la sanción presidencial como ley de la República, las cosas para el sector público cambiarán en tanto el escenario nacional, regional o departamental como en el local.

Se cambian las reglas de juego que permitían, por parte de las distintas administraciones, el abuso de los términos de referencia que, más que punto de equilibrio, de objetividad, de garantía, se convertían en instrumento de favorecimiento, desde las condiciones iniciales de un proceso de contratación, a un beneficiado en particular, normalmente amigos de los gobernadores, de los alcaldes y de los gobiernos nacionales y muchas veces financiadores de campaña. Así se pagaban a las respectivas candidaturas. Por lo tanto, de aquí en adelante, les quedará muy difícil a alcaldes y gobernadores y al gobierno nacional favorecer de manera selectiva y directa a sus amigos.

Se mejorarará la calidad del gasto y habrá más eficiencia y, por lo mayor efectividad e impacto de las obras públicas y de contratación de los servicios públicos, ya que ganará la mejor propuesta, con mejor experiencia y mayor conocimiento. Las obras se ejecutarán con mayor garantía de cumplimiento y de alcance de las metas y de los objetivos que persigue la contratación pública.

Ganarán las comunidades y ganarán las regiones con obras, puentes, carreteras, construcciones o servicios recibidos en el tiempo pactado, de calidad y con tarifas y valores justos. Perderán las maquinarias y los gobiernos de amigos, los gobiernos de compadres y quienes proyecten sus campañas con base en coimas o porcentajes de las obras públicas.

Esto significa que, para las próximas campañas políticas, habrá menos recursos, Sabrán los contratistas y sabrán los tales inversionistas que no habrá manera de que los mandatarios electos puedan devolver con contratos los aportes millonarios de campaña. Habrá campañas más moderadas y más económicas; esto mejorará la política, optimizará la calidad de candidaturas a los cargos de elección popular y, por lo tanto, optimizará el servicio público.

En razón a que la competencia política se había basado siempre o en altísimo grado en competencia de maquinaria y de recursos, esta legislación abre oportunidades a buenos académicos, buenos líderes sociales, buenos profesionales, buenos estudiantes, que no tenían opción en otras circunstancias. Ojalá veamos más líderes ambientalistas, más animalistas, más gente que trabaja por una mejor sociedad en todos los frentes.

Es una buena noticia. Exijamos todos los colombianos la aplicación de esa ley; pidamos que en esto se concentren los veedores ciudadanos, el control social y los organismos de control como la Contraloría, la Fiscalía y Procuraduría.

Es un gran avance y una buena noticia para el servicio público, para la comunidad y para las regiones.

*Guillermo García Realpe, Senador, @GGarciaRealpe

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