Telemedicina

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Es la hora de convocar la misión nacional público-privada de salud digital que se encargue de fortalecer la telemedicina, proporcionando servicios accesibles y asequibles para todos los colombianos.

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A los acordes de las tesis sobre Economía de Innovación y Valor Público de la profesora Mariana Mazzucato, el presidente Gustavo Petro ha venido formulando en diversas Asambleas Gremiales, la posibilidad de integrar Misiones público-privadas para la implementación de estrategias de gran alcance en orden a cristalizar las transformaciones estructurales que la sociedad requiere en variables fundamentales. Es una opción válida que tiene doble mérito. Nos saca del inútil debate entre lo público y lo privado, y permite alcanzar metas en la ruta de propósitos mayores en la tarea democratizadora para colocar a la inclusión como el elemento conductor de las políticas públicas.

Habrá tiempo para evaluar el desempeño de Colombia frente a la pandemia del COVID 19. El desconocimiento y la improvisación marcaron la pauta en el inicio de la emergencia con reacciones tardías en el cierre del ingreso aéreo y en la adopción de las decisiones realmente prioritarias que imponía la emergencia. Sin embargo, el gobierno, con la destacada actuación de Fernando Ruiz, logró metas importantes en vacunación, mejoró la dotación hospitalaria y obtuvo resultados en la lucha contra el negacionismo y por la auto protección en un grado razonable. El personal del Sector Salud merece la gratitud ciudadana y, por fuerza de los hechos, este renglón experimentó un avance en el camino hacia la digitalización.

Pasivos quedan sin cancelar en cuanto a la llegada a la base microempresarial de las ayudas, la diferencia entre regiones en la calidad y extensión de los servicios, el grado de pertinencia de algunas operaciones de endeudamiento público y la no concreción de los desarrollos productivos en materia de equipos médicos, producción de medicamentos y fabricación nacional de vacunas, asuntos estos últimos sobre los cuales bien vale la pena no abandonar los esfuerzos de la academia y la industria, dentro del concepto de Seguridad Sanitaria.

Causa gran preocupación la forma como el debate público sobre la seguridad social en salud se llena de inculpaciones cargadas de ideologismo que inhiben la obligación histórica de encarar la impostergable necesidad de mejorar estructuralmente los servicios de salud como factor crítico del bienestar colectivo, especialmente en países confrontados por la desigualdad, la extrema pobreza y la inseguridad alimentaria.

Y es en este contexto donde la salud digital facilita la interrelación operativa, el mejor uso tanto de la capacidad instalada como de los métodos consolidados de orden resolutivo y el beneficio oportuno de amplios grupos poblacionales marginados por razones físicas, económicas comunicacionales o burocráticas. Si no se formula una gran estrategia de Salud digital y telemedicina será imposible enfrentar los desafíos epidemiológicos, de la crisis climática, la salud reproductiva, la multimorbilidad y los flujos migratorios.

Existen valiosas experiencias internacionales susceptibles de adaptarse a las condiciones colombianas que muestran aspectos positivos en su evolución como también elementos críticos insostenibles que nos imponen decisiones para superar los problemas de nuestro apartheid socio económico. En el sur de Asia tenemos incluso el referente de un compatriota, Taro Araya, quien ha participado en desarrollos empresariales en Bangladesh, India y Singapur, justamente en el renglón de la telemedicina.

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En el caso de India, obligada referencia como farmacia del mundo mas también como una sociedad desigual y de alta presión demográfica, Os Sathe y Deo Sahil, investigadores, colocan ante nosotros la estrategia que toma curso  allí, para “la creación e implementación de la Iniciativa de Telemedicina Digital Abierta-ODTI por sus sigla en inglés, la cual traerá consigo un mejoramiento de los servicios de telemedicina , contribuyendo en la Misión Nacional de Salud Digital dedicada a proporcionar servicios accesibles y asequibles  para todos los ciudadanos”.

La Telemedicina en India cuenta con instituciones del ámbito privado (IPS-EPS- firmas de TIC) como Apollo Telehealth Services y Practo Technologies que se articulan con entidades del sector público como eSanjeevani. El organismo público tiene 80 mil puestos de salud que se integran a decenas de miles de IPS privadas. En general el servicio público llega a zonas populares y las organizaciones privadas se localizan en núcleos intermedios. El proceso de integración de las plataformas, historias clínicas y demás requerimientos mínimos está en marcha.

El nuevo Ecosistema articula las estructuras pública y privada, los doctores vinculados, y el universo de pacientes. Las características sobresalientes del sistema abierto en marcha son:

– Conectividad entre todos los actores para romper los mercados segmentados creados por las diferentes plataformas. Un protocolo estándar habilita el acceso abierto a doctores e instituciones.

– Prestación de servicios y habilitación de comercio electrónico entre actores para los mecanismos de pago.

– Las plataformas privadas pueden seguir funcionando para ofrecer ciertos servicios, pero quedan integrados el directorio médico, el formato de prescripción y los precios comparados.

– Las instituciones de salud, sin excepción, estarán inscritas y registradas para profesionalizar los servicios.

– Las disparidades regionales serán objeto de consideración para que el ecosistema cierre brechas progresivamente.

– El ecosistema se extenderá entre países vecinos y ciudadanos del ámbito regional.

Ha llegado la hora para que Colombia cuente con un Sistema Abierto de Telemedicina Digital. Mientras muchos ciudadanos ven restringidos sus derechos de acceso a los servicios de salud, consulta y medicación, otros hacen doble erogación al estar en la EPS y pagar un servicio de medicina prepagada. Los más pobres en cambio parecieran no tener “el derecho a enfermar” o asisten al doloroso ciclo de consultas y cirugías diferidas. En lugar de recrear el mutuo fracaso entre públicos y privados, la hora de la misión parece haber llegado para dar cumplimiento al precepto constitucional en la materia, como expresión básica de una sociedad dispuesta a cancelar la deuda social, punto crítico en la construcción de la paz total.

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*Juan Alfredo Pinto, escritor, economista, @juanalfredopin1

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