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“Las penas y las vaquitas se van por la misma senda. Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. (ATAHUALPA YUPANQUI. Cantautor Argentino. 1908-1992).

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La palabra tribulación, según el diccionario RAE, es una pena, preocupación o aflicción y quizás un cierto sufrimiento por algo que se quiere, pero no aparece. Y, por otro lado, me considero optimista, de los que creen que los nuevos años serán mejores, así se lo deseo a parientes y amigos, a pesar de que sean peores. Pero soy optimista por mi tierra colombiana, ni tan bueno todo, ni tan malo o peor. Comprendo a los que emigran, pero no me resisto a ser ciudadano de segunda clase en otro país y tampoco me siento condenado por esta estirpe colombiana. Por todo esto, guardo mis expectativas de cambio, tanto por los cambios que la propia sociedad nuestra geste, como por los que pueden venir de quienes ejercen el manejo del Estado.
Me aflige que los cambios no aparezcan o se enreden tanto, no sé si por incompetencia, incapacidad o poca claridad. Pero no pierdo las esperanzas.
Y por ello observo algunas cosas que me preocupan (¿será en la forma de tribulaciones?) respecto a la marcha de los acontecimientos actuales.
Veía una entrevista reciente a la Ministra de Minas, por parte del avezado periodista Yamid Amat, en el Canal 1, y me dejó preocupado las respuestas de la Ministra, porque si bien presentaba un argumento fuerte respecto a la suspensión de los contratos de exploración y producción de hidrocarburos, en el sentido de señalar su suspensión, porque según ella los resultados de esos contratos se verían en 8 años y para ese momento, seguramente se habría dado la transición energética y entonces no habría a quien venderle esa producción, en otras palabras nos quedaríamos con los “crespos hechos”. Le pregunta entonces el periodista a la ministra Vélez, que con qué se iban a reemplazar, entonces. Y ella responde con Turismo (haciendo eco a una propuesta del presidente Petro). No sé si le dio una respuesta equivocada o la pregunta del periodista no precisó su contexto, pero habría allí dos preguntas alrededor de la medida a tomar, o con que se reemplazaría los ingresos provenientes de hidrocarburos, tan significativos actualmente, o con que se reemplazarían en cuanto fuente energética. Desde luego el turismo no es una fuente energética. Por lo menos a mí me dio la impresión de que se tendría claro el no qué hacer, pero no así el sí el qué hacer.
Me preocupa que lo del Metro se enrede, cuando los que vivimos en Bogotá llevamos más de 50 años condenados al no-metro, única capital importante (gran urbe) de América Latina que no lo tiene. Quizás esté jugando más una especie de orgullo de poder (sacarse el clavo), que una salida mejorada al Metro. Se sabe que el exalcalde Peñalosa, sucesor de Petro en la Alcaldía desechó, los estudios (costosos por demás) que se habían hecho para el diseño de un metro subterráneo. Ahora, Petro presidente, quiere rescatar algo de su propuesta de entonces. El asunto es que implica más recursos financieros y más tiempo de construcción. La actual Alcaldesa de Bogotá, Claudia López, dejando a un lado escrúpulos ideológicos, mantuvo el proyecto de metro elevado y lo puso a andar. Se esperaría que no se tratara todo este “intríngulis” del Síndrome de Hibris.
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¿Qué pensarán los habitantes de Bogotá, respecto de este impase, que reproduce disparidades, aparentemente ya superadas? Estamos en el año del Conejo (chino).
Se anuncian muchas reformas claves: Laboral, Pensional, Política (continuación de su discusión en el Congreso), Salud, Educación. Todas, sin conocerse muy bien (salvo la Política) pero que producen escozor, en parte porque no se conocen sus contenidos y se advierte cierta desconfianza de los sectores que tradicionalmente han manejado el Poder y aún la opinión.
Tal vez me atrevo a hacer una sugerencia de la Reforma laboral con respecto al apoyo a la pequeña y mediana industria. Como en buena parte del objetivo de la Reforma Laboral es formalizar el empleo y consecuentemente las empresas, desde luego básicamente las pequeñas y medianas empresas. Éstas resienten mucho los aumentos salariales porque no logran en su dimensión cumplir con todos los requisitos laborales (salario mínimo, prestaciones, etc.) pero, son las que más necesitarían un subsidio para poder cumplir sus obligaciones laborales, en donde el Gobierno podría concurrir con un doble efecto, formalizar el empleo con un subsidio a la nómina o a empleos específicos (con requisitos tales como: que sean nuevos empleos, que no sea el desenganche y el enganche de trabajadores) y un plan de crecimiento de la empresa. Así se logra un doble efecto, laboral y empresarial. Estos subsidios existieron durante la pandemia y en los programas de “primer empleo”, pero la sugerencia es aquí formalizar tanto puestos de trabajo como empresas. De las más de 310.000 empresas que se crearon en Colombia en 2022, la mayoría son emprendimientos de personas naturales, informó la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio (73.8% corresponden a personas naturales y 26.2% a sociedades) pero hay algo más el 63% de esas empresas son lideradas por mujeres.
Hay mucho que decir sobre todas las pretensiones de reforma. Partiendo de la idea de reforzar lo bueno y marchitar lo malo, lo que no funciona o mal funciona o propicia la ilegalidad.
Se abre un campo amplio de opinión, correspondiendo a una voluntad de cambio, que no debe agotarse en premisas ideológicas si no en lo más conveniente para lograr un país más equitativo y de oportunidades para colombianas y colombianos, y para todos los que ocupan este territorio. Para que todos y todas tengan la oportunidad de aportar y el fruto de su aporte los beneficie. Entonces habrá que hablar mucho de muchas cosas, pero con el principio que formuló el filósofo Wittgesttein: De lo que uno no sabe es mejor callar.
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*Víctor Reyes Morris, sociólogo, doctor en sociología jurídica, exconcejal de Bogotá, exrepresentante a la Cámara, profesor pensionado Universidad Nacional de Colombia.
Resumen de este artículo: 1. necesidad de claridad en las propuestas gubernamentales y 2. propuesta sobre el contenido de una: subsidios a nómina de pequeñas empresas que creen empleo. Inquietudes: 1. Por supuesto claridad en propuestas: que textos se presenten a opinión pública y que sean conocidos por esta y por especialistas y que ello alimente discusión en las cámaras legislativas. 2. parte de lo anterior es el tema de los subsidios al empleo. Comentario adjunto: es una lastima que buena parte de los formadores de opinión que son periodistas (no todos obviamente) estén demasiado ideologizados (ver páginas de diarios de circulación regional y nacional en especial los domingos o presentación de noticias en televisión) lo cual es un escollo para el acceso a información imparcial y a líneas de análisis con buen grado de objetividad.