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El presente y futuro deportivo de nuestros hijos (as) no depende totalmente de nosotros o del talento, compromiso y disciplina de ellos, inclusive no depende del entrenador; depende en gran medida de los dirigentes, los que una vez “ponen un deportista en su radar” están en la capacidad de potenciar su carrera o destruirla, a algunos los ignoran que es otra forma de destruir. El caso es que muchos de estos dirigentes no hacen bien su trabajo y mientras los deportistas se retiran a edades tempranas acosados, desilusionados y desmotivados, ellos ascienden o trepan por los cargos del Sistema Nacional del Deporte del nivel municipal, departamental y nacional, llegando muchos de ellos al Ministerio del Deporte o al Comité Olímpico Colombiano, o incluso a cargos internacionales. Para el caso de la natación, a la UANA (Unión Americana de Natación), CONSANAT (Confederación Sudamericana de Natación), World Aquatics (Federación Internacional de Natación), sin sonrojarse y sin el más mínimo remordimiento por los sueños de deportistas, entrenadores, jueces o de dirigentes contradictores a los que destruyeron en su camino al poder y sin espejo retrovisor para ver a los tantos mediocres y lagartos que sin formación y sin méritos ayudaron a trepar. ¡Estos son los malos dirigentes!
¡Acá una historia y mi opinión!
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La mayoría de padres de deportistas vivimos en el diario acompañamiento deportivo a nuestro hijos momentos críticos, la mayoría de ellos económicos al no poder cubrir totalmente las necesidades que el deporte les exige, y nos sentimos impotentes y solos. Por ello cuando se vislumbran o concretan apoyos económicos, por lo general del Estado, nunca suficientes, los agradecemos y los aprovechamos al máximo, pero cuando esos apoyos se pierden por negligencia o desinterés de quienes manejan el deporte causa rabia, dolor y frustración.
El caso seguido lo considero de grave negligencia de funcionarios o contratistas del Estado que están para velar por los intereses y derechos de los deportistas, pero su actuar negligente los perjudica, y no tienen consecuencias porque la institucionalidad los protege.
A Sandra Muñoz*, deportista de alto rendimiento de Bogotá y becada por su deporte en una universidad de los Estados Unidos, el Instituto Distrital de Recreación y Deportes, IDRD – por medio de la metodóloga para los deportes acuáticos, señora Tatiana Obregón – se comprometió a entregarle un tiquete ida y vuelta USA – Bogotá – USA para que compitiera en el último evento clasificatorio en su deporte para los XXII Juegos Deportivos Nacionales Eje Cafetero 2023, compromiso que estuvo en conocimiento de su entrenador y la Liga.
Semanas antes del viaje de la deportista a Bogotá, a esta se le presentó un compromiso deportivo con la universidad que la llevaría a viajar desde Estados Unidos a Ecuador, con lo cual le solicitaron al IDRD, señora Tatiana Obregón, que cambiara el tiquete ida y vuelta EE.UU. – Bogotá – EE.UU. a Ecuador – Bogotá – EE.UU, cambio que resultaba más económico para el IDRD y reduciría el apoyo a la deportista. Algo bueno para el deporte bogotano, ya que todos conocimos el caso de los deportista de Bogotá que se transportaron en bus (triatlón, subacuáticas y natación) a sus clasificatorios a Juegos por falta de presupuesto. No hubo inconveniente y el IDRD aceptó el cambio de itinerario. El tiquete que le llegó a la deportista fue Ecuador – Bogotá, quedando pendiente el Bogotá – EE.UU.
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Pasaban los días y el tiquete Bogotá – EE.UU. no le era entregado a pesar de la insistencia de su familia preocupada porque la deportista tenía el compromiso de presentarse a su universidad al terminar el evento en Colombia.
Tres días antes de la fecha en la que debía estar la deportista en EE.UU., en la noche, y estando ya compitiendo en el clasificatorio, la señora Tatiana Obregón le comunicó vía telefónica al padre de la deportista, que no le podía cumplir con el tiquete Bogotá – EE.UU. porque ella, la señora Tatiana Obregón, había cometido un error al diligenciar los documentos y el tiquete saldría en 15 días, dándole como alternativa al padre que comprara el tiquete, pero aclarando que el costo no podía ser reembolsado por el IDRD. La familia quedó sola y con el compromiso y la obligación económica que su hija regresara a EE.UU. a presentarse a su universidad, un problema mayor para esta familia ya que todos sabemos el alto costo que puede tener un tiquete internacional para viajar tres días después.
En mi opinión la señora Tatiana Obregón fue desconsiderada, egoísta y no solidaria, priorizó lo que le debía dar la atleta y prueba de ello es que le hizo llegar el tiquete Ecuador – Bogotá, que le aseguraba que participara en la competencia, pero le importó un bledo la deportista como ser humano y por eso la dejó botada en Bogotá y no le cumplió con el tiquete Bogotá – EE.UU.
Les pregunto a la directora del IDRD, ingeniera Blanca Durán, al Subdirector de Deportes, abogado Luis Humberto Salcedo Prado y al jefe de rendimiento Licenciado Guillermo Rojas Sánchez, cuáles son las obligaciones contractuales de la señora Tatiana Obregón con el IDRD, ya que en la práctica ella define desde quién viaja y cómo viaja (avión o bus de turismo), hasta quien tiene servicio de parqueadero gratuito en el Complejo Acuático Simón Bolívar, esté o no en la resolución 777.
Este caso debería ser de conocimiento de control interno disciplinario del IDRD o quien haga sus veces, y/o de la Procuraduría General de la Nación. Es de anotar que los padres de la deportista elevaron la queja a la señora directora del IDRD Blanca Durán con copia a la defensoría Delegada para la Protección del Derecho al Deporte. Casos como este no deben suceder más.
*El nombre real de la deportista, el deporte, club y Liga se cambian u omiten en el artículo para proteger su identidad.
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*José Fernando Botero González, padre de Natalia, y de los deportistas Sebastián y Valentina, ingeniero químico especialista en bebidas alcohólicas y quien estableció dos récords Guinness en catas de aguardiente y ron colombiano.