La política, la técnica e Irene Vélez

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En este contexto, justo ahora que se hace necesaria el alza del combustible debido a la incompetencia de Duque, se deben minimizar los errores que se puedan cometer en esta cartera.

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Nunca antes había visto tantos ataques hacia una ministra en tan poco tiempo como lo sucedido hasta ahora con Irene Vélez. La que hasta hace poco trabajó como profesora en el departamento de geografía de la Universidad del Valle, ha sido blanco de diversos ataques de la oposición (Centro Democrático y otros movimientos políticos), como de sectores de la coalición de gobierno que se han ido lanza en ristre contra quien tiene a su cargo el Ministerio de Minas y Energía.

Mucho se ha dicho de la ministra. Desde que maltrata a los periodistas, hasta que no sabe nada del sector que dirige. Argumentan los críticos que a la ministra le falta ese carácter técnico que debieran de tener carteras como la de minas, hacienda, entre otras. Pero ¿acaso los ministerios son cargos técnicos? La respuesta es a todas luces: no. Si bien los ministros idealmente deben de contar con conocimientos sobre los temas que administran, estos son ante todos actores políticos designados por la presidencia para llevar a cabo los programas de gobierno. Claro está, estos deben de estar acompañados de un equipo que tenga los conocimientos científicos que permitan lleva a buen puerto los cambios propuestos. En esta vía, más allá de los aspectos mencionados anteriormente, lo que sucede a la ministra y su constante exposición a la crítica obedece razones políticas propias del ejercicio del poder desde el primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia.

Desde la perspectiva de Pierre Bourdieu, el campo político cuenta con unas reglas de juego que cada agente participante del mismo debe cumplir. El cumplimiento de estas genera illusio: entrar en el juego del campo político y reproducirlo. Y es precisamente donde está el problema para la ministra. Más allá de su formación académica, Irene Vélez no se ha podido establecer como una profesional de la política, desconociendo formas de ser y hacer dentro de un campo predominantemente masculino y que ha sido forjado a imagen y semejanza de las élites colombianas por más de 200 años de vida republicana.

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Así pues, desconocer que no se puede leer en una intervención en el Congreso, salir de una rueda de prensa sin dar explicaciones o equivocarse con una cifra, rompen la ilusión del buen funcionamiento del campo político, lo cual genera la posibilidad de críticas que tiende a capitalizar la derecha colombiana. El relato que quieren imponer desde la oposición es el de la incapacidad técnica de la ministra y el nuevo gobierno, siendo una lectura tecnocrática errada que conlleva a concluir que los únicos formados para estos altos puestos son economistas, abogados o ingenieros de las universidades de élite colombianas. Caer en este relato ayuda a reproducir la lógica de gobernabilidad desde las élites.  

En este contexto, justo ahora que se hace necesaria el alza del combustible debido a la incompetencia de Duque, se deben minimizar los errores que se puedan cometer en esta cartera. Fortalecer las capacidades de comunicación política y la formación en los aspectos legales que rigen la acción política institucional, pueden ser las prioridades de una ministra que tiene sobre sus hombros el peso de llevar a cabo la tan prometida transición energética propuesta por el presidente Petro.

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*Sergio Hernández Vásquez, sociólogo de la Universidad del Valle. Master en sociología y antropología de la Université Paris Diderot, Francia. @sergio_9112

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